07 de Julio.- Cerca de 1.5 mil personas, 900 extranjeros y 600 bolivianos, son esperadas en el II Encuentro Mundial de Movimientos Populares, que comienza este martes 7 de julio, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. El punto alto del evento será la participación del Papa Francisco, el jueves 09. El Sumo Pontífice está visitando Ecuador, Bolivia y Paraguay hasta el próximo domingo 12.
En la conferencia de prensa para anunciar el comienzo del Encuentro Mundial de Movimientos Populares, este lunes 6, el cardenal Peter Turkson, presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz del Vaticano, designado por el Papa para acompañar el evento. Para él, frente a los desafíos que presentan la globalización y la indiferencia, se convoca tanto a la iglesia como al mundo entero a escuchar el clamor de justicia y responder a este llamado con todas las fuerzas.
Turkson destaca los dos principales textos publicados por el Papa Francisco desde el inicio de su Pontificado, la exhortación apostólica Evangelli Glandium y la encíclica ecológica Laudato si’. En estos dos documentos "se reconoce el grito de los pobres y de la tierra. No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis social-ambiental. Las líneas para la solución, requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para resolver la dignidad a los excluidos y, simultáneamente para cuidar la naturaleza”.
El cardenal afirma todavía que tanto la iglesia como la sociedad deben aprender a incluir a los excluidos; lo que significa llegar hasta aquellos que se encuentran en la periferia y así recibir a los marginados como miembros absolutos de las comunidades, economía y sociedades. Pero lo que resulta esencial, para él, es escuchar principalmente con humildad, no sólo los sufrimientos sino las expectativas, experiencias y propuestas que tienen los mismos marginados. "Ellos deben ser los protagonistas de sus propias vidas y no solamente los receptores pasivos de la caridad o planes de otros. Tienen que ser los protagonistas de los cambios económicos, sociales, culturales y otros que resultan imprescindibles”.
Turkson anuncia además que la iglesia pretende tomar las necesidades y aspiraciones de los movimientos populares como propias y así unirse con aquellos que desde diferentes iniciativas están esforzándose por generar los cambios necesarios para lograr un mundo más justo.
Charo Castelló, del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos – que reúne 50 países de cuatro continentes – afirma que quieren ser partícipes del diagnóstico de la situación que han vivido, ver la realidad también con los ojos y la mirada del Evangelio y las aportaciones que el Papa hace. "Una mirada que va más allá de una simple cambio de sociedad. Tiene que ver con la humanidad, con la justicia, con la solidaridad, con la fraternidad”.
Juan Grabois, de la Confederación de la Economía Popular de Argentina y miembro del Comité Organizador del Encuentro, señala que las organizaciones populares están muy contentos de que el Papa reconozca la importancia de los movimientos que surgen desde la base, desde las organizaciones comunitarias, los campesinos, los pueblos originarios, los trabajadores en total. "Pero sobre todo los más precarizados, los que no tienen derechos laborales, los que ni siquiera pueden sindicalizarse, las familias que no tienen un techo, villas y asentamientos de barrios precarios, que a mano y sin permiso fueron construyendo sus propias viviendas”.
João Pedro Stédile, de la Coordinación Nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil-CLOC Vía Campesina, observa que este nuevo encuentro con el Papa Francisco de cierta forma es la continuidad de lo que ya hicieron los movimientos sociales en menor grado el año pasado, en octubre, en el Vaticano, cuando el Papa invitó 150 delegados de todo el mundo.
"Estamos muy felices de compartir otro momento con nosotros y con el Papa porque en estos momentos de crisis la humanidad carece de nuevas ideas y nuevos líderes, y el Papa Francisco se ha transformado en un líder mundial, porque sus ideas y su coraje ha planteado todos los días un testimonio de los cambios que necesitamos en el mundo y en nuestros países. Y ha dado un ejemplo concreto con su vida, no es sólo discurso con los cambios que está impulsando dentro de la iglesia”, declara Stédile.
