Lea el artículo que encendió la mecha: Álvaro Uribe y su exministro de Defensa se sacan los trapos al aire

Alvaro Uribe y Gabriel Silva: Qué tiempos aquellos...

Alvaro Uribe y Gabriel Silva: Qué tiempos aquellos...

Credito: Agencias

Caracas, noviembre 15 - Lo que se están diciendo Álvaro Uribe y su exministro de Defensa, Gabriel Silva, no son precisamente flores. En el medio, como un actor también principal, está el presidente Santos.

Todo comenzó el pasado lunes, cuando Silva publicó una columna en el diario El Tiempo de Bogotá en la que aseguró: “A los colombianos nos tocará aceptar que hay dos Uribes”, uno es el que la gente admira por lo que hizo por el país, y el otro un político que está dispuesto a acomodar la verdad para recuperar el poder”.

Esto generó la respuesta del exmandatario, quien calificó a su exministro de “trepador” e “inútil”. Pero en la mañana de este miércoles, Uribe volvió al ataque a través de varias emisoras y Silva le replicó.

“Mi gestión evitó que a Uribe le dictaran una orden de captura en Estados Unidos, donde lo requerían como testigo por asesinato”, le dijo el exministro y exembajador a una emisora radial. Y calificó al expresidente de político “monárquico que se molesta si uno le lleva la contraria”.

Pero Uribe no se quedó atrás. Usó duros calificativos contra Silva y afirmó que fue una firma particular de abogados la que se encargó de su defensa cuando fue citado a rendir testimonio en el caso de la multinacional Drummond.

Dejando de lado su habitual tono mesurado, Silva reveló que mientras fue Ministro de Uribe, en 2010, se planeó una acción militar “para extraer” de Venezuela a ‘Iván Márquez’, número dos de las Farc y hoy líder de los negociadores en La Habana, pero, según dijo, el exjefe de Estado desistió.

También recordó que gracias a sus buenos oficios como embajador se firmó el TLC con EEUU, algo que el expresidente, según él, “no pudo hacer en seis años”.

Uribe advirtió que demandaría a Silva para aclarar varias de sus afirmaciones. “Burócrata Silva dice que yo le frené operación de captura de cúpula de Eln. Eso sería traición a la patria. Nos vemos en la justicia”, escribió Uribe en su cuenta de Twitter.

En diálogo con Caracol Radio, el expresidente Álvaro Uribe respondió a las aseveraciones del exembajador Gabriel Silva, en donde indicó que el exmandatario le impidió ir a Venezuela a sacar al guerrillero de las Farc Iván Márquez.

“Ojalá me hubiera presentado eso para haberlo apoyado con todo entusiasmo”, indicó el exmandatario tras recordar que él ordenó el bombardeo contra alias “Raúl Reyes” y la captura en Ecuador de Simón Trinidad.

Frente a la presencia de la insurgencia en Venezuela, el expresidente señaló que aunque su gobierno acudió a la OEA, inexplicablemente el gobierno de Juan Manuel Santos, siendo Gabriel Silva su embajador en Washington, suspendió ese trámite “por complacer a Chávez y por complacer a las Farc”.

“Lo que hice fue estimular la inteligencia militar para saber de esos bandidos allá”, expresó.

Frente a la versión de que Colombia y Venezuela estuvieron al borde de una guerra Uribe aseguró que eso es una mentira. “Eso es lo que han dicho para justificar el cambio de actitud contra Chávez. Santos aparecía en el adalid en la lucha contra Chávez y luego se convirtió en el socio de Chávez”.

“Estos burócratas viven inventando fantasías del juego de la guerra para justificar su nueva amistad con el terrorismo”, insistió el exmandatario.

Frente al tema del fuero militar, Uribe Vélez explicó que su gobierno fue transparente en el manejo de los casos que presuntamente comprometían a uniformados en casos de lesa humanidad y pidió que esos casos pasaran a la justicia ordinaria, tesis que en su momento, según dijo, apoyó Gabriel Silva como ministro de Defensa.

El expresidente pidió que se modifiquen en los alcances del fuero militar para que quede en el texto que el primer conocimiento de una eventual conducta criminal lo debe tener la justicia penal militar, lo mismo que en los casos relacionados con la lucha contra las bacrim.

Frente a la pregunta de qué opinión tenía de la decisión del presidente Santos de retwittear la columna de Gabriel Silva, el expresidente Uribe aseguró que no lo sabía, “porque no sigo el Twitter del presidente Santos”.

Desde México, el exmandatario lamentó el deterioro de la seguridad con el crecimiento de las Bacrim, a las que según dijo no las persiguen, y el de las Farc, que hoy llegan a más de 8.000.

“Este es el gran deterioro que el doctor Silva como buen arúspice del actual gobierno, quiere ayudarle al gobierno Santos a tapar, porque a ellos les interesa es la promoción publicitaria del diálogo con el terrorismo en La Habana, pero el ocultamiento de las atrocidades del terrorismo aquí”, indicó.

Ante los señalamientos del mercenario Yair Klein de que un hacendado que llegó a ser presidente financió los entrenamientos de los paramilitares, el expresidente dijo que ese era un bandido frente al cual, él como mandatario, siempre reclamó que fuera juzgado en Colombia por los delitos de lesa humanidad que cometió.

“Por qué no lo traen, por qué no lo someten. El presidente Santos qué negocios tiene con Israel que no insistió en la extradición”, reclamó airado.


Esta es la columna de Opinión de Gabriel Silva que encendió la mecha:


¿La victoria por encima de la verdad?

7:48 p.m. | 11 de Noviembre del 2012 (Diario El Tiempo)
Gabriel Silva Luján

Nos tocará aceptar que hay dos Uribes: uno es el Presidente que tanto hizo por Colombia y que tanto admiramos; el otro, un político dispuesto a acomodar la verdad para recuperar el poder.

Para muchos políticos, la victoria es más importante que la verdad, por lo que no es extraño que la ambición de poder genere una amnesia que borra el pasado y distorsiona el presente. Desafortunadamente, vimos al presidente Uribe aquejado de este mal durante su reciente participación en la Asamblea del partido de 'la U'.

En su discurso, afirma que el Gobierno ha mostrado mayor interés por dialogar con el terrorismo que en la seguridad. Eso es una falacia. La política de seguridad ha mantenido la cadena de éxitos que se inició con Uribe, pero además ha dado los golpes que no se pudieron lograr en los ocho años de su gobierno. Eso no es abandonar la seguridad, presidente Uribe.

La ofensiva general de este gobierno contra el omnímodo control del Catatumbo por parte de las Farc y el Eln demuestra el avance incontenible del Estado contra la retaguardia estratégica de estos grupos terroristas en la frontera con Venezuela. Esa área se mantuvo bajo el control incontestado de la narcoguerrilla a pesar de los esfuerzos del gobierno Uribe. Eso no es claudicar, presidente Uribe.

No se puede olvidar -y me consta como exministro de Defensa- que antes de la llegada de Santos ya teníamos el desafío del repliegue estratégico de las Farc al Cauca y de la micromafia urbana en varias ciudades, como consecuencia de los éxitos en otros niveles. Esos problemas son del país, no del actual gobierno.

De verdad, es totalmente alejado de la realidad afirmar que se han duplicado las 'bacrim' en dos años -como lo hizo Uribe en el Foro de 'la U'-, cuando los grandes capos de esas bandas que eludieron la justicia durante nueve años han sido todos capturados en los últimos seis meses o se han entregado a los Estados Unidos.

En su discurso, el exmandatario argumenta debilidad del Gobierno para defender a las Fuerzas Armadas. Dice textualmente que la prueba de ello es que no se ha corregido el acuerdo con la Fiscalía, suscrito por uno de sus ministros de Defensa, y que todos los militares con razón señalan como el adefesio que terminó de demoler la seguridad jurídica de nuestros hombres en armas. ¿Entonces, de quién es la culpa?

En esta materia, el actual gobierno ha presentado y defendido el proyecto que por fin le devolverá el verdadero alcance al fuero militar, algo que no ocurrió en los ocho años del gobierno anterior. Y qué decir de sus críticas a los diálogos con la guerrilla, cuando su negociador de paz -el mismo del actual gobierno- siguiendo sus instrucciones buscó toda clase de contactos con los terroristas. Aquí, presidente Uribe, el país todavía espera una explicación de por qué sí bajo su orientación y ahora no bajo la de Santos.

Aún menos explicable es que se oponga el presidente Uribe al Marco para la Paz como un instrumento de justicia transicional, y en cambio le parezca perfectamente legítima la Ley de Justicia y Paz de su gobierno, que ofreció un enfoque muy similar pero para los paramilitares.

Y estas son solo unas pocas de las verdades a medias, las distorsiones y falacias de las tantas que se dijeron en ese discurso. En esa pieza no se encuentra por ninguna parte el esfuerzo altruista del estadista por aconsejar, orientar o corregir, sino más bien el ánimo pendenciero del contendor político.

A los colombianos nos tocará aceptar que hay dos Uribes: uno es el Presidente que tanto hizo por Colombia y que tanto admiramos; el otro, un político que está dispuesto a acomodar la verdad para recuperar el poder.

Dictum. Si se quiere un modelo de paz, progreso y democracia para el campo no hay que ir a La Habana, basta con copiar las instituciones cafeteras para todo el agro.

Gabriel Silva Luján







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