Nudistas on the way!

Una imagen dice más que mil palabras. Es lo que siempre hemos escuchado. Pero una imagen puede interpretarse de mil maneras también, según nuestra idiosincrasia. Después de todo, “cada cabeza es un mundo”, dicen.

Recientemente en redes sociales de ciertos palangristas merideños, fueron publicadas, compartidas y comentadas unas imágenes de individuos que transitaban desnudos por un sector de la Av Don Tulio Febres Cordero; famosa cancha de otroras manifestaciones estudiantiles en los años 90 del siglo XX.

Vi la imagen y confieso que cada minuto me surgía un nuevo titular para la misma. Asumiéndome como vari@s receptor@s de la foto.

El título original decía: “Seminaristas fueron atacados y desnudados por colectivos en Mérida”.

Y comencé a re-titular la imagen:

  1. “Seminaristas merideños se desnudaron y exhibieron públicamente, manifestándose contra el régimen de ayuno que sufren, pues deseaban mostrar cuán flacos están”.

  2. “Seminaristas follaban, cuando fueron sorprendidos por Basaltar Porras; siendo además de avergonzados (al correrlos desnudos por las calles de Mérida) ex comulgados del sagrado recinto”.

  3. “Agentes de la CIA, haciéndose pasar por seminaristas, salieron desnudos a correr por las calles de Mérida; para influir en la opinión pública contra colectivos pro- gobierno”.

  4. “Estudiantes de arte, que rodaban film, corrían libremente desnudos por famosa avenida merideña”.

  5. “Delincuentes que azotaban barrio en la Av. 16 de septiembre fueron desnudados por los vecinos, para aleccionarlos”.

Con estos ejemplos quiero aclarar que pareciera que la comunicación hoy día de lo que se trata es de la interpretación de lo que nos da una imagen…y podemos asumirla como mejor nos parezca, dependiendo de nuestra perspectiva.

Si somos de una inclinación fascistoide, elegiremos –muy seguramente- la última versión, porque es donde se siente la “arrechera” expresada en “colectivo”, que es la intención primera de la versión que rodó por las redes palangristas.

Es decir, tenemos que estar alertas de la intencionalidad de quien comparte imágenes, ya que siempre hay un objetivo (moralista, político, informativo, educativo, etc.) según el emisor del mensaje. Pues ya muy bien sabemos que no hay discurso inocente, y tal parece que las imágenes tampoco lo son.

No nos dejemos meter gato por liebre. Afinemos los sentidos, pues es a través de las redes sociales que estamos librando la guerra de cuarta generación o guerra psicológica. Y las víctimas son los bobos que creen y replican todo cuanto reciben, sin discernir que es basura o no.

Finalmente, después de todo el titular y la controversia armada, me pregunto: ¿dónde estarán esos seminaristas que no fueron a denunciar?


macupatra2004@yahoo.es



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