25 de Julio.- Bo Xilai, ex miembro del Partido Comunista de China (PCCh), jefe de la municipalidad de Chongqing, ha sido acusado de aceptar sobornos, malversación de fondos y abuso de poder, de acuerdo con la Fiscalía Popular de la ciudad de Jinan, provincia de Shandong, este de China, informó la agencia Xinua.
La acusación de Bo fue entregada al Tribunal de Jinan Intermedio de la ciudad el jueves.
Bo tomó ventaja de su posición como funcionario para aceptar sobornos en forma de grandes cantidades de dinero y bienes, así como también para beneficiar a otros, según la acusación.
También malversó una gran cantidad de dinero público y abusó de su poder, perjudicando gravemente los intereses del Estado y de las personas, dice el documento.
Bo ha sido informado de sus derechos legales y entrevistado por los fiscales. Su abogado defensor ha emitido su dictamen, dijeron los fiscales.
El Comité Central del Partido Comunista Chino, anunció en abril de 2012 su decisión de suspender la membresía de Bo en el Buró Político del Comité Central del PCCh, ya que era sospechoso de estar involucrado en violaciones graves a la disciplina. La Comisión Central de Control Disciplinario del Partido Comunista Chino también presentó el caso para su investigación.
En septiembre, el Buró Político del Comité Central del PCCh decidió expulsar a Bo del PCCh y suspenderlo de su cargo público. La oficina también decidió transferir las presuntas violaciones a la ley de Bo y las pruebas pertinentes a los órganos judiciales.
Bo, de 64 años, anteriormente se había desempeñado como alcalde de la ciudad de Dalian, gobernador de la provincia nororiental china de Liaoning y ministro de Comercio de China.
Bo, el carismático secretario del partido de Chongqing, había sido visto como un posible candidato para el más alto cargo del órgano político de China. Pero cayó en desgracia espectacularmente luego de que surgieran acusaciones de que su esposa, Gu Kailai, había matado a un hombre de negocios británico.
Gu Kailai recibió sentencia de muerte suspendida por el asesinato de Neil Heywood. El castigo casi siempre se conmuta por cadena perpetua.
