El Periodismo Malinche a la venezolana

Apenas terminamos el programa de radio "Lectura Crítica" que moderamos a diario a través de la emisora Tremenda 106.7 en Valencia estado Carabobo, y que pueden escuchar a través de la página www.tremenda1067fm.com.ve , se nos ocurrió hacer un esfuerzo mental para transcribir los aspectos fundamentales que tratamos en dicho espacio y que tienen que ver con lo que hemos definido como periodismo malinche.

Aquí les va:

Antes de abordar el tema de hoy que hemos titulado "Periodismo Malinche" primero queremos leerles el artículo 40 del Código de ética del periodista Venezolano. El texto que, para nosotros, es el que mejor define como debería ser el comportamiento deontológico de cualquier comunicador social:

"El periodista tiene el deber insoslayable de defender la Soberanía Nacional y la integridad territorial. En consecuencia debe combatir con su acción gremial en esta patriótica tarea, oponiéndose a toda prédica o campaña que contraríe el interés nacional, así como la paz y la amistad entre los pueblos".

Ustedes se preguntarán de dónde viene el término "Malinche". Este uso deviene de Malinche una mujer mexicana que acompañó al invasor Hernán Cortez durante la Conquista, y que de una u otra forma, le ayudó a éste a que sometiera a su propio pueblo indígena, convirtiéndose de esa manera en una traidora a la Patria. Se dice que una persona es "malinchista" cuando tiende a preferir lo extranjero frente a lo nacional, e incluso, a atacar por distintos medos a su propia cultura en beneficio de la suya propia.

Entonces, ya estando claro de dónde viene esta palabreja, si bien es cierto, bastante peyorativa, es que queremos abordar en esta Lectura Crítica de hoy lo que hemos definido como el "periodismo malinche". Que no es otra cosa que una práctica obscena y antiética que consiste en usar los medios de comunicación para defender los intereses de países extranjeros, y sobre todo, los de los Estados Unidos, por encima de los intereses de Venezuela.

Esta mala práctica se ha venido incrementado en Venezuela desde hace unos quince años para acá, y quienes la practican no les produce el más mínimo rubor decir unas barbaridades que rayan más que en lo absurdo en una ignorancia supina.

Todos los días, a toda hora y por todos los medios de comunicación, incluyendo las redes sociales, observamos como periodistas y opinadores de lo humano y lo divino, parecen buscar rigurosamente, y hasta con lupa, cualquier información que vaya en contra del país para divulgarlo sin constatar al menos si lo que consiguen como noticia es cierto o es falso.

Lo importante, no es que lo difundan por los medios de comunicación, en todo caso están en todo su derecho, porque en este país hay libertinaje suficiente incluso para malponer a la Patria y a sus instituciones como venga en gana. Lo que si llama la atención, es que por las maneras como se estructura este "Periodismo Malinche" (ironía, cinismo y estupidez mediante) parece que lo único que les importa es decir que vivimos en el peor país del mundo, en una tierra de nadie, en un infierno en el que ni siquiera Dante o Beatriz pudieran vivir sin un minuto de sosiego

Ayer, por ejemplo, una institución internacional, conocida con el eufemismo de Transparencia Internacional, publicó un supuesto informe en que ubica a Venezuela como el país más corrupto del mundo. Los argumentos que esgrime esa institución para publicar que nuestro país es el más corrupto de la bolita del mundo, como diría un amigo caroreño, es que así lo perciben algunos sabios, especie de monges tibetanos de la transparencia universal, que se reúnen en alguna oficina nada más y nada menos que de Alemania para hacer una lista de los países que roban y los que no.

Por supuesto que enseguida los opinadores y periodistas malinches salen a lanzar cohetes y a celebrar porque eso de que una organización con intereses bien verdes , diga que ellos viven en el país más corrupto del mundo, les genera placer , así como les produce un particular orgasmo que los precios del petróleo se vayan a pique y lleguen, si es posible, hasta los siete dólares el barril, precio en el que los encontró el expresidente Chávez, que hizo grandes esfuerzos para que la OPEP entrara en consenso para contribuir a encontrar un precio justo para el crudo.

