7 de Noviembre.- Cuando se calmaron las aguas y el presidente Barack Obama sabía que había ganado las elecciones y asegurado la Casa Blanca por otros cuatro años, la primera llamada que hizo anoche fue al ex presidente Bill Clinton.
Obama estaba en una habitación con su jefe de campaña, Jim Messina y los asesores David Axelrod y David Plouffe, cuando recibió una llamada de su adversario, el gobernador Mitt Romney, según un informe.
Después de la llamada, que el Presidente dijo que fue un gesto "muy elegante", colgó e inmediatamente llamó al presidente Bill Clinton.
Según las fuentes, el presidente Obama llamó a Clinton para darle las gracias por su trabajo en la campaña de reelección, informó Fox News.
La relación entre ambos no siempre ha sido color de rosa; al principio de la campaña la relación entre los dos era todo, menos cálida, de ahí que los medios norteamericanos llamen a Bill Clinton "el nuevo mejor amigo" de Obama.
Hace cuatro años, cuando Obama estaba enfrentando a Hillary Clinton en una dura batalla por la candidatura, el ex presidente Clinton calificó la campaña de Obama como el "mayor cuento de hadas" que jamás había visto.
Incluso cuando Clinton finalmente se sumó a la campaña por Obama, había tensiones entre ambos. La más grande fue el intercambio de palabras al parecer acalorado entre los dos luego de que el ex presidente Clinton se excediera 45 minutos más de su tiempo de discurso durante la Convención Nacional Demócrata, eclipsando el discurso del Presidente Obama.
Pero ahora ambos parecen haber enterrado el hacha de guerra. Sin embargo, por extraño que parezca, Clinton no estuvo entre las personas a las que el Presidente Obama les expresó su agradecimiento en su discurso de victoria.
La llamada no dejará de plantear especulaciones sobre la secretaria de Estado Hillary Clinton como posible candidata presidencial en 2016.
Muchos han pensado que Bill Clinton hizo campaña por Obama con la esperanza de que Obama ayudaría a Hillary Clinton para la presidencia en 2016.
Hillary Clinton, por su parte, sostiene que no tiene interés en postularse para un cargo y que tiene planes de abandonar la política después de cumplir su único mandato como Secretaria de Estado.
"Es importante para mí dar un paso fuera de este cable increíblemente alto en que he estado", dijo a The Wall Street Journal el mes pasado, "para hacer un balance del resto de mi vida."
