Ramallah,octubre 31 - La mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, amaneció hoy abierta a los fieles musulmanes después que las autoridades ocupantes decretaron su clausura y provocaron acusaciones de terrorismo de Estado por Jordania.
El monarca Hachemita, Abdallah II, es el custodio de los lugares santos de la ciudad y Jordania es uno de los dos únicos países árabes que tiene un tratado de paz con Israel, junto a Egipto.
La suspensión de la medida fue decretada anoche después que el presidente palestino, Mahmoud Abbas, convocó un Día de la Ira para hoy, viernes, primer feriado de la semana musulmana, dedicado por los fieles de esa religión a la plegaria y la meditación.
Una portavoz policial israelí aclaró que sigue vigente la prohibición de acceso al templo de los hombres menores de 50 años y las mujeres, decretada semanas atrás en medio de protestas debido a la profanación de la mezquita por judíos extremistas.
Al Aqsa es uno de los tres lugares más sagrados del Islam, junto a las mezquitas de las ciudades sauditas de La Meca y Medina, y está localizada en Jerusalén, Al Quds para los musulmanes.
Los palestinos de la ciudad, anexada y declarada por Israel su capital eterna e indivisible en 1980 en una decisión considerada ilegal por la comunidad internacional, se congregan en las proximidades del templo y hacen sus cinco plegarias del día, como dictamina la liturgia musulmana.
La tensión en la ciudad ha crecido desde julio, se agravó a fines de agosto cuando grupos de judíos extremistas profanaron el templo, y llegó a su apogeo después que la Policía israelí mató en su casa a un palestino acusado de disparar contra un judío norteamericano que preconiza la demolición de Al Aqsa.
En el ínterin, un árabe proyectó su auto contra una parada de tranvías, causó la muerte de un infante israelí y heridas a otras personas y un adolescente palestino fue muerto de un balazo en el pecho por soldados israelíes cuando transitaba por una calle ajeno a los disturbios.
La escalada de tensiones sigue al anuncio del reconocimiento de Palestina por Suecia, que provocó la llamada a consultas del embajador israelí en ese país nórdico, y críticas de potencias occidentales al anuncio del Gobierno de Tel Aviv sobre la construcción de otras mil viviendas en esa ciudad.
