Los cadáveres de Dios: Atolondrado Capriles y Nelson Bocasucia

Discursos y declaraciones sin fundamento tienen un alto precio a los ojos del pueblo por su inconsistencia y confusión. Solo a sus anchas cuando se conducen en una estrecha dependencia respecto a otros causes de la oposición, incluso así, los pasajes que abren son débiles, de silencio en sus propios seguidores cuando hablan de respeto, seriedad, incompetencia, corrupción, trabajo, poder adquisitivo y despilfarro.

Los gobiernos de la IV República no tenían ley ni límites ni liderazgos, nada para operar como República, política de alquiler es lo que existía, alquilaban el país para que saqueen el petróleo, títeres en el gobierno practicando el democratismo gestión mucho más peligrosa porque la mediocridad y el conformismo se la traslada a la familia, a la educación, al arte, a todos los aspectos de la vida por haber confundido lo que es una deformación de lo que es una forma de Estado, sin dimensión integral de la cultura y de la vida.

Atolondrado Capriles y Nelson Bocasucia, representan esa politiquería, representan la inmoralidad política y periodística, nueva versión de vulgares oportunistas de empresa y aventura buscando protagonismo gracias a Chávez. Su comportamiento amoral es el único prisma a través del cual pueden acceder a lo público.

El atolondramiento persistente de Capriles en sus discursos abre posibilidades de despliegue de alcance miserable en tanto que tan solo una versión tonta del habla verbal, porque, el habla escrita es una prolongación sin fundamento, sin ética y compulsiva de Bocaranda; los dos sacrifican la moral tan necesaria para la credibilidad.

Bocasucia no aprendió ética en sus 50 años como informador y difamador; manifiesta que en este tiempo tejió una red de fuentes confiables que le comunicaban sobre la salud del presidente Chávez, no acertó ni una sola vez. Chávez con cáncer nos da una lección de convicción para seguir transformando la política social.

Bocasucia, tampoco puede sostener que las maquinas usadas en las votaciones puedan identificar a las personas por el candidato que votan ni puede decir que Chávez va a morir en X tiempo ni que perderá esta veinteava votación o que después de 14 años en el poder su popularidad haya bajado, ni puede acusar al presidente de corrupto o de ladrón, esto es muy importante porque es lo que más molesta a la oposición. En nada acierta Bocasucia.

Nelson Bocasucia no tiene un dominio de sí mismo para que pueda ser equilibrado y objetivo por su fijación obsesiva con Chávez, motivo por el que su lenguaje se manifiesta condicionado y sin ética periodística, por tanto, sus capacidades de reunir, expresar, convencer, cuestionar, se quedan sin piso por su compulsión para mentir.

Nelson, no revela la vida social, económica y política que transforma a Venezuela por su actividad periodística sin ética, solo aplica una estrategia de supervivencia inclinada en sentido represivo por su odio a Chávez.

Por su parte Atolondrado Capriles dice que gano el simulacro electoral del 2 de septiembre, bueno, conténtese con eso; simulacro nada preciso por lo tanto no es un indicador de tendencias.

Capriles, atolondrado como esta habla de cómo la inseguridad y violencia aumento en estos años de gobierno revolucionario olvidando a propósito que la violencia se incremento con el capitalismo, olvida que el sistema en su esencia administra la violencia por la vida social que perdura en su forma de clases.

La inseguridad, es una amenaza por la inestabilidad característica que la oligarquía ha requerido siempre producir en su interior, una cultura de violencia para defender sus intereses. La erradicación de la violencia es imposible dentro de un sistema construido a partir de la existencia de las clases sociales controladas por la burguesía encargada de sostener la injusticia distributiva, sistemática, la misma que convierte a la violencia en el modo de comportamiento necesario de la parte más favorecida de la sociedad contra la parte más afectada por su explotación.

Atolondrado Capriles olvida también, que en los últimos 20 años la droga es utilizada como un arma de guerra social por los EEUU. El narcotráfico en cualquiera de sus formas incrementa la violencia no solo en Venezuela, todos los países han visto incrementada la inseguridad que sumada a la doble moral de la Iglesia católica ha desestabilizado la cultura de las sociedades desde la educación.

Deformación cultural y religiosa que sumada al narcotráfico alteran la armonía social, además de que, el narcotráfico no busca ser destruido sino controlado por EEUU en complicidad con los gobiernos de los países productores de sustancias, esto trae consecuencias gigantescas para los países utilizados como rutas porque un gran porcentaje de la droga se queda para el consumo interno, que a su vez favorece a la banca y a muchos empresarios privados por el lavado de dinero.

Para terminar Sr. Capriles, debe saber que democracia es una forma de Estado cuya relevancia radica que el poder recae en la población no en los gobernantes ni en los legisladores, estos son simples mandatarios elegidos en función del derecho de participación para que administren la función pública, y todos los que ejercen el poder y los que obedecen estamos sometidos a la ley sin exclusión ni privilegio.

Habla por su atolondramiento Sr. Capriles, de los ingentes ingresos recibidos por el petróleo, algo así como 650.000 millones de dólares desde 1999 hasta junio del 2012 sin considerar el costo de las miles de obras sociales y publicas, sin considerar el paro petrolero ni el golpe de estado ni los subsidios ni la expansión petrolera no solo en la faja del Orinoco sino en todo el país, olvida mencionar la expansión agrícola e industrial o la inversión que en educación y salud se hace; la lista es tan grande que no alcanzaría en esta nota, pero, en todo caso, por seguirle su acusación, la corrupción es muchisimo menor que la de los gobiernos de la IV República.

Lo que pasa es que les molesta ser tratados como una minoría, es lo que siempre fueron, en esta democracia no alcanzan la mitad mas uno, y los partidos y sus políticos están degradados a punto de desaparecer porque ya no cuentan con esa ventaja electoral, militar ni económica que los legitime, aun sin ello, no han perdido su condición de ciudadanos y ciudadanas a pesar de haber saqueado al país, a pesar de participar en comprobados hechos desestabilizadores y en el golpe del 2002, continúan recibiendo sobornos y vociferando desde la asamblea. Si eso no es respeto a sus derechos humanos y constitucionales entonces ¿Qué es?

rcpuma061@yahoo.com



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Raúl Crespo


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