Crónica de un fiasco anunciado: La mala fe en El País


Imagen de Uncas Montilla, artista gráfico venezolano, publicada en el diario Ciudad Caracas.


A José Ignacio Jiménez, por su labor incansable y consecuente en favor de la lucha del pueblo puertorriqueño y del pueblo venezolano.


“El País, el periódico español no deportivo con mayor difusión, ha tomado una línea editorial claramente contraria a los gobiernos de izquierda que en los últimos años han surgido por América Latina, pese a considerarse como un diario de orientación socialdemócrata. En el caso concreto de Venezuela, los artículos de opinión, reportajes, editoriales y hasta noticias son utilizados como un mecanismo de desprestigio del gobierno bolivariano, lo que supone que con frecuencia El País esté violando su propio libro de estilo y código deontológico.”

Fernando Casado

Apenas horas antes del gran fiasco del diario El País, en Puerto Rico se discutían y analizaban conductas de manipulación mediática de importantes medios de prensa internacionales enfocados en una trayectoria de desprestigio de la República Bolivariana de Venezuela y del presidente Hugo Rafael Chávez Frías. El Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe fue la sede de una conferencia premonitoria, la víspera del chasco del diario español. La publicación de una foto –nada menos que en la primera plana de El País– la cual mostraba a un hombre intubado, fue presentada como una imagen del presidente Chávez. No lo era. La deshonrosa portada publicada el 24 de enero, justo cuando se conmemora el día del periodista en España, refrendaría el trabajo de investigación del conferencista invitado, el Dr. Fernando Casado.


El 23 de enero, cuando los venezolanos conmemoraban la fecha histórica en que el pueblo se alzó contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, en San Juan, el doctor Casado presentaba una conferencia apuntalada en el asunto del rigor y la ética periodística de los medios al tratar asuntos relacionados con Venezuela. La Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) invitó al profesor de Derecho Internacional de la Universidad Bolivariana de Venezuela, quien presentó su trabajo investigativo bajo el título: “¿Qué pasa en Venezuela?: Cómo la prensa hegemónica mundial construye una imagen distorsionada de la Patria de Bolívar”. Ciertamente, la entintada portada de El País demostraría los intentos de infligir graves heridas al corazón de la patria bolivariana.

El profesor Casado, licenciado en Derecho, con Maestría en Derechos Humanos y Democratización, y Doctorado en Comunicación, forma parte del equipo de trabajo del Ministerio para la Comunicación e Información de la República Bolivariana de Venezuela, que dirige el reconocido periodista venezolano, Ernesto Villegas Poljak. Casado es ciudadano español y ciudadano venezolano, un particular binomio que le permite una mirada ‘bifocal’ para aquilatar la situación que investiga.

Casado afirma que existe “una estrategia de acoso y derribo en contra [d]el actual gobernante venezolano, Hugo Chávez”, y se ha referido a algunos periodistas como “mercenarios de la pluma”. Ya en 2008 había publicado dos trabajos sumamente pertinentes a la coyuntura actual: “La guerra mediática contra Venezuela desde el diario español El País” y “Un mes terrible para la credibilidad de El País en América Latina”. “Quizás”, dice Casado en este último trabajo, “la solución para controlar que medios como El País dejen de violar el código deontológico del periodismo y su propio libro de estilo, sea que cada mentira tenga su apropiada respuesta, en el mismo periódico, en declaraciones públicas o ante los tribunales si hace falta.” Acierta nuevamente en su visión, dado que el ministro Villegas ha anunciado que Venezuela tomará la vía de la acción legal para exigir un desagravio, ante la falta de ética y la mala fe demostrada por El País.

Ante un auditorio repleto, Casado analizó la representación de Venezuela y del presidente Chávez por medios de comunicación internacionales de gran prestigio, entre los cuales se destacan El País, El Mundo y ABC, de España; El Espectador, de Colombia; y The New York Times, de Estados Unidos. Casado citó profusos ejemplos, evidenciando el rigor científico de su investigación, en la cual analiza el impacto y la tendencia de artículos de opinión, reportajes y editoriales. Entre sus apuntes figuran algunas de los mecanismos empleados por los medios para representar una imagen distinta de la realidad: el sensacionalismo, la especulación, la distorsión, la falsedad y la omisión de la información.

Un aspecto singular es que Casado no se detiene luego del análisis de contenido de las piezas estudiadas. Va más allá, retornando a la fuente para entrevistarla, preguntándole al reportero, “¿por qué escribió usted ese artículo?”, y a los editores y empresarios del medio, “¿por qué permitió usted la publicación de ese artículo?”. Las insólitas respuestas rayan desde la candidez hasta la mala fe y están cargadas de explicaciones inicuas y seudojustificaciones, en muchos casos provocando que el autor o editor de la pieza se horrorizase ante el artículo publicado y en otros casos, se avergonzase ante el evidente irrespeto al libro de estilo por el cual debió guiar su pluma.

Quienes pudiesen haber considerado como exagerados los planteamientos de Casado, no habrían tenido más remedio que validarlo como un investigador serio y concienzudo, cuando hubiesen visto la portada de El País, al alba del día siguiente. El periódico publicó una disculpa (únicamente en su página digital), luego de haberse visto obligado a recoger la tirada que estaba en la calle. Las “magras disculpas”, como las llamó Villegas en un comunicado emitido por el Ministerio, no eran extensivas al pueblo venezolano, a quien el diario rechazó ofrecerlas. El País tampoco ofreció excusas al presidente Chávez o sus familiares, aun cuando violentó “los más elementales derechos inherentes a los pacientes y a la persona humana”. “Esta acción temeraria”, señala el comunicado, “que pasará a la historia como una vergonzosa página del periodismo mundial, se inscribe en una ofensiva sistemática del poder mediático transnacional contra la Revolución Bolivariana y el comandante Chávez, campaña que utiliza como punta de lanza a la prensa hegemónica española, en especial a los diarios El País y ABC”.

La desvergonzada e indecente portada de El País le provee al estudio de Fernando Casado una inminente movida de jaque mate en el tablero mediático mundial. La explicación ofrecida por el diario resulta autoincriminante: “... El País acompañó la foto con un texto en el que advertía de que no había logrado verificar las circunstancias, el lugar o la fecha en que se había realizado la fotografía”. Aun así, tuvo la audacia de publicar la foto, bajo el titular, “El secreto de la enfermedad de Chávez”. Ya desde el 21 de enero, el experimentado periodista venezolano Walter Martínez había mostrado la imagen en su programa de televisión “Dossier”, denunciando la campaña sucia contra el Presidente. El ejemplo tan contundente ofrecido por El País ratifica, estruendosamente, el señalamiento de Casado sobre la representación falsa de la realidad venezolana que confeccionan ciertos medios, e imparte total credibilidad a su investigación.

El estudio de Casado resulta ser la “crónica de un fiasco anunciado”, porque, sencillamente, a través del análisis de contenido de los casos examinados y de su cabal investigación, en la cual recorre vías de corroboración definitivas, ha logrado detectar la existencia de un patrón dictado por intereses económicos y políticos de fuerzas externas que atentan contra Venezuela y su Presidente. Su trabajo visionario debe provocar a otros investigadores a emularlo y a que se reclame responsabilidad y rigor a la prensa, una situación a la que los medios no están acostumbrados. Debería ser una práctica regular. De esa manera, podría eliminarse la mala fe, no sólo en El País, sino en el mundo mediático en general.

historiadorah-pr@yahoo.com

*Especial para CLARIDAD

 



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