China, política y subconjuntos en el partido comunista

En todo proceso político se expresan contradicciones aún más cuando ese proceso está enmarcado en el desarrollo de una revolución particularmente de características socialista como así nos lo muestra la Historia de las Revoluciones en sus correspondientes tiempos históricos y en sus correspondientes espacios geográficos. Esas contradicciones afectan directamente a los componentes sociales como un todo social y, particularmente, a los factores políticos responsables del proceso revolucionario en estudio en su temporalidad en perfectibilidad revolucionaria-socialista. Esas expresiones sociológicas, en cuanto al liderazgo responsable del proceso revolucionario, a su vez, se expresan en expresiones políticas de subconjuntos cuyos componentes acuerdan incluso en sus inconscientes tanto personales como colectivos adscribirse a una de las tendencias que se exponen durante el proceso revolucionario en su correspondiente temporalidad lo cual significa que aquellos quienes voluntariamente por razones diversas se adscribieron a una de las tendencias en tiempos de cambios diferentes podrían bien por intereses personales, bien por razones ideológicas, entonces, adscribirse a un subconjunto diferente al primario en el cual se encontraban militando como es de fácil demostración en un estudio escogido para su análisis lo cual, generalmente, causa las correspondientes críticas y comentarios de los antiguos socios y nuevos adherentes políticos. Es, en ese orden, que percibimos comportamientos en conjuntos no solo de carácter político como empresarial, militare e incluso intelectual-académico. Ello es de obligación analítica considerar al proceso revolucionario en estudio-ejemplo en toda su extensión histórica y, en clara objetividad analítica, para tratar de alcanzar esos detalles que permitan comprender dicho proceso revolucionario en el marco de su estudio-análisis como ejemplo-comprensivo de todo proceso revolucionario según la geografía, los tiempos y los componentes sociales adobados por la teoría política con sus expresiones ideológicas correspondientes en sus tiempos precisos de análisis.

En alguna ocasión le comentaba a un respetado amigo que íbamos a proceder a trasladarnos a China, desde Londres, en aquellos primeros años de la década de los 70, en aquellos momentos de altos decibeles de la Revolución Cultural, para comprender a aquel momento histórico que nos considerábamos como fundamental en nuestros caminares por empedrados y adoquinados caminos desde aquellos momentos, en la UCV, como estudiante de ingeniería. Dicho camarita, en conversación respetuosa, nos conversaría, seriamente, sobre las incomprensiones objetivas que se venían desarrollando en aquel álgido y controvertido proceso político-revolucionario chino cual, probablemente, podría influir en contradicción profunda con principios y praxis personales. Quizás, en aquellos momentos, aquellas situaciones hispanas permitieron poder sustituir nuestras inquietudes políticas obligándonos, voluntariamente, a dejar a aquella aspiración objetiva para momentos temporales posteriores en el tiempo real. Aquella orientación nos ha servido para poder comprender, en tiempos actuales, que los cambios revolucionarios son, permanentemente, de cambios importantes, de continuos cambios en función de realidades políticas, de necesaria mayor preparación académico-teórica, y en aquello que podríamos calificar como de nuestra correlación con el Otro.

Esta realidad cuando nos adentramos a los estudios históricos podemos captar y conocer en los textos analizados los diferentes momentos de los líderes políticos responsables en los procesos revolucionarios más cuando esos procesos son, necesariamente, de carácter socialista en revolución permanente. Es decir, un líder político en su proceso de formación puede ser un excelente cuadro revolucionario, estudioso, cooperador, responsable, militante pero serán los tiempos en plenos desarrollos cuales definirán al carácter de ese líder político revolucionario exponiéndole sí está a la altura del proceso revolucionario de cambios profundos para de esa manera conocer sí su formación y praxis le permitirán poder evitar lo que el propio proceso revolucionario buscará y tratará de absorberlo, paulatinamente, buscando debilitar sus propios y personales principios.

Visto lo ante-expuesto como corta introducción, permítasenos adentrarnos en el tema en título, como debe ser. Ello es un comentario sobre nuestras investigaciones referidas al Partido Comunista Chino en diferentes tiempos pre-gubernamentales, es decir, en aquellos tiempos previos a la conquista del poder político en aquel oficial día del 1º de octubre de 1949 ante un millón de ciudadanos chinos en la muy extensa plaza que se ubica ante la entrada del Palacio Imperio símbolo del poder histórico de China cuando el responsable del proceso revolucionario, Mao Zedong, en ese incomprensible idioma hunanés, le informara a aquella masa social pequinesa que "…el pueblo chino ha recuperado su dignidad…".

Aquella frase, por cierto, poco analizada, tuvo y tiene una profunda significación sicológica cuando de aquellos de más de 400 millones de personas sintieron que habían podido alcanzar aquella aspiración histórica cual influyó en aquellos estudiantes de bachillerato y universitarios, aquellos profesores y maestros, aquellos collies, obreros y campesinos, pequeños y medianos empresarios y comerciantes cuando sintieron que la humillación sufrida por una centena de años a causa de las políticas imperiales impuestas por las "Potencias Extranjeras" habían llegado a su fin histórico y en consecuencia la esperanza histórico-cultural regresaba desde el inconsciente colectivo hacia el consciente social y personal nacional.

