Buenos Aires, ago 6 de 2009.- La presidenta Cristina Kirchner le planteó ayer a su par colombiano Alvaro Uribe la inconveniencia de permitir la instalación de bases militares de los EE.UU. en territorio colombiano. Cristina le advirtió de la necesidad de bajar "el nivel de voltaje político y la conflictividad" en la región y expresó su preocupación de que Colombia pudiera ser vista como "un factor de perturbación" por el resto de Latinoamérica.
Cristina recibió a Uribe por casi una hora en la Casa de Gobierno, en una visita relámpago que hizo el colombiano a Buenos Aires, parte de su gira por siete naciones sudamericanas con el fin de explicar el polémico acuerdo militar que permitirá a los Estados Unidos operar en siete bases militares en territorio colombiano.
Según los detalles que dio a Clarín una alta fuente de la Casa de Gobierno, la reunión fue muy correcta y Uribe llegó con intención "explicativa". Aseguró que "técnicamente no son bases" y prometió enviar a Cristina un borrador con detalles del acuerdo.
Pero la Presidenta insistió en la necesidad de bajar decibeles en la región, recordó la ruptura de relaciones entre Ecuador y Colombia y las tensiones de ésta con Venezuela.
"Es una bomba de tiempo, falta poner el reloj para ver cuándo va a explotar", alertó Cristina con dramatismo, según revelaron las fuentes gubernamentales. Cristina dio a entender a Uribe que veía "contradictoria" además esta ampliación del Plan Colombia en momentos en que Uribe ha asegurado que las FARC están reducidas a su mínima expresión.
Pero Uribe no dio señales de que piense revisar este nuevo pacto con los Estados Unidos, si bien mostró ánimos conciliadores con la frase: "Echémosle cabeza para encontrar una situación".
Uribe estuvo el martes con el peruano Alan García, que le dio su respaldo, y luego fue a Bolivia. Tras su paso por Buenos Aires siguió rumbo al Paraguay, y hoy tenía planeado viajar a Uruguay y Brasil. Ya la semana pasada, Lula da Silva, y la chilena Michelle Bachelet, expresaron su preocupación por la instalación de las bases, y Venezuela hizo conocer su abierto rechazo al proyecto.
Sin embargo, ayer Uribe se llevó un gesto del gobierno de Chile, en su paso previo por Santiago. Tras la reunión que mantuvo con Bachelet, el canciller chileno Mariano Fernández dijo que su país "respeta las decisiones soberanas" de Colombia y su acuerdo militar con los Estados Unidos.
La gira de Uribe es un despliegue de diplomacia por la región pocos días antes de la reunión del lunes 10 de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que se realizará en Quito el mismo día de la asunción presidencial de Rafael Correa. Con relaciones rotas con Ecuador, el colombiano no asistirá.
Aunque se mencionó la posibilidad de convocar, en paralelo con la reunión de Unasur, al Consejo Sudamericano de Defensa por este tema, fuentes argentinas señalaron ayer que por el momento el asunto no está en la agenda de trabajo del viaje de Cristina Kirchner.
De la reunión de Cristina y Uribe participaron también los cancilleres Jorge Taiana y Jaime Bermúdez.
Estados Unidos venía operando en su lucha antinarcóticos desde la base de Manta en Ecuador, pero en 2008 el presidente Correa decidió dar por terminado ese acuerdo y el último vuelo desde Manta se hizo el pasado 17 de julio.
