El fracaso de los medios

El último show de la oposición lo montaron dos actrices, el sifrinito de
Goicochea y una periodista de Globovisión, quienes intentaron sabotear
el trabajo de un grupo de parlamentarios en el teatro Teresa Carreño.
La estrategia no es nueva, ya unas semanas antes habían hecho lo mismo
en una actividad programada por el Alcalde Rangel Ávalos.

Estos no son hechos aislados ni iniciativa de unos pendejitos como
Goicochea. Pertinente es que nos preguntemos por qué los jefes de esa
cosa loca que llaman oposición, le ordenan a estos tristes personajes que
se arriesguen a que en medio del calor de una discusión, les den unas
trompadas que terminen dañándole sus cuidados y delicados rostros.
La respuesta, desde nuestro humilde punto de vista, hay que buscarla en
el papel que a los medios de comunicación de la oposición le está
obligando a jugar sus amos del norte.

El Departamento de Estado, aunque esté dirigido por un inepto como George
Bush, tiene la información y experiencia suficiente para saber que los
referidos medios han sido derrotados y no tienen posibilidad alguna de
revertir la empatía que existe entre la inmensa mayoría de los
venezolanos y el presidente Hugo Chávez.
Para ellos es más que evidente que los disociados, disociados están y
representan un público cautivo de esos medios; pero éstos, en la inmensa
mayoría no generan sino rechazo… cuando no lástima.

La pérdida de prestigio y el desgaste de la poca credibilidad que alguna
vez tuvieron, los obliga a dejar de lado (por ahora) aquel objetivo de
salir de Chávez por cualquier vía.
Se concentran los gringos en tratar de impedir que el ejemplo de
Venezuela siga creciendo mas allá de Brasil, Ecuador, Bolivia, Argentina,
Paraguay, Nicaragua e incluso Perú y México.
Por ello es que a los medios de la oposición venezolana los han relegado
al simple papel de suministradores de material de las transnacionales de
la información.

Esa burda estrategia de ir a provocar a los chavistas en su propio
terreno, tiene como finalidad mostrar al mundo “la forma como son
agredidos en Venezuela los periodistas y opositores”.
Goicochea, Amanda y toda esos escualiditos que se prestan para este tipo
de teatro, no son más que los payasos del circo. Ni siquiera sus amos
(léase dueños de medios) esperan sacar algo positivo de esas actuaciones.
Lo único que hacen estos pobres diablos es prestar sus servicios para que
los amos de sus amos intenten, con sus campañas internacionales,
prolongar su agonizante dominio de América por algunos años más.



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Alexis Arellano


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