Pero aquel proceso revolucionario en China no estuvo exento de avatares, caminos torcidos, de derrotas y triunfos, de confrontaciones intra-partido por motivos políticos, personales, ideológicos, de orgullo local hasta de conocimiento, prácticamente, desde el mismo momento en el cual tomaron la decisión de llamar al Primer Congreso y las elecciones de los correspondientes responsables de las labores partidistas en aquel mes de julio de 1921. Nos atreveríamos a exponer que el Partido Comunista Chino (PCC) nació herido por sus contradicciones ideológicas, por el dogmatismo del manual y las deficiencias teóricas por desconocimiento profundo de la teoría en su conjugación con la objetividad de la realidad social, económica y política que imperaba en China en aquellos tiempos de continuas confrontaciones entre "señores de la guerra", las deficiencias en las necesarias y objetivas estadísticas, y una incomprensión dogmática de la sociología china. Prácticamente, en aquel congreso primario se conformaron dos grupos político-ideológicos que irían, paulatinamente, confrontándose en aquella década de los años 20.

Es de fácil demostración que las influencias provenientes desde Moscú, concretamente, por resoluciones alcanzadas en la Internacional y las propuesta-impuestas de Joseph Stalin a través de "su hombre en China, Mihail Borodin", cuadro internacionalista, impactaron en las decisiones de los cuadros del PCC en la primera etapa de la Revolución China con claras excepciones de Mao Zedong y Zhu De, fundador del ejército revolucionario adscrito al PCC. El primero, Mao, en claro oposición, expresaría durante sus clases en la Academia Militar de Whampoa su muy clara oposición sobre el liderazgo de la clase obrera por encima de la importancia nacional del campesinado chino mientras que Zhu De, ex-señor de la guerra, quien se educara en Francia junto a Zhou Enlai y Deng Xiaoping, consideraba la necesidad de conformar un ejércitos adscrito, directamente, al PCC en contraposición a la propuesta del Frente Unido Nacional.

El Comandante Fidel Castro en su interesante análisis sugeriría el estudio de los escenarios que se desarrollaron durante el año 1928 en la provincia de Fujian, provincia, por cierto, donde el actual Presidente Xi Jinping ejercería responsabilidades fundamentales en el marco de las confrontaciones contra-corrupción-aduanal y la burocracia provincial.

Pero las contradicciones a lo interno del PCC se manifestaron en las diferentes confrontaciones después del 1928 cuando "el apóstol de Moscú", líder de "los 28 bolcheviques", Wang Ming, asumiera el control del partido comunista. En aquellos tiempos que podríamos calificar de reorganización ideológica interna en entre el liderazgo del PCC estuvieron presentes Mao Zedong, Li Lisan, Zhou Enlai, Qiu Qubai, Kang Shen, Yang Shankun, Chen Yu, Ye Jieying, Zhu De, Lin Biao, Deng Xiaoping, entre otros. Aquel conjunto de líderes irían conformando grupos diferentes y antagónicos sobre, fundamentalmente, el carácter de la revolución socialista.

Sería José Miguel Ferrer quien como Encargado de Negocios ante el gobierno de la República de China presidido por el General Chiang Kaishek durante el periodo histórico de la "Guerra Civil" (1947-1949) quien sería quien le informara a la Cancillería venezolana sobre los diferentes subconjuntos que se expresaban a lo interno en el PCC durante aquellos tiempos de confrontación bélica con los ejércitos del partido, Guomindang, y en contra de las políticas del gobierno de Chiang Kaishek (Jian Jieshi), políticas gubernamentales cuales, supuestamente, estarían sustentadas en los "Tres Principios" propuestos e impuestos como fundamento ideológico-revolucionario para China por el denominado como el "Padre de la República", doctor Sun Yatsen (Sun Zhongshan).

En sendos informes del último año de la "Guerra Civil" (1949), José Miguel Ferrer consideraba que en el PCC se estaban manifestando claras diferencias en "…proclamadas disensiones en el seno del Partido Comunista Chino…" calificándolas como "…clanes…"; se permitió precisarlas como el "Clan de los Veteranos" cuyos líderes serían Zhu De, Zhou Enlai y Tung Pingwu; el "Clan Internacional" liderado por el grupo formado en Moscú después del regreso de la Rusia Soviética de Li Lisan; el "Clan de los Guerrilleros" liderado por Mao Zedong, Liu Shaoqi, Chen Yün, Kang Sheng, entre otros; y por último, el "Clan Militar" conformado por Pen Dehuai, Lin Biao, Liu Boshen y Ho Lung.

Meses después Ferrer lograría entrar en conocimiento de un importante y fundamental documento del PCC cual fuera obtenido gracias a sus labores como Encargado de Negocios donde se exponía la conformación de una serie de subconjuntos curiosamente denominados más por las experiencias personales que por las influencias ideológicas aunque sin descartar estas últimas. En ese orden, Ferrer, según la información en "blanco y negro", se calificarían, esos subconjuntos, como el "Grupo de los Veteranos" junto con el "Grupo de los Veteranos de Segunda" a los cuales se les oponía el "Grupo de la Influencia Soviética" y como factor de equilibrio estaría presente el "Grupo Militar". A estos grupos se adicionarían la "Facción de los Carteles Nacionalistas" y la "Facción de los Cuarteles Intelectuales". Es de importante precisión de las traducciones del idioma chino a la lengua inglesa y de ésta al castellano siempre se podrán observar ciertas definiciones "curiosas".

Evidentemente, en todo partido político se expresan diferentes manifestaciones y agrupaciones internas más cuando nos consideramos que los procesos revolucionarios se ven, probablemente, más impactados por las lógicas contradicciones a lo interno del propio proceso revolucionario más cuando el propio proceso revolucionario va in crescendo en el tiempo y en las perfectibilidades y es por ello que entre aquel "…por ahora…" y la actual "Etapa 2017-2018" percibimos, lógicamente, un proceso evolutivo y lógico pero en "pleno desarrollo".






 



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Miguel Ángel Del Pozo


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