El Nobel de la Paz 2009 trajo dos grandes emociones: la indignada sorpresa que produce el conocer que el ganador es Obama, y la triste decepción de saber que ¡chico! no lo ganó Piedad Córdoba.
La primera emoción es muy individual, te dice a tí misma que todavía crees en pajaritos preñados, que todavía confías en que un sistema que otorgue premios buscará, por todos los medios, otorgar el galardón con la mayor equidad posible, siguiendo los criterios más fáciles de entender y de aceptar por un público que, a final de cuentas, no pasa de ser espectador útil para los aplausos. A veces se nos olvida que quien reparte y parte siempre se queda con la mejor parte (o se la da a los amigos, como en ejemplos más cercanos).
De la segunda emoción, la decepción, culpo directamente a los camaradas de ABN, Aporrea, VTV y YVKE. En los cuatro portales encontramos las reseñas diciendo que la senadora Piedad Cordoba era candidata, que la senadora Córdoba estaba entre las favoritas, que Piedad estaba entre las finalistas, que este año, ¡Vamos por Piedad!! ¿De dónde sacaron estos portales tales pronósticos si de algo se cuida el comité que otorga el Nobel es de garantizar absoluta confidencialidad y de no permitir ni la más mínima indiscreción?
¿De dónde lo sacaron? De las declaraciones del director de un instituto para la paz que queda precisa y casualmente en Oslo. Nadie se preocupó por averiguar sobre el vínculo entre el fulano instituto y la fundación Nobel. Las noticias de estos portales se saltaron a la torera una de las reglas de acero del periodismo: Verificar la fuente. La fuente se verifica para no repetir como loritos, para no dejarse llevar por la corriente, para evitar las manipulaciones, para no diseminar desinformación.
Como siempre, hay lecciones que aprender (si hay la voluntad y la humildad):
1- Como ya sabemos, porque Oscar Arias se constituyó en caso-estudio de comprobación rápida e inmediata, el Premio Nobel de la Paz es acomodaticio y complaciente, un barniz de prestigio tras el cual se cometen las peores barbaridades.
2- El prestigio y la fuerza del premio se la dan nuestra credibilidad, nuestra inocencia y nuestra ignorancia. Es el deber de nuestros medios no prestarse a la perpetuación de este prestigio, presentándonos el premio y sus deliberaciones como un proceso en el que podemos depositar sueños y esperanzas. Asuman ABN, Aporrea, VTV y YVKE su responsabilidad y tomen con más seriedad su labor periodística. No caigan en los jueguitos del sistema, ni contribuyendo en el futuro a la expectativa pre-premio, ni reportando hoy mismo tonteras como que los usuarios de Facebook "también" están bravos con los resultados del Nobel de la Paz 2009. Mas seriedad y menos frivolidad, ¡por favor!
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