San José, enero 28 - Este miércoles, la voz de Puerto Rico resonó en la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se desarrolla en Costa Rica, luego que el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, cediera parte de su derecho de palabra al líder del Partido Independentista, Rubén Berríos.
En su intervención, Berríos solicitó que cese el colonialismo y se proclame la independencia de Puerto Rico.
"El colonialismo constituye una violación a los más elementales derechos humanos", expuso el puertorriqueño, al tiempo que recordó que la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha reiterado en numerosas ocasiones, por unanimidad, el derecho de Puerto Rico a su libre determinación e independencia.
"Además, ha instado a los Estados Unidos a cumplir con su obligación descolonizadora y ha solicitado a la Asamblea General que se pronuncie sobre el caso colonial de Puerto Rico", añadió.
Berríos indicó que su mensaje refleja el derecho de la mayoría de sus compatriotas. "Los puertorriqueños enfrentados a la potencia más poderosa del mundo, siempre nos hemos mantenido en pie de lucha", dijo.
Asimismo, pidió a la Celac implantar un plan concertado para que la Asamblea General se pronuncie sobre el caso de Puerto, así como reclamar al gobierno de Estados Unidos la liberación de Oscar López, quien está en prisión norteamericana desde hace más de tres décadas por su lucha a favor de la independencia de Puerto Rico.
Igualmente, solicitó a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños estar atenta ante cualquier maniobra dirigida a perpetuar el colonialismo en Puerto Rico.
"Es hora de que la Celac pase de la palabra a la acción (...) Al hacer estos reclamos hablo en nombre de la incuestionable mayoría de los puerto riqueños", manifestó Berríos.
Puerto Rico pasó a ser colonia de Estados Unidos, a pesar de la constitución del Estado Libre Asociado, ratificado en 1952.
Aunque Puerto Rico mantiene un estatus de autogobierno, los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses y el poder de ejercer su soberanía recae en el Congreso de los Estados Unidos.
