Una nueva guerra fría entre EEUU y China

Leonardo Boff, uno de los principales creadores de la teología de la
liberación y sacerdote católico franciscano hasta que en 1992 decidió
dejar los hábitos, concedió el reciente 15 de agosto una entrevista al
periodista Martín Granovsky, del diario argentino Página 12, en la
que analizó el rumbo que han tomado Brasil y Argentina por su
subordinación a los capitales transnacionalizados.

Preguntado acerca de los motivos por los que mediante golpe, como en
Brasil, o por votos, como en la Argentina, en América Latina avanzan
procesos neoconservadores, Boff lo vinculó a una nueva guerra fría que
se libra entre los Estados Unidos y China.

El gigante asiático, que ahora forma parte del bloque BRICS, ha estado
entrando en América Latina y ello contradice el propósito
estadounidense de controlar el continente. Al atacar a Brasil, EEUU
ataca a China y a sus enormes inversiones en Latinoamérica que, solo
el año pasado, fueron de 54 mil millones de dólares para el
ferrocarril que une el Atlántico con el Pacífico.

A los latinoamericanos les asusta mucho que Estados Unidos negocie con
Mauricio Macri dos bases militares, una en los límites entre Brasil,
Paraguay y la Argentina, y otra en la Patagonia cerca del acuífero de
agua dulce más grande del mundo, apunta el líder de la teología de
liberación que ya tiene 77 años de edad.

Respecto al proceso golpista en Brasil, Boff relató que el Movimiento
Sin Tierra tiene el apoyo del Papa Francisco y éste se acercó con
mucho entusiasmó a la presidenta Dilma Roussef; tanto que desde
entonces lo ha saludado en cada viaje suyo a Europa.
En uno de ellos le acompañó la actriz brasileña Leticia Sabatella
quien contó de primera mano la situación al Papa y le hizo ver que lo
principal era defender la democracia, porque atacar a Dilma traería
formas violentas de represión social. Al escucharla el Papa le
manifestó: "Es obra del capitalismo; del capitalismo de Brasil y del
capitalismo transnacional".

Boff opinó que el Papa ha visto que el neoliberalismo, que da más
valor al mercado que al bien común, produce gran marginación y una
gran pobreza. Los cuarenta millones de brasileños que fueron sacados
del hambre en Brasil comienzan a volver a su situación anterior.
"Allí, como se sabe, el vice que quedó como presidente interino
despidió al gabinete de Dilma y atacó al ministerio de bienestar
social y la reforma agraria. Los proyectos sociales tienen cada vez
menos financiamiento, la atención de la cultura pasó de un ministerio
a una subsecretaría y Michel Temer cortó la mitad del subsidio a las
universidades públicas".

Según Boff, el Papa consideró que el golpe parlamentario sin bayonetas
busca el mismo efecto que antes buscaban los golpes militares:
reforzar un grupo de los grandes capitalistas nacionales articulado
con los capitalistas transnacionales en función de una mayor
acumulación, privatizando los bienes nacionales. Hay un proyecto de
recolonizar América Latina para hacerla cada vez más una zona que
exporte materias primas puras sin agregarles valor a los productos.
Brasil tiene más de 70 millones de hectáreas para producir y saciar el
hambre de todo el mundo por sí solo y le sobra el agua, advirtió Boff.
"Todo caería bajo control del capital privatizado o
internacionalizado. El Papa se da cuenta de este fenómeno y de que los
pobres volverán a la miseria y al hambre".

En la Argentina, el Estado asume una política privatista. Habla con
las empresas. No hay sociedad sino individuos. La acumulación de la
riqueza se concentra en un polo cada vez más reducido.
No se puede analizar la situación en Argentina o en Brasil por
separado ni valorar aisladamente el intento de Estados Unidos de
alinear a ambos países dentro de la estrategia imperial, afirmó Boff.
"En los 13 años del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder quedó
demostrado que hay dos proyectos en juego. Los dos quieren ser
democráticos, pero la democracia neoliberal es para pocos y hace
políticas ricas para los ricos y pobres para los pobres".

Boff recordó que en Brasil hay 210 millones de habitantes y 71.440
superricos controlan más de la mitad del Producto Interno Bruto. El
Banco Mundial ha dicho que la mayor acumulación del capital en el
mundo se hace en Brasil, donde están los capitalistas más
antipopulares y más antisociales: tienen gran parte de las fortunas
afuera, en paraísos fiscales, y operan por sociedades off shore. Es un
ejemplo, justamente, de los dos tipos de democracia.

El otro tipo de democracia, que en Brasil fue el de Lula, es el de la
democracia inclusiva, abierta a todos. La correlación mundial de
fuerzas no permite impedir la acumulación del capital. Pero al menos
podemos ponerle algún límite. "Debemos hacerlo" finalizó Leonardo Boff
