Domingo en Honduras: Pobres contra Ricos

Hoy madrugo y antes de mi café siento la obligación de empuñar el alfabeto entero para escribir a todos los pobres de Honduras.

A los maquiladores, a los campesinos y obreros de las bananeras, a las hermosas madres y niños que se estarán despertando en cada barrio humilde, a los jóvenes sobre todo, a todos los que desde aquel 28 de Junio se unieron y tomaron las calles, a los que el mundo entero siguió día tras día en cada marcha, a la madre de cada hondureño asesinado o desaparecido o torturado, al noble pueblo que insurgió indignado ante la arremetida infernal de los ricos de siempre, de las 12 familias que se apropiaron de todo y que hoy aspiran silenciar nuevamente este grito que todos llevamos atragantado en la garganta.

Necesito ser portador de la gigante fuerza que ha despertado ya a muchos otros pueblos de este continente, portador del sueño que transforma en realidades en la Venezuela bolivariana a la esperanza de los pobres, en la Bolivia minera, en el Ecuador, en las favelas de Brasil, en las selvas donde también gritan los Mapuches, en la Nicaragua liberada, en Cuba noble y ejemplar y en tantos otros pueblos.

Me urge atizar las brasas para avivar de nuevo la llama libertaria que debe de dar una gran batalla esta semana en la que se pretende pisotear con la farsa y la mentira tanto canto, tanta marcha, tan gloriosas jornadas de batalla que hemos luchado todos, cada quien desde su sitio. Me urge tanto que saquemos las mejores armas de la resistencia para combatir a la gran mentira y derrotarla este domingo.

Se que las fuerzas imperiales no han cesado de tratar de adormecer a muchos, que el miedo nos ha quitado combatientes, que hay muchos que se dejaron hipnotizar nuevamente por el regreso al “orden” y que bajaron la guardia, pero se que todas estas jornadas de lucha quedan marcadas en los corazones de la gran mayoría de quienes combatieron y que la indignación, ante la pretendida patraña que querrá instituirse el próximo domingo, levantará de nuevo a todos y de nuevo se plenarán las avenidas con su presencia, debemos tomar las calles con más furia, gritar con más garganta y despertar la conciencia de cada hondureño pobre y explotado.

Morazán camina por las calles, su llama de libertario se enciende en cada uno de nuestros corazones que se llenan de insurgencia, de esta gigante fuerza liberadora que ya marcha por todas nuestras patrias. Con sus puños debemos detener la farsa de los ricos, sin miedo, menos miedo que nunca, debemos detener de nuevo la historia, llenar de pueblo las primeras planas de la humanidad entera y mostrar a la Honduras combatiente y presente, unida y organizada, ante una elecciones que tan solo pretenden institucionalizar el golpe y perpetuar la dominación de siempre.

Hoy mi corazón madrugó catracho, lleno del corazón de todos ustedes, indignado, lleno de coraje, de furia. No cesaré un solo día de acompañarlos en esta avanzada, mi humilde corazón y mis palabras, que se que ustedes leen, de mi esperen lo que pueda dar y daré todo, saldremos a las calles los pueblos en Venezuela y en todos los países de este hermoso sur que se libera, que derrota al capitalismo y que se une, hoy más que nunca, para las batallas finales, todos somos un solo pueblo, la historia que se escribe está cambiando definitivamente la cara de nuestro continente, que llamados por Morazán, por Martí, por Bolívar, por Sucre, por Tupac Amaru, por Guaicaipuro, por Lautaro, por los espíritus de todos los ancestrales héroes, nos levantamos para brindarlo todo en la batalla.

Levántate Honduras, bien temprano, sal a tus calles a despertar a tus hermanos, háblales claro y con el fuego que flamea en nuestras almas, levántate temprano, quédate en vigilia, esta semana será la gran batalla y podremos detenerlos y vencerlos, nosotros haremos nuestra parte, hay que lograr que ningún país del mundo reconozca a un presidente electo por unos gorilas asesinos, levántate y llena de gritos toda Honduras, marchemos con nuestras banderas rojas, y azules con blanco por toda la patria, pongamos todo en la mas necesaria de las batallas, que se desborde en todos el compromiso eterno por la libertad de nuestras patrias. Esclavos más nunca seremos, sometidos al dinero de los ricos, menos.

Llevemos a Micheletti a los tribunales para que sea juzgado por genocidio, logremos la Constituyente, aplastemos a un Congreso de apátridas e instauremos el Poder del pueblo que derrote a la Constitución de los ricos y constituya las leyes del pueblo. Es la hora final, este domingo debe darse una victoria, la victoria popular del pueblo combativo e insometible de toda Honduras. Por la patria, por la patria, por la patria: Venceremos!!


NOS TIENE MIEDO PORQUE NO TENDREMOS MIEDO!

¡VECEREMOS!


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Raúl Bracho


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