La primera vez que escuché la frase "medios públicos con público" fue en boca de Esteban Trapiello durante una polémica entrevista que le hicieran cuando estaba por vencerse la concesión del espectro radioeléctrico que se le había otorgado a RCTV. Para entonces, se consideraba que debía utilizarse ese espacio radioeléctrico de todos los venezolanos para construir la nueva televisión; vale decir, la televisora social.
El comandante Chávez, asumió el reto de construir esos medios públicos con público. Fue un excelente comunicador que se atrevió a trascender los códigos impuestos por las grandes transnacionales de la comunicación, sin dejar de utilizar las herramientas tecnológicas. Chávez, nunca cayó en el juego de que por tener intenciones socialistas debíamos comunicarnos por señales de humo; al contrario, orientó políticas comunicacionales de nuevo orden poniendo la tecnología al servicio de una identidad venezolana y latinoamericana.
"Chavezcandanga" por ejemplo, fue una cuenta twitter con un número importante de seguidores, donde el comandante compartía ideas y generaba el debate permanente. El correo del Orinoco, otro gran espacio para la "artillería del pensamiento" que trajo nuevos potenció el debate político desde el periodismo profesional.
Telesur y La Radio del Sur, imprimieron más allá de las fronteras patrias una nueva perspectiva de América Latina con identidad propia, desmarcándose de CNN, FOXNEWS y el resto de las cadenas internacionales que nos encasillaban como el patio trasero de Norteamérica En materia comunitaria, nuevas emisoras y nuevos medios impresos locales fortalecieron un tejido político y comunicacional que solidificó el discurso de nuestro proceso.
Estos avances en materia comunicacional que tuvo la revolución, tuvieron una coronación política cuando al final de la vida física del comandante, mientras contaba con Ernesto Villegas como Ministro de comunicación, se inició un empoderamiento de los consejos comunales y grupos de organización popular, a través de la dotación de éstos con formación técnica, equipos y tecnología para que en cada cuadra tuviéramos un pequeño medio de difusión. No sé hoy en día en que quedó ese proyecto, pero prometía ser una verdadera guerrilla comunicacional por y para el pueblo.
La actual política comunicacional, pareciera tomar distancia en algunos aspectos del camino original, no porque se haya retrocedido en las intenciones, sino que, hay factores dentro de nuestro proceso que creen necesario que para lograr medios públicos con público es necesario asumir los códigos que originalmente pretendíamos combatir.
Cuando uno mira cuatro horas continuas de programación matutina en la televisora social del Estado dedicada a celebrar el cumpleaños de Winston Vallenilla (quien además de cumpleañero es el presidente, imagen y voz de la televisora) comienza a preocuparse por la direccionalidad de la política comunicacional de nuestro proceso. El objetivo de regresar la señal del canal dos a manos públicas era precisamente combatir los códigos que difundía la antigua RCTV.
No podemos convertir la televisora social en un espacio de mero entretenimiento que imite a las televisoras comerciales y sus códigos embrutecedores alternándolos con propaganda a favor de nuestro gobierno. Tampoco se trata de convertir la televisora en un hito puritano que niegue el entretenimiento per se. Se trata de construir "medios públicos con público" y esto implica estimular la creatividad de productores y artistas hacia la producción televisiva y al mismo tiempo organizar a los usuarios y usuarias en torno a qué tipo de televisión queremos.
Ya recuperamos la señal del canal dos de las manos del chulo Marcel Granier; ahora, debemos liberarla de los códigos que cuarenta años de pésima televisión nos dejaron. Lo cual sólo se puede hacer desde una amplia discusión y desde la participación popular.
@marcosmelendezm
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