El anuncio pareció intentar acentuar
los esfuerzos de Rusia para posicionarse como un agente cada vez más
determinante en la solución de la sublevación contra el gobierno en
Siria, último aliado de Rusia en el Medio Oriente y hogar del puerto de
Tartus, su única base militar extranjera fuera de la antigua Unión
Soviética. El anuncio también se presentó un día después que Rusia dijo
que iba a detener nuevos envíos de armas al ejército sirio hasta que la
situación vuelva a la normalidad.
Rusia
ocasionalmente ha enviado naves para maniobras en el este del
Mediterráneo, y envió ahí un buque de guerra de aviones de transporte,
el Almirante Kuznetsov, para maniobras con otros pocos barcos desde
diciembre del 2011 hasta febrero 2012. Hubo rumores en las últimas
semanas de que Rusia planeó desplegar otra fuerza naval cerca de Siria.
Pero
el inusualmente gran tamaño de la fuerza anunciada el martes fue
considerado un mensaje, no solo para la región sino también para los
Estados Unidos y otras naciones que apoyan a los "rebeldes" que tratan
de derrocar al presidente sirio, Bashar al Assad.
Traducción Ivana Cardinale