La Hojilla: ¿Un programa que ya hizo todos sus aportes?

Tras aquellas palabras pronunciadas por el Ministro Villegas, que anunciaban la salida de la Hojilla a partir de aquella frase lapidaria ¨La Hojilla ya cumplió todos sus aportes a la Revolución¨ se abrió un chaparrón de comentarios, chismes, especulaciones y celebraciones que aún no cesaron. De esta manera, sumado a la muerte del Comandante Chávez, parecía cerrarse definitivamente ese espacio comunicacional, que fue una dupla Chávez- La Hojilla y que dictó la pauta durante por lo menos nueve años de Revolución, pasando por cada una de las coyunturas políticas difíciles que atravesamos.

No solo perdíamos al Chávez que dictaba la pauta y la agenda comunicacional, sino también un espacio que funcionó como fortalecedor y facilitador de cada uno de los temas colocados en la palestra por el líder. El insumo, la gasolina de la Hojilla provenía principalmente de los temas que planteaba el comandante, especialmente cada domingo en su programa Aló Presidente. De allí los mismos eran manoseados y desfigurados por todos los opinadores que se activaban luego de establecida la línea. En este sentido, la Hojilla a través de múltiples mecanismos, algunos creados dentro del programa, le aportaba nuevos insumos a la línea, detallando y explicando cada uno de los elementos necesarios para que la misma llegara al pueblo de la manera más clara, e inclusive desde ideas generadoras y cuestionadoras.

La pauta comunicacional: La dupla Chávez-La Hojilla.

Es posible pensar que el Programa La Hojilla no es necesario dentro de un contexto político donde la pauta comunicacional funciona de manera caótica, signada por el azar. Para nadie es un secreto que hace mucho tiempo que los temas importantes no son colocados en la palestra por el Gobierno, que la mayoría de las opiniones que se han generado en el último año han derivado de las redes sociales, del chisme, de la especulación, y que no obedecen a un plan estratégico dirigido a crear opinión pública favorable y fortalecida para enfrentar los ataques dirigidos a producir confusión, requisito básico para acabar con la Revolución.

Aunque nuestra política comunicacional siempre ha sido débil, es innegable que la pauta comunicacional durante el Gobierno del Comandante Chávez la dictaba la Revolución y que el programa la Hojilla cumplió una función muy importante en este sentido. Más allá de las opiniones e intereses que pueda tocar, negarlo es infantil y mezquino, especialmente en este momento donde la guarimba no ha cesado y tomó hasta un carácter de naturalidad muy peligroso.

La necesidad de retomar la pauta se hace urgente, necesaria, imprescindible para superar los ataques incesantes que recibimos de la derecha interna y externa. No sé trata de un deseo malcriado, producto de la melancolía o de intereses particulares. No negamos que revolotea cierta preocupación, no de los sufridores de siempre, sino de quienes creemos y queremos que este proceso continúe otorgándonos la esperanza de soñar otro mundo posible.

Y de los aportes..

Es una utopía tocar siquiera la posibilidad de regresar al genio comunicacional de nuestro Comandante Chávez. Sin embargo, se puede recomponer la línea comunicacional que se estableció con el pueblo. El programa que ha iniciado el Presidente Nicolás Maduro fue creado con esa intención, entendemos que es difícil ocupar ese espacio, creemos que será más efectivo en cuanto pueda fortalecerse y complementarse con la Hojilla como en otrora lo hiciera el Aló Presidente.

Podría algún lector sugerir que existen otros programas como Zurda Conducta, Cayendo y Corriendo, con el Mazo Dando etc, que tratan los temas de la cotidianidad y que apuntan a crear opinión pública e informar. Es cierto, sin embargo, la función que cumplió el programa la Hojilla para la estructuración de la pauta comunicacional, no está siendo ejercida plenamente por ninguno de ellos. Estos aún no ocupan la posición que logró este programa en el seno del pueblo, construyéndose a partir de una trayectoria llena de eventos históricos de mucha trascendencia. De esta manera, simbólicamente existe una vinculación automática entre la Hojilla y Chávez; es decir, entre la Hojilla y la Revolución.

Falta esa necesidad cotidiana que existía antes y que se expresaba en la espera del programa para conocer la opinión sobre una situación coyuntural, tal vez contando con la suerte de escuchar la voz del comandante a través de una llamada. Asimismo poder conocer más elementos por medio de un video, documental, película, reírse de un chiste o formular alguna denuncia, no desde la pasividad de receptor, sino tomando posición a veces contraria. Finalmente obteniendo elementos para el debate en la calle, en la casa, fortalecidos para enfrentar las mentiras con nuestras verdades.

Pensamos que mientras exista la Revolución, los aportes no se acaban en sí mismos

(ncee2@hotmail.com)



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