Mundo globalizado, problemas globalizados

El tema de los medios de comunicación es un tema muy serio, extremadamente serio. En nuestros días no importa la profesionalidad, el poco talento, ni que la gente que trabaja como periodista o directores de programas, no sean ni periodistas ni talentosos. En todo caso, el talento sí es, lo que verdaderamente importa.

Los medios de comunicación tienen que empezar a asumir su cadena de errores por haber, principalmente, secuestrado la verdad.
Gente de todas partes del globo terráqueo, los ciudadanos comunes, han puesto en el punto de mira todo tipo de prensa, sea plana, radio, TV, sean editoriales, video juegos, etc. utilizados como armas de guerra virtual, para atacar implacablemente a aquellas sociedades que han tomado la decisión de buscar un camino alternativo al neoliberalismo salvaje -como el caso de Venezuela y el Socialismo del Siglo XXI- para su crecimiento económico.
Eso es lo que está arrojando resultados catastróficos para estos mismos medios. La sociedad se ha vuelto más crítica, obligada por la situación económica que sacude tantos países; en este mismo momento ha tenido que voltear su mirada escrutadora para ver con mejor lente qué es lo que está sucediendo a su alrededor.

Quizás la culpa haya que atribuírsela -es un círculo vicioso- en primer lugar: A los dueños de los medios de comunicación que, generalmente, no saben ni papa del manejo adecuado de una herramienta tan importante para la comunicación, y de lo que sí saben es de ganancia fácil y rápida -No en vano, estos dueños de medios de comunicación en el mundo, han amasado ingentes sumas de dinero-.

En segundo lugar, a los vendidos periodistas , que por conservar sus trabajos, la mayoría de las veces mal pagados y con imposiciones, son capaces de hacer lo que les dictan las mentes retorcidas de quienes conforman el staff encargado de elaborar los programas, actuando como verdaderos mercenarios de la comunicación. Cuarto poder lo llaman, pero en manos de cuatro gatos, quienes creen que ante ellos debe arrodillarse el mundo entero o estarás frito. Es por ello que vemos como algunos medios de comunicación-¿o todos?-por mantener audiencias, ganar espectadores y muchísimo dinero hacen lo que sea desde Programas aberrantes, denigrantes de la condición humana y peor aún de la condición de la mujer (TV AZTECA, VENEVISION PLUS, CARACOL, La TV ESPAÑOLA son muy buenos ejemplos de ello. Pero hay más y son aquellos que pagan, no pocas sumas de dinero, para que su publicidad, engañosa por demás, sea exhibida a través de dichos medios contaminando a los consumidores desprevenidos....
También los ciudadanos que pasivamente consienten tales desafueros. a pesar de que dicha publicidad descuenta de sus salarios el engaño, mediante una aparente e inofensiva operación de marketing bien orquestada de los organizadores para esquilmar de cualquier manera a todo el que se siente frente a esa caja boba llamada televisión a ver su denigrante y ridícula programación.

Tal vez estemos asistiendo en un tiempo relativamente corto al cierre de ese círculo perverso, con la actuación decidida de los afectados y por lo tanto victimas de dichos medios a quienes, de una manera u otra, han privado del verdadero disfrute de una televisión de calidad, dedicada a la educación, recreación y entretenimiento, que tenga información de calidad, con contenido, mas ético que estético.

Lo más grave no es aquello de que nos privan sino por lo que nos transculturizan -que ojalá y así fuera, porque la cultura no provoca torpeza- con la inmensa cantidad de valores negativos con la que bombardean diariamente y sin misericordia a niños y jóvenes, que en todo caso son los más perjudicados porque están en período de formación y son influenciados negativamente con los mencionados contenidos de la radio, prensa y televisión (y ahora internet) dejando mucho que desear. Ante tales gigantes los padres de familia decentes se encuentran abrumados e indefensos. Dice una frase famosa: "A GRANDES MALES, GRANDES REMEDIOS". Si el pueblo no es capaz de convertir esta máxima en realidad, en el caso que nos ocupa, como es el de los medios de comunicación, se habrá perdido la oportunidad de ganar una gran batalla.

En el caso del Estado como ente regulador, es imperdonable el desconocimiento del alcance y daños que esta situación con los medios provoca en la población. La corrupción del funcionario que por unas migajas vende su conciencia, desconociendo el alcance de sus pervertidas conductas que van directo a trastocar la mente de niños y jóvenes, sin darse cuenta en qué momento, ellos mismos finalmente, al igual que todos, llegarán a ser víctimas de lo que no supo o no quiso combatir y no sólo eso sino que ayudó a preservar.

Veamos como los niños, que ya no tienen ni miedo a la muerte, manejan armas como expertos, entran en escuelas disparando no importa a quién, causando dolor, lágrimas y frustración a familias víctimas de esta sociedad que ya se siente perdida y con razón.
Cómo no va a ser doloroso para quien tiene que afrontar un juicio por asesinato, cometido por un escolar miembro de su propia familia?.

O el caso de niñas o adolescentes enfrentando un embarazo a muy temprana edad, desgraciando así su futuro y el de su propio vástago, que con toda seguridad no tendrá la posibilidad de convivir con un padre responsable en todos los sentidos, como debe ser un verdadero padre.

El caso de la familia que sufre las consecuencias de tener en su seno una hija o hijo con tendencias afines a su mismo sexo, y debe que lidiar con las secuelas de tales conductas, porque si bien es cierto que el afectado trata de encontrar su norte, los demás miembros de la familia también se ven trastocados indirectamente.

Como podemos observar nada, que afecte a alguien, puede considerarse que no nos afectará de alguna manera en un futuro. Vivimos en un circulo vicioso del que no nos damos cuenta pero del cual, se quiera o no, somos actores pasivos o activos pero actores al fin.

gladysc1946@yahoo.es



Esta nota ha sido leída aproximadamente 5641 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter