A más de medio siglo
de distancia, la descripción le calza como anillo al dedo a ese conglomerado
de empresas periodísticas conocido como Sociedad Interamericana de
Prensa (SIP), que se reunió en la ciudad mexicana de Mérida y
destacó que "el 2010 se ha vuelto uno de los años más complejos
para la prensa en Argentina, donde el gobierno parece haber elegido
al periodismo como su enemigo".
En su informe sobre Argentina,
la SIP, señala que en los últimos meses se abrieron nuevos episodios
de confrontación entre el gobierno y un grupo de empresas periodísticas.
"Podemos escribir y decir lo que pensamos, pero en un escenario
tenso, de presiones directas o indirectas en el que percibimos un ánimo
de crispación y revancha de un gobierno que ha elegido al periodismo
como enemigo", se quejó Francisco Montes, del Diario de Cuyo,
de la ciudad de San Juan, responsable de presentar el documento.
La SIP está integrada
por directores y propietarios de diarios, revistas y agencias de noticias
de América. Sus miembros no son estrictamente periodistas, sino empresarios
y dueños de acciones -en muchos casos hijos y nietos de los fundadores
de esos medios- que representan a más de 1.300 diarios y revistas de
30 países, con una circulación que supera los 43 millones de ejemplares.
La organización ha recorrido
un largo camino. Sus inicios se remontan a 1926, cuando alrededor de
130 informadores del continente se reunieron en Washington en el Primer
Congreso Panamericano de Periodistas y aprobaron la creación de un
organismo interamericano. Esto llegó en 1943, cuando se fundó la SIP
en La Habana, durante la dictadura del general Fulgencio Batista.
Aunque en sus comienzos
la composición era fundamentalmente latinoamericana, en 1946 un pequeño
grupo de editores y directores de periódicos estadounidenses logró
que la sede se estableciera en su país. Y en 1950, por iniciativa del
coronel Jules Dubois, un experto en inteligencia militar convertido
en reportero del Chicago Tribune, la SIP se "refundó" en
Nueva York.
Desde entonces la agrupación
dejó de ser un ámbito más o menos plural y se transformó
en lo que es hasta hoy: un cartel de empresarios, dueños de periódicos,
revistas, canales de televisión y emisoras de radio, muchos de los
cuales dejaron de ser periodistas hace muchos años para convertirse
en hombres de negocios.
El periodista e historiador
argentino Gregorio Selser, autor de Sandino, General de Hombres Libres
y otros 40 libros, se ocupó durante años de este organismo empresarial.
"La SIP tendió a inmiscuirse cada vez más prepotente y altaneramente
en los asuntos internos de los países del continente, como si la OEA
o algún otro organismo supranacional hubiera delegado en ella la visión
de velar los postulados de la libertad de prensa", escribió en
diciembre de 1974.
Y el tres veces presidente
Juan Perón también se refirió, en 1957, a las "grandes cadenas
de diarios, revistas y órganos publicitarios diversos, que responden
a la tendencia occidental, dirigidos, manejados y financiados desde
la Sociedad Interamericana de Prensa".
En su libro Los vendepatria,
publicado durante su exilio en Caracas tras ser derrocado por la autodenominada
"revolución libertadora, Perón escribió: "Si algún
mandatario, en uso de su derecho que no se le niega a estos empresarios
de la falsedad, se decide a tener sus propios
órganos de opinión o tomar medidas en defensa de los intereses nacionales
[...] todas las agencias de noticias comienzan a cursar despachos en
los que se tendrá buen cuidado de
decir que se trata de un dictador y que el régimen es totalitario o
antidemocrático".
Como se ve, han transcurrido 67 años de la creación de la SIP pero no hay nada nuevo bajo el sol.