La Venganza de Kadaffi y el remezón político

Cuando la criminal de guerra, Hillary Clinton, como Secretaria de Estado recibió la información referida al asesinato del presidente Muhammad Kadaffi, sodomizado con una bayoneta, celebró la noticia con una sonora carcajada y exclamó "veni vidi, vici", parafraseando a Julio César. La invasión y destrucción de Libia por la OTAN y los Estados Unidos, bajo el falso pretexto de evitar la masacre del pueblo libio, por el gobierno de Kadaffi, es el crimen de guerra más horrendo en la historia de comienzos del siglo XXI.

La Revolución de la Jamahiriya Árabe Socialista del pueblo Libio, y la implementación de las Asambleas Populares del Libro Verde –antología de la democracia directa escrita por Kadaffi – transformó a Libia de país más pobre y atrasado de África (monarquía del rey Idris, 1972), al de mayor desarrollo económico y mayor bienestar de la población. Libia pasó a ocupar el liderazgo en el desarrollo económico de África y se constituyó en barrera de contención de la migración africana hacia Europa. En Libia, los habitantes de los países fronterizos encontraban fuentes de trabajo en las obras de infraestructura emprendidas por la Jamahiriya: industria petrolera, modernización de las ciudades o la construcción del gran rio artificial con agua extraída del lago ubicado en el subsuelo del desierto del Sahara, para llevarla a las sedientas poblaciones libias del litoral mediterráneo. Al momento de la invasión y destrucción de Libia, estaba en proyecto –liderizado por Kadaffi -la creación del Banco de Desarrollo Africano y la eliminación del dólar como moneda de intercambio comercial, para ser remplazado por el Dinar. Esta es la verdadera causa de la invasión, impedir dicho proyecto y, de paso, eliminar el gobierno socialista que constituía "mal ejemplo" para los subyugados pueblos africanos. Por otra parte, Francia, Inglaterra, Italia y países de la OTAN se posesionaron de los yacimientos de petróleo y recursos minerales estratégicos que Libia posee en abundancia. De igual manera las reservas guardadas en bancos europeos, calculadas en doscientos mil millones de euros, fueron objeto de la rapiña de los países de la OTAN que participaron de la invasión.

La guerra contra Libia fue promovida, organizada, dirigida por Hillary Clinton y los "aguiluchos del Pentágono". Crimen de lesa humanidad que la convierte en candidata a ocupar el banquillo de los acusados en el Tribunal de Núremberg, al lado de los criminales nazis.

El triunfo de Donald Trump constituye la venganza del pueblo libio contra Hillary Clinton, por el asesinato del presidente Kadaffi. Trump triunfa contra todos los pronósticos. Ni los líderes de su propio partido le brindaron apoyo. Enfrentó el poder político de Washington, liderizado por el presidente Obama que participó en la campaña con todos los hierros. Los medios de comunicación (TV y prensa escrita), publicitaban las excentricidades discursivas que les convenían, pero, ocultaban o tergiversaban los señalamientos de corrupción de la burocracia con sede en Washington ("Hillary corrupta"). Ocultaban las promesas de trabajo para la gran masa de desempleados; la restitución al territorio estadounidense de las industrias que se marcharon a otros países por causa de la política de los Tratados de Libre Comercio (Nafta). Buenas relaciones políticas y diplomáticas con Rusia. La campaña mediática contra Trump estaba dirigida a destruir su persona. ¿Cómo queda todo lo dicho, ahora que ha sido elegido presidente?

El discurso de Trump estaba sustentado en el racismo de "pueblo escogido" – Estados Unidos potencia mundial ("Destino manifiesto") – en la misoginia y normas trasnochadas de La Biblia, que rigen las tradiciones confesionales del calvinismo/presbiteriano/protestante/pentecostal de los migrantes que llegaron de Europa. Discurso dirigido a la población blanca, conservadora, que ve amenazadas sus creencias y costumbres. Trump demostró que el resultado de las elecciones no estaba en las minorías de latinos ni negros, sino, en la gran masa de la población blanca dominada por las religiones protestantes que hacen de Estados Unidos un coctel de modernismo servido en la copa rebosante de tradiciones y creencias trasnochadas de la Edad Media (las brujas de Salem). Hacia esa masa dirigió Trump su discurso. El resultado electoral le dio la razón ¡Acertó! Demostró tener gran conocimiento sociológico de la sociedad estadounidense. Trump les dijo lo que ellos querían oír y le dieron el voto.

Ante la autenticidad, autonomía, recia personalidad de Trump, que llega a la presidencia sin deberle favores a nadie, además de tener mayoría en ambas cámaras del Congreso ¿Es previsible un remezón político a escala nacional e internacional? Las bolsas de valores en todos los países amanecieron estremecidas. ¡Qué temor las embarga! ¿Acaso Trump no es un capitalista millonario que representa a los millonarios? ¡A qué le temen? En ese mar de contradicciones ideológicas que enmarcan la presidencia de Trump y en el cual está sumergida la sociedad estadounidense ¿Puede ocurrir el remezón que aparenta traer el triunfo de Trump? ¿Le permitirá el establishment cambiar sus políticas? Obama prometió cambios, pero, al final de ocho años de mandato se va con las manos vacías y deja como legado a Trump. A Obama le otorgaron el premio Nobel para que se alejara de la guerra, pero, hizo todo lo contrario asesorado por Hillary Clinton, que impuso la política de guerra (Libia, Siria, Irak, Afganistán, Yemen, Líbano, Palestina, Colombia, el Califato de Isis, la Hermandad musulmana muy vinculada a la Clinton). En su segundo mandato Obama se libra de la Clinton, pero, ya el mal estaba hecho. El triunfo de la Clinton signicaba la continuidad de las políticas guerreristas, de las cuales Trump ha manifestado no ser partidario. Contradicciones alimentadas por la Biblia del Dios misógino, lleno de ira, de rayos y centellas, de odio, sangre y crímenes (Libro de los reyes). Esta profundización de las contradicciones, de lucha de clases, de ascenso de masas (Bernie Sanders), entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción ¿A qué conducirá? Donald Trump a partir de este momento pasa a ser protagonista de ese drama.



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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