Mentiras periodisticas

El discurso en que presentó su Mensaje Anual de Memoria y Cuenta del año 2010, el 15 de enero de 2011, el último que pudo presentar físicamente ante la magnánima Asamblea Nacional, nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez Frías, lo orientó a desarrollar el tema de la ética en el discurso. Aprovechó esa importante oportunidad, nuestro Comandante infinito, para recriminar muchas de las actitudes del ser oposicionista y muy en particular, sobre su forma de decir las cosas para nada consecuentes con su forma de hacer las cosas. Le recordaba a Alberto Federico Ravel, a modo de ejemplo: "Un día me dijo Ravell, antes del referendo: "Vamos a brindar con una copa de vino" y me dijo algo que no cumplió, lamentablemente, -yo sabía que no iba a cumplir- me dijo: "Si usted gana me pongo la boina roja", razón tuvo nuestro Comandante en su sospecha, pues, ganó pero Ravell no le cumplió a su palabra empeñada. En su discurso, nuestro Comandante Infinito, desarrolló su concepción de la ética, en particular, la ética que debemos tener en el uso de las palabras: "El discurso de uno puede ser fallido, puede estar errado, pero debe tener a priori, decía Inmanuel Khan, una ética; es decir, unos principios. ¡Acusarme a mí de dictador porque la Asamblea Nacional anterior me dio una Ley Habilitante!" De cuántas cosas no acusaron a nuestro Comandante Chávez, sin mostrar evidencias ni argumentos justificativo alguno. Centrándonos en las causas que llevan a los enemigos de la Patria a esa forma de actuar: "Decía Simón Rodríguez por allá en 1828: "No se ataca a Bolívar por atacarlo, no es a él, es lo que él representa, el modelo que él representa, porque destrozándolo a él, se destroza el modelo y no hay quien quiera imitarlo". Es la misma estrategia".

No hay dudas, que nuestro Comandante Infinito le pedía peras al olmo, ya que es impropio de la actuación de las y los oposicionistas, como lo ha evidenciado en estos últimos 16 años, el tener la más mínima conducta ética en todos los ámbitos de su actuación en sociedad. Uno de esos ámbitos de nuestra vida en sociedad en que puede apreciarse esa conducta, no apegada a principio ético alguno, lo es, el del periodismo. Y eso nos llama la atención, pues, precisamente hablamos de una profesión que, como ninguna otra, exige de quienes la practican tener como norte una conducta ética, pues, que otras palabras definen mejor la profesión del periodista, del buen periodista, sino que la verdad, objetividad, profesionalidad, sinceridad y veracidad. El filosofo, ensayista y novelista español, Fernando Savater, lo definía en términos absolutos: "La misión del periodismo es luchar contra la mentira. Es una misión imprescindible que está en el origen mismo de la democracia". Quizás, por ello, el Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez, siempre enfatizaba que: "La ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón". Valga entonces, como conclusión, que sin ética no hay periodismo verdadero, como bien lo prescribe el Código de Ética del Periodista Venezolano: "El periodista tiene la verdad como norma irrenunciable, y como profesional está obligado a actuar de manera que este principio sea compartido y aceptado por todos…" (Artículo 4).

