Cuidado con las cadenas

No nos referimos a las cadenas Presidenciales. Nos referimos a las llamadas cadenas que circulan a través de las famosas redes sociales y/o teléfonos celulares, ahora integrados a la red informática mundial.

Casi todos los días circulan cadenas de este tipo con desinformaciones (textos y hasta videos) que juegan un claro papel dentro de la guerra de cuarta o quinta generación, o como se le llame. El “principio” utilizado para estas cadenas es el mismo utilizado en la técnica del rumor: dejar correr una “información” determinada, que roce con alguna realidad que haya impactado en el pasado a la opinión pública, o que se inscriba en alguna matriz mediática previamente establecida. Dicha “información” es prontamente magnificada en su interpretación, incluso acomodaticiamente modificada, digamos que por un primer anillo “repetidor” (medios y redes sociales) de la fuente originaria para así dotarla del “atributo” de su imposibilidad para ser confirmada o desmentida, o dificultar el establecimiento de su origen.

La característica principal de este tipo de desinformación es su intencionalidad y, como consecuencia, su origen es científicamente (o criminalistamente) determinable. Las recientes cadenas donde se describen crímenes horrendos contra infantes, o de naturaleza similares, tienen como objetivo propiciar un clima de temor que afiance la matriz de inseguridad, dentro de la matriz más general de caos, anarquía e ingobernabilidad cuyo responsable artificiosamente construido es el gobierno revolucionario. Por eso que muchas de estas cadenas no son explícitas en el señalamiento del ente o persona que se pretende culpar, sino que se permiten que se activen reflejos condicionados para que sea la misma gente receptora la que por mecanismos de manipulación psicológica llegue “por sí misma” a tal convencimiento.

Con la información disponible sobre este tipo de “arma” puesta en boga por el imperio y sus agencias, podemos señalar sin temor a equivocarnos que la fuente de estas desinformaciones son laboratorios especializados altamente computarizados, dotados de costosos software “expertos” en tales menesteres, que permiten que un reducido “comando” produzca la sensación ficticia de masividad. En la medida que nuestro pueblo tome conciencia de esta manipulación se reducirá la participación ingenua en la replicación de este tipo de desinformaciones.

Desde los medios alternativos, comunitarios y del Sistema Nacional de Medios Públicos, debemos emprender una batalla comunicacional para contrarrestar el efecto de esta “arma” que en la recta final de la campaña electoral elevará su ataque en forma exponencial, buscando inmovilizar el votante menos politizado, es decir, provocar una abstención que obviamente perjudique al candidato de la Patria.

Parte de esta batalla es establecer, con la ayuda de nuestros talentos informáticos, las cloacas que desde el anonimato generan estas mal llamadas cadenas, y denunciarlas públicamente.

INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA. VIVEREMOS Y VENCEREMOS.

Luis2000aponte@gmail.com


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