Y no es que en Venezuela no haya corrupción, si la hay y es uno de nuestros más graves problemas históricos, pero aquí no solo se corrompe el gobierno. Sería imposible que los funcionarios del estado se corrompieran solos, sin la presencia de grandes empresarios que han amasado fortunas, sobre todo en este gobierno con los dólares preferenciales y con otras actividades no tan santas. Es tan corrupto un concejal como todos los raspacupos que prostituyeron el uso de las tarjetas de créditos. Por cierto, la mayoría de ellos pertenecientes a esa misma clase media tarjetabientosa, y de doble moral que chirra más que un sartén y que ve ladrones en todos lados menos en su íntimo alrededor.

Otro ejemplo de ese periodismo Maliche que le encanta comparar lo bueno, lo excelente, lo digno que es vivir en Estados Unidos, con lo indigno, lo inmoral, lo marginal y lo niche que es vivir en Venezuela, el país que quizás le ha dado lo poco que poseen , tiene que ver con las nuevas protestas que comenzaron ayer en Nueva York , estados Unidos, por la decisión de un jurado de exonerar a un policía blanco que en julio pasado estrangulo a un joven negro con un bastón especial durante un arresto, por qué supuestamente el muchacho intentaba vender cigarrillos de forma ilegal .

Esto ocurre a solo algunos días después de que en la población de Fergunson, y otras ciudades de ese país, miles de personas salieran a las calles a reclamar justicia, por la liberación de otro policía blanco que mató de doce disparos al joven de raza negra, llamado Michael Brown.

Bueno. Lo de los casos de los muchos policías blancos que siempre son absuelto en Estados Unidos después de asesinar alevosamente a muchachos negros, los traemos a colación para seguir explicando lo del "periodismo malinche" en Venezuela.

Hoy, por ejemplo, una comentarista de radio que hablaba del caso, más que darle importancia a la tragedia de los jóvenes negros que han sido asesinados por policías blancos, se enfocaba en comparar las protestas que ocurren en Estados Unidos con las que ocurren en Venezuela, solo con la intención de enlodar al gobierno de Nicolás Maduro.

Señaló, por ejemplo, que el gobierno de Estados Unidos, no acusaba a los manifestantes como enemigos del sistema, sino que más bien los conminaba a protestar en tranquilidad y con mesura. Mientras, según ella, que en Venezuela si eran estigmatizados y agredidos por marchar pacíficamente.

O sea, lo que entendemos de ese comentario es que la Policía norteamericana, quizás la más represiva y violenta del mundo, es muy, pero muy buena y profesional. Mientras que los uniformados venezolanos de la Guardia Nacional y de la Policía, a quienes les escupen la cara, le disparan balas, le lanzan cohetones y piedras durante las marchas supuestamente pacíficas, son unos malvados que solo saben reprimir.

Lo que oculta la comentarista malinche, es que en Estados Unidos, y ella seguramente no es tan ignorante para no saberlo, esas protestas son reprimidas con una violencia terrible, y que los grandes medios de comunicación tienen prohibido captar imágenes donde eso ocurra. Un ejemplo de ello fue lo que pasó hace algunos días en Fergunson donde el gobierno de Estados Unidos prohibió el sobrevuelo de helicópteros para evitar que las televisoras publicaran imágenes tomadas desde el aíre, con el propósito de que la opinión pública no tuviera posibilidad de conocer la dimensión de la represión oficial.

Incluso, los periodistas en Estados Unidos tienen prohibido tomar fotografías en primer plano y deben ubicarse a más de doscientos metros de las protestas en el momento cuando actúan los cuerpos de seguridad. Aquí en Venezuela los periodistas casi que le meten el micrófono en la boca a los policías, e incluso a los manifestantes, y si les cae una lacrimógena en los pies, enseguida salen corriendo a gritar que están siendo agredidos por el gobierno , y que no existe libertad de expresión en nuestro país.

Así es la doble moral del periodismo malinche.



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Jhonny Castillo

Periodista, presidente de la Fundación Lectura Crítica de Medios.

 jhocas10@hotmail.com      @heraclitando

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