Como ninguna otra profesión, el periodismo, está apegado a la ética en el discurso. Pero, ninguna otra profesión, ha atravesado en estos últimos 16 años un cisma con sus fines y propósitos, que la del periodismo venezolano. En 2002, los medios de comunicación y, con ellos, las y los periodistas que prestaban sus servicios en dichos medios, se lanzaron en brazos de la mentira consuetudinaria para darle cuerpo y vida a un golpe de Estado contra la Revolución y el pueblo bolivariano, cruento por demás. Con lo cual, esos medios y sus periodistas, se confrontaron con su Código de Ética que, entre otras obligaciones, le conminaban a orientar su conducta en apego a: "El periodista se debe fundamentalmente al pueblo, el cual tiene derecho a recibir información veraz, oportuna e imparcial a través de los medios de comunicación social…" (Artículo 6). Desde entonces, nadie tanto como las y los periodistas, han sido sometidos al escrutinio público de lo que dicen y escriben, pues, continúan distantes de los valores y principios que deben caracterizarles en el ejercicio de su profesión. Hemos seleccionado dos ejemplos de data reciente, para confirmar esta apreciación. El primero, tiene que ver con el periodista César Miguel Rondón (CMR), quien en su programa radial entrevistó a la rectora de la UCV, Dra. Cecilia García Arocha, la cual habló de los problemas presupuestarios que presenta esa casa de estudios. Posterior a la entrevista, el periodista CMR tuvo lo que pudiéramos considerar una travesura de mal gusto hacia su entrevistada y, a través de su cuenta tuiter: @cmrondon, informó a las 07:28 – 6 oct 2015 lo siguiente: "El sueldo de la rectora de la UCV Cecilia García Arocha es de 48$ mensuales" (https://twitter.com/cmrondon/status/651365904102649857). La expresión afirmativa del periodista no deja lugar a las dudas, el sueldo de la funcionaria es de 48 dólares mensuales. Alguien fuera del país, pudiera alarmarse, pues, con 48 dólares mensuales en cuál país de nuestro planeta tierra pudiera algún ser humano sobrevivir. Omite el periodista, CMR, el mandato de su Código de Ética, que define a la información imparcial como "…aquella que muestra el hecho completo y que no omite deliberadamente partes que pueden hacer que este se comprenda de manera distorsionada" (Artículo 6, Parágrafo tres). Omisión grave, pues, todo venezolano y venezolana está en conocimiento que, en la Venezuela Bolivariana de estos tiempos, desde febrero pasado rige un Sistema Cambiario que estipula tres valores distintos para el dólar en nuestro país: una primera modalidad del sistema de administración de divisas que mantiene el tipo de cambio oficial a 6,30 Bs por dólar, que se utiliza para la importación de alimentos, medicinas, además de insumos y materias primas para nuestra industria; con esta primera modalidad se cubre el 70 por ciento de las necesidades de divisas del país. Un segundo mecanismo del esquema cambiario, es el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), destinado a satisfacer las necesidades del resto de los sectores productivos del país, que se fija mediante el resultado de subastas y que se estableció en 12 Bs por dólar como punto de partida y allí se ha mantenido a lo largo de este año. Este valor, rige para las operaciones del cupo por internet o compras en el exterior, que permite a cada venezolano o venezolana acceder a 300 dólares anuales y los llamados cupos viajeros de 3 mil dólares anuales. Un tercer mecanismo del Sistema Cambiario, lo constituye el denominado Sistema Marginal de Divisas o SIMADI, en el que la fijación del precio de las divisas se forma mediante el cruce entre la oferta y la demanda de dólares en un mercado abierto que será el que, en definitiva, fije el precio de la moneda estadounidenses en relación con el Bolívar. El precio del dólar en el SIMADI en lo que va de año, ha estado rondando los 198-199 dólares, el pasado viernes se ubicó en 198,87 bolívares por dólar y atendió tan solo el 5,86 por ciento de las necesidades de divisas del país, he allí la razón por lo que se le denomina "Sistema Marginal". Por fuera de estos tres sistemas, estaríamos hablando de dólares ilegales, al margen de la Ley, estaríamos delinquiendo.

No precisa el periodista, CMR, a cuál tasa se refiere cuando fija el sueldo de la funcionaria pública en 48 dólares: 6,30 Bs/dólar, 12 Bs/dólar ó 198,87 Bs/dólar. No existe previsión en nuestra legislación del trabajo del pago de los sueldos y salarios en moneda distinta a la permitida por nuestra legislación, el Bolívar. Con lo cual, el propio periodista CMR, se desdice de su condición de venezolano y se asume como ciudadano de otra nacionalidad, "gringo de orilla" los llamaba Alberto Nolia. Tratándose de sueldo mensual, al hacer la conversión de los 48 dólares a su equivalencia en bolívares, obtenemos como resultado que el sueldo mensual de la funcionaria mencionada por el periodista en su tuit, a la tasa SIMADI tendría un sueldo mensual de Bs 9.545,76; a la tasa SICAD de Bs 576 y a la tasa preferencial de 6,30 de Bs 302,40. Las dos primeras tasas, (6,30 y 12) son inviables porque sencillamente la LOTTT lo prohíbe, ningún trabajador o trabajadora debe tener un sueldo por debajo del Salario Mínimo Nacional, pues, la misma Ley no solo lo prohíbe sino que lo sanciona multando al empleador o empleadora, la propia funcionaria mencionada por el periodista sería objeto de una sanción administrativa.

Supongamos la tasa SIMADI, para determinar el sueldo en dólares de la funcionaria mencionada por el periodista CMR, por su cargo: rector o rectora de una universidad, se supone que, por Ley, debe tratarse de un docente a Dedicación Exclusiva con rango de Titular que, para el momento de anunciar su información el periodista, tiene un salario base o tabla de Bs 36.812,00 según lo acordado en la Segunda Convención Colectiva Única para el Sector Universitario vigente a partir de enero del presente año, no incluimos las primas y demás bonificaciones que integran el sueldo como tal, de la trabajadora mencionada por el periodista. Ahora, ese salario base nos da en términos SIMADI un salario en dólares de 185,11, valga decir, 3,86 veces el sueldo que informara el periodista CMR, tamaño error, que también nos da el tamaño de su mentira; por ello, el Código de Ética del Periodista Venezolano es tajante: "Ningún hecho deberá ser falseado y ningún hecho esencial deberá ser deliberadamente omitido" (Artículo 4). Aquí tenemos, una prueba fehaciente de mal uso de la profesión del periodismo, pues, como le ordena su Código de Ética, César Miguel Rondón no debió conformarse con la información que –aparentemente- le dio su fuente, presumimos la funcionaria entrevistada, sino que: "El periodista debe verificar las informaciones que recibe y recurrir a las fuentes idóneas que le permitan dar la información de manera veraz" (Artículo 20). Su información, lejos de impresionar al lector, lo lleva a preguntarse: ¿Con ese sueldo de 48 dólares, si fuera verdad, cómo hizo para viajar en noviembre 2014 a la ciudad de New York y realizar compras en la Quinta Avenida, como denunció en aquel año el diputado Diosdado Cabello, noticia no desmentida hasta el presente?

"Nunca ha sido tan urgentemente necesario decir la verdad. Con honrosas excepciones, los que están en los medios de comunicación, muy bien pagados con el pretexto de mantener las cosas en claro, ahora son absorbidos por un sistema de propaganda que ya no es periodismo, sino anti periodismo". (El acto revolucionario de decir la verdad, John Pilger, Telesur, 09-10-2015). Rescatar la ética en el discurso, continua nuestro Comandante Infinito en su Mensaje a la Nación: "De nuevo apelo a la ética en el discurso. En la carta que ustedes me dirigieron hay una expresión que tiene un valor a priori, condenatorio, yo la leí anoche, por ahí está y dice: "Explíquenos, señor Presidente, por qué usted ha permitido que asesinen a 150 mil venezolanos". Es decir, yo lo he permitido, pues, yo no sé si la carta es apócrifa o de verdad la hicieron ustedes o quién la hizo, pero está firmada a nombre de la MUD. "Por qué usted ha permitido el asesinato de 150 mil". ¿Yo he permitido eso? ¿Cuál es el código ético que le puede permitir a alguien el achacarme a mí 150 mil muertos? ¿Cuál es? ¿Quién? Que alguien se pare y lo diga con ética por sí mismo, con respeto por sí mismo y por la vida. Que alguien me lo diga. Achacarme a mí los muertos de la delincuencia, del hampa, de la droga, del paramilitarismo, que alguien me acuse a mí, precisamente a mí". (Aplausos).

Para un segundo ejemplo, bien pudiera servirnos la nota de Leni Ramírez aparecida en el semanario Quinto Día el pasado 10-09-2015, en la Edición 975 y que tituló: "Asalto tipo comando en el Metro de Caracas", usted puede leerla en el siguiente link: http://www.quintodia.net/seccion/pais/39115/asalto-tipo-comando-en-el-metro-de-caracas/, la periodista parte de un hecho que pudiera ser verdad como pudiera ser mentira, pues, en su narrativa se le ven las costuras de ambos síntomas, como afirmaba Fontcuberta: "La noticia inventada es una mentira". En la propia redacción de la noticia, se encuentran indicios de su inocurrencia. Según Ramírez, el lunes 5 de octubre los usuarios y usuarias del Metro de Caracas fueron objeto de: "un asalto colectivo ocurrido en los túneles entre las estaciones Plaza Venezuela y Sabana Grande en dirección Palo Verde, entre las siete y ocho de la mañana. Los asaltantes portaban armas largas y robaron a todas las personas que estaban en los siete vagones del tren", cita textual. Lo primero a observar, para constatar la veracidad de la noticia, es apreciar los datos que nos ofrece el periodista para hacer creíble su historia, decía el Gabo: "Siempre he creído que un escritor, novelista o periodista, puede decir lo que quiera siempre que logre hacerlo creer. Si no se lo creen, ahí no vale ni la verdad". En la nota introductoria de la periodista, se observan algunas incongruencias. Entre las estaciones Plaza Venezuela y Sabana Grande, existe un túnel que es por donde se dirige el tren con pasajeros o pasajeras en horario comercial, la periodista habla de "los túneles" y comete una imprudencia, pues, señala que fue "en los túneles" y no en el vagón del tren donde ocurrieron los hechos; precisa la hora en que ocurrieron los hechos: "entre las siete y ocho de la mañana", en sentido estricto una hora; describe como armas largas las portadas por los asaltantes y, nuevamente, señala otra imprudencia al señalar que: "robaron a todas las personas que estaban en los siete vagones del tren". Para quien no ha viajado en el Metro de Caracas, pudiera ser creíble esa información; pero, quien es usuario o usuaria regular de los servicios de Metro Caracas, sabe con certeza, que todo tren de los actuales, consta de un vagón único, corrido, que usted puede caminar de punta a punta, sin obstáculos o puertas que se lo impidan, como eran los viejos trenes franceses. Por lo demás, estos trenes de tecnología española y puestos en funcionamiento a partir de 2013, gozan de un sistema cerrado de televisión, mediante el cual se puede apreciar los pormenores de lo que ocurre a lo interno del tren. Tratándose de una hora pico en que ocurrieron los supuestos hechos, además de un inicio de semana, estos nuevos trenes de tecnología española debieron ir full de pasajeros y pasajeras. Anótese, que tienen una capacidad para trasladar 2.176 usuarios o usuarias a plena carga, entre sentados y parados. La pregunta obligada es: ¿cómo robar a miles de personas ("a todas las personas") apretujadas en apenas quince minutos, y tan solo 14 asaltantes, distribuidos según el periodista, dos por cada vagón?

La historia periodística no cuadra ni en su inicio y mucho menos en su final; el cual, utiliza la periodista para satanizar la policía nacional bolivariana quien, en última instancia, termina siendo la víctima de la periodista. En su narración, señala Ramírez que el robo tan solo cubrió: "…quince minutos que se hicieron eternos para todos", valga decir, en cada persona ocuparon los delincuentes 2,41 segundo en la ejecución de sus fechorías, nada si a ver vamos, mientras en la puerta del conductor del tren tres delincuentes se ocupaban de el operador del tren: "…uno le apuntaba por la espalda, otro en el estómago y el tercero en la cabeza". Otra inconsistencia de la narración, pues, en la misma se señala que: "Los asaltantes distribuidos de dos en dos por los siete vagones, salvo los tres que apuntaban al operador, iban revisando de uno en uno a cada pasajero minuciosamente". Si estaban dos por vagones y como afirma la periodista son siete, obvio que entre los vagones están los 14, más tres que debemos sumar a quienes están sosteniendo al conductor del tren, con lo cual, ahora suman 17 en vez de 14. Esta nota de ficción, que algunos compatriotas pudieran dar por cierta, pero como la misma periodista al final de su cuento trata como incierta: "Ni el personal operativo, ni la policía, ni los medios de comunicación, ni las mismas víctimas, se hicieron eco del suceso. Al parecer, los atracos que ocurren dentro de este sistema de transporte suelen convertirse en simples historias subterráneas que pasan a ser más mito que verdad. Ante este panorama hay quienes se preguntan por qué nadie dijo nada, y a quién no le conviene que estos acontecimientos se sepan". No conviene es, que se sepa la mentira sobre todo cuando es tan mal narrada, decía Argenis Bravo, periodista de Panorama durante más de 40 años, un referente en la profesión del periodista: "Mi mayor logro como periodista fue decir la verdad y nunca ser desmentido". Que orgulloso debe sentirse un periodista como Bravo al poder afirmar con orgullo, esa premisa que caracterizó su profesión.

Por eso, finalizó su discurso nuestro Comandante Infinito, con Dussel y su libro Política de la Liberación: "cuando la política se desconecta de las necesidades del ser humano, comienza la corrupción política, se acabó la política, viene cualquier otra cosa, politiquería…", el periodismo basura que sobrevive de las mentiras que defeca.


Caracas, 11-10-2015



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Henry Escalante


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