Quito, marzo 13 - La Secretaría Nacional de Comunicación del Ecuador (SECOM), en representación del Estado ecuatoriano, defendió en la CIDH la libertad de expresión que existe en el país y refutó a quienes critican al Gobierno sin un sustento empírico sino basado en suposiciones
En la audiencia solicitada por la Unión Nacional de Periodistas (UNP); Fundamedios; la Asociación de Editores de Periódicos (Aedep); y, los periodistas Christian Zurita, Wilson Cabrera, Patricio Barriga, subsecretario de Comunicación Política de la SECOM, negó que el Régimen haya establecido un clima hostil hacia la prensa autodenominada libre e independiente.
Patricio Barriga expuso en el seno de ese organismo que en el Ecuador no se persigue personas, se persigue delitos, y que el sano discernimiento coincidirá en que varias publicaciones de la prensa hubo vulneración y atropello que no se parece ni de lejos a una opinión.
“El insulto no es un criterio a respetar, alentar y aplaudir. Aquí se usaron los medios para todo menos como un servicio social”, dijo y agregó que las prácticas profesionales deficitarias han atentado contra la honra de las personas, en contraposición a lo que establece el Artículo 11 del Pacto de San José de Costa Rica, al cual la República del Ecuador está suscrita.
En otra parte de su intervención, el subsecretario informó que el Estado ecuatoriano ha hecho más de lo que cierta prensa pueda reconocer y más que los propios gremios profesionales que dicen ser representantes de los periodistas. En diciembre de 2012, el Gobierno decretó un incremento salarial significativo para quienes ejercen esta profesión y ha exigido que las empresas dedicadas a la actividad comunicacional cumplan con sus trabajadores y acaben con cualquier vestigio de precarización.
Otro aspecto que se puso de manifiesto en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en defensa de la libertad de expresión con respeto a las personas y a los comunicadores sociales fue los incumplimientos laborales de las grandes empresas informativas. “Yo mismo puedo relatar cómo en nombre de la mística y el sacrificio, atributos de un periodista, se esquivaba el pago de horas extras. Cuando fui reportero de una cadena controlada por banqueros. En ese entonces, inicié mi jornada de presentador de noticias a las seis de la mañana y concluí, por estar de turno, al día siguiente, con el mismo traje, a las tres de la tarde. Por fortuna la directora del noticiero tuvo piedad y me concedió descanso. De las 33 horas de trabajo fueron pagadas solamente ocho”, advirtió el subsecretario.
Finalmente, el gobierno denunció en la audiencia pública que las presiones de organismos no gubernamentales, fundaciones de carácter privado o países ajenos al sistema pretenden controlar y someter una línea de dominio que da la espalda a nuestros pueblos, bajo un disfraz de defensa de la libertad de expresión, según informó el medio oficial El Ciudadano.
“No existe un solo medio de comunicación cerrado como consecuencia de su línea editorial, no existe un solo periodista detenido o enjuiciado por expresar una opinión que haya sido construida con base en la verdad y en los hechos, o que represente un criterio divergente y legítimo devenido de la ética y con apego a la obligación constitucional que prescribe la responsabilidad ulterior”, conlcuyó.
