La marcha fue programada por la SIP: el verdadero gran partido de la derecha en América Latina

La gran internacional del crimen en el hemisferio es la SIP. Y esta Sociedad dirige las acciones para defender a RCTV en el mundo. Ahora se encuentra diversificada, tiene centenares de centros en el mundo que hacen su papel; son sucursales de la SIP: CNN, AIR, Reporteros Sin Fronteras y hasta la propia la OEA. La SIP es una organización de empresarios periodísticos, absolutamente desprestigiada, que realiza sus reuniones en el continente americano siempre con fines preconcebidos para desestabilizar gobiernos y presionar para conseguir jugosos contratos de los distintos países. La última fue en Cartagena donde se planificó acciones bien severas contra Chávez. Ellos dicen que para analizar la situación de los medios en el continente. En el caso de Argentina, por ejemplo, consideraron que “desde la presidencia de la República algunos funcionarios presionan a través de llamadas telefónicas a medios de comunicación y periodistas que critican al Gobierno”. Y todos los viajes que por el mundo está haciendo, a cuerpo de rey, Marcel Granier son pagados por la SIP-CIA. Porque la SIP y la CIA son la misma cosa.

A la SIP nunca le ha interesado la libertad de prensa, y su fin es defender los intereses mercantilistas de los propietarios de los medios, siempre en desmedro de la libertad de información como un derecho del pueblo. Es más, muchos de sus integrantes son conspicuos corruptos que utilizan el poder de los medios para negocios espurios y en no pocas oportunidades conspiran contra los gobiernos democráticos cuando no asumen una actitud servil a sus dictados.

Armad Mattelard (de los principales teóricos de la Comunicación en el mundo) define a la libertad de prensa como la libertad de la propiedad, es funcional a los intereses de los propietarios de los medios de producción; añade que los medio de comunicación de masa liberal no puede emitir sino mensajes que apunten a la protección de sus propios intereses.

Es así como vemos que RCTV se ha convertido en una herramienta de poder, globalizada por los mecanismos perversos que utilizan las transnacionales. Las ramificaciones de este poder son asombrosas. La presión ahora se concentrará sobre el TSJ, y aquí el pueblo tendrá que salir a resistir, porque lo que está por delante para la SIP-CIA es el asunto del negocio económico de lo cual a la vez sobreviven canallas como Manuel Rosales Teodoro Petkoff, Cabeza e’ Motor, por ejemplo. Craig Karpel, durante años representante de corporaciones transnacionales, asumía que “para los fines de los negocios las fronteras no existen; son entidades étnicas, lingüísticas y culturales convenidas. No definen los requerimientos de los negocios ni las tendencias de los consumidores. El mundo es un negocio”.

Hace unos cuatro años, en República Dominicana fue detenido Ramón Báez Figueroa, dueño del Banco Intercontinental, acusado de una defraudación a la institución crediticia por 2.800 millones de dólares. Además del banco, Báez es propietario de cuatro de los principales diarios del país, de 70 estaciones de radio y de tres canales de televisión. Este “formador de opinión”, patrocinador de todos los equipos de béisbol dominicano, tenía en su nómina de “influenciables”, al actual presidente y nuevamente candidato, Hipólito Mejía, al ex presidente y también candidato, Leonel Fernández, además de jueces, militares y prelados de la Iglesia, a quienes obsequiaba con relojes Rolex y otros regalos costosos y financiaba viajes al exterior, algunos de los cuales se hacían en sus jet privados. Incluso roció generosamente la cuenta de la Fundación Global Democracia y Desarrollo. Báez –“Ramoncito” para los íntimos- ahora en plena libertad, formaba parte por sus empresas periodísticas de la SIP, Sociedad Interamericana de la Prensa, entidad que ni siquiera se permitió una reprobación a tan escandalosa conducta.

Recientemente estuvo en la Argentina, Gustavo Cisneros, para promocionar el libro “Gustavo Cisneros. Un empresario global”, una biografía que obviamente elude la activa participación de sus empresas periodísticas que en Venezuela, configuran la oposición mediática más incisiva al Gobierno del presidente Hugo Chávez, además de haber patrocinado el efímero Gobierno de facto del empresario Pedro Carmona. No hace mucho, Cisneros apareció involucrado en el manejo de 18 millones de dólares transferidos a las organizaciones políticas venezolanas de la oposición.

Para ubicar mejor a los protagonistas, es bueno saber que el Grupo Cisneros está asociado a la brasileña TV Abril, a la mexicana Multivisión, a Hughes Electronics Corporation, subsidiaria de la General Motors y de DirecTv Latin America, esta última empresa unida al Grupo Clarín en el negocio de la televisión satelital. En realidad tiene más de 70 empresas en 40 países, dedicadas particularmente a los medios de comunicación y telecomunicaciones y ha ido dejando paulatinamente sus negocios de entretenimiento, bebidas, alimentación y minería. Además es uno de los dueños de Univisión, la conocida cadena de habla hispana más importante de los EEUU, controla Venevisión, la mayor red televisiva de Venezuela y produce para la Argentina las señales de televisión por cable I-sat, Space y Much Music, entre otras, con una facturación anual de más de 2.000 millones de dólares. Obviamente, Cisneros también forma parte de la SIP, sin que a los empresarios periodísticos les importe mucho sus actividades golpistas en Venezuela.

Claro que también en ARGENTINA se cuecen habas. El 1º de abril de 1976 -dentro de pocos días se cumplen 28 años- la señora Ernestina Herrera de Noble, dueña y directora del diario Clarín, editorializaba señalando que “aunque resultara innecesario justificar las motivaciones de la acción militar del 24 de Marzo -porque nada fue más evidente que la incapacidad del anterior gobierno para modificar el rumbo que nos conducía a todos al desastre- ha sido oportuno que el país escuchara las explicaciones de su nuevo presidente. Ellas ratificaron el hecho conocido de que las Fuerzas Armadas no han interrumpido el proceso que se venía desarrollando, sino cuando tuvieron el convencimiento de que se hallaban agotados todos los recursos susceptibles de operar la indispensable rectificación”.

Y añadía que “el esfuerzo del nuevo gobierno estará centrado en operar la reorganización nacional. Uno de sus principales campos de acción será la reconstrucción del Estado, cuyo ordenamiento permitirá dotar al país del instrumento capaz de impulsar una profunda tarea de transformación. En primer lugar, le tocará a él ejercer el monopolio de la fuerza y cumplir las funciones vinculadas con la seguridad interior. Demás está decir que esa fuerza será empleada sin vacilaciones en el combate frontal contra la delincuencia subversiva en cualquiera de sus manifestaciones”.

Y consideraba que el represor Jorge Rafael Videla, había formulado un “acertado diagnóstico y clara definición destinada a terminar con las mistificaciones de un nacionalismo declamativo y empeñado en utilizar los aspectos emotivos o formales de lo nacional para trabar las acciones que efectivamente fortalecen la soberanía. Un ejemplo claro de ello fueron las sucesivas 'argentinizaciones' que dejaron al país -entre otras cosas- sin combustibles y sin teléfonos. La palabra presidencial, sin buscar aplausos anticipados, ha fijado un rumbo apto para la solución de los problemas nacionales”. Demás está decir que Clarín forma parte de la SIP. Una zigzagueante línea editorial.

Apenas tres ejemplos de quienes se erigen en garantes de la libertad de prensa, como para acudir al aserto de que “quien tiene información tiene el poder”. Y si la información se limita a pocas voces, se tiene un control absoluto sobre la sociedad. Si se obvia esta discusión, se revela el desequilibrio del poder, porque la información condiciona todas las otras libertades individuales. No es solamente un instrumento de acción política, aunque es una forma clara y contundente de ejercer el poder. Si los medios de comunicación social y sus propietarios, que sólo entienden el pluralismo como un proceso de marketing, no se ponen al servicio de la verdad, de la justicia, de los derechos humanos, seguiremos teniendo una comunicación social tan mediocre y engañosa como que la que tenemos. Juan Perón decía creer en la aparición “de una corriente de opinión pública que tiende a emanciparse de los moldes en que la habían encajonado los grandes medios de difusión que responde a los intereses del gran capital”. Quizás la expresión más clara sea la escandalosa subordinación de los medios en España a las llamadas telefónicas de José María Aznar para culpar a la ETA de la masacre de Madrid.

jrodri@ula.ve




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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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