Cuando en Panamá se celebra un costoso Congreso internacional por la transparencia y contra la corrupción, en los Estados Unidos se acaba de aprobar, casi secretamente, la modificación a la regla 41 sobre la intervención judicial de las comunicaciones privadas de los ciudadanos que viene a ser un golpe formidable contra la libertad y establece y refuerza un régimen de secreto en contra de la transparencia del ejercicio del poder público y se refuerza las posibilidades del abuso y la arbitrariedad contra los ciudadanos y sus derechos a la transparencia y a la libertad.
La fundación Electronic Frontier Foundation (EFF), que se centra en la defensa de los derechos en el ámbito digital de los ciudadanos, impulsó hace meses una campaña que no ha podido ver cumplido su objetivo, que era precisamente detener las modificaciones a la regla 41, regla que constreñía el uso arbitrario del control e intervención de las comunicaciones de los ciudadanos en los diferentes dispositivos electrónicos.
De ahora en adelante los jueces estadounidenses tendrán autoridad para emitir órdenes de registro que permitirán a las agencias de inteligencia estadounidense acceder y registrar "legalmente", pues siempre lo han hecho arbitrariamente, en forma remota, ordenadores, smartphones, redes y cualquier otro dispositivo electrónico. En otras palabras: podrán hackear los dispositivos de cualquier ciudadano en cualquier parte del mundo, de forma secreta y amparada por el parapeto legal de la modificación casi secreta de la regla 41.
Desde el atentado de las torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2011, hace más de 15 años, los ciudadanos en Estados Unidos y el mundo vieron disminuidas sus libertades a nombre de combatir el terrorismo, por la aparición de la ley patriótica y otros instrumentos secretos, que expresan el sórdido propósito de disminuir la libertad de los hombres, como un objetivo de los centros de poder económico que tienen además el control del poder político y militar en el mundo.
Nuestra Constitución Política en su artículo 17, establece que: "Las autoridades de la República están instituidas para proteger en su vida, honra y bienes a los nacionales dondequiera se encuentren y a los extranjeros que estén bajo su jurisdicción; asegurar la efectividad de los derechos y deberes individuales y sociales, y cumplir y hacer cumplir la Constitución y la Ley…" y seguidamente en el artículo 29 dice: "…Todas las comunicaciones privadas son inviolables y no podrán ser interceptadas o grabadas, sino por mandato de autoridad judicial.."
A pesar de esas disposiciones constitucionales, las autoridades nacionales pasadas y actuales, violando abiertamente las mismas, no dan cuenta de aparatos y software sofisticados, (Máquinas Pinchadoras) que a costos millonarios compraron para espiar y hackear a la oposición política y los ciudadanos, contraviniendo las disposiciones constitucionales señaladas.
Es evidente que existe un miedo a la democracia y una fobia contra la libertad, que está haciendo crisis y confronta abiertamente el concepto que tenemos los ciudadanos sobre nuestra libertad que nos legaron los que la reconquistaron y nos la dieron como un precioso legado a la humanidad.
Los efectos de esa disposición en la modificación de la regla 41 en los Estados Unidos, afectan no solamente a los ciudadanos de ese país, sino que convierte a la tierra entera en su jurisdicción.
Hay que recordar que en el principio, Dios nos creó libres, nos dio libre albedrío, ¿por qué entonces, algunos hombres que se creen al margen de la vida y la muerte, pretenden suprimirnos y usurparnos lo que el Creador nos dio?
Tendremos que dar nuevas batallas para reconquistar lo que nos han arrebatado y que nos disminuye como personas y atenta contra los derechos ganados con sangre y sacrificio al o largo de la historia, y se trata de la dignidad y la libertad humana.
¡Así de sencilla es la cosa!
Sábado 3 de diciembre de 2016