Con todos los hierros empezó año nuevo el cuartel general de la conspiración ubicado en La Florida. Sólo un equipo realmente patriota, como el que acompaña a Ernesto Villegas en el Minci, pudo haber detectado la bomba de tiempo que desde Globovisión ese canal intentó activar a través de un documento de carácter oficial adjudicando a Nicolás Maduro una supuesta condición de Presidente Encargado siendo que las funciones que le son propias corresponden a las de Vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, responsabilidad que le fue asignada por Hugo Chávez en octubre del año pasado.
El “error” no parece tal cosa. No puede ser accidental nada salido de esa planta controlada, dirigida y moderada por la crema y nata de la contrarrevolución. ¿Qué hubiese ocurrido en el futuro inmediato de no detectarse semejante arbitrariedad?
Ciertamente, y sin lugar a dudas, entre los propósitos iniciales estaría intensificar la intensidad y la confusión en medio del debate que sus aliados de la desestabilización vienen impulsando a propósito del 10 de enero, fecha estimada por nuestra Constitución para la juramentación de quien haya resultado favorecido por los electores en la justa presidencial. Léase, Chávez.
En caso de que el Minci no hubiese interceptado a tiempo la intención encubierta de quienes fueron coartífices del golpe de Estado del 11 de abril de 2002, la figura de la falta temporal o absoluta, entre otras, habría sido reforzada y condimentada –por parte de Globovisión– de manera oportuna por los leguleyos apátridas que no dejan de acariciar el sueño de socavar la institucionalidad.
Que nadie abrigue la posibilidad de que este “error” pudo haber estado relacionado con un desliz de ingenuidad. Ingenuos fuéramos nosotros si le otorgásemos un mínimo de credibilidad a esa opción. De allí que no valga la pena ofrecer mayores comentarios a tan inconsistente posibilidad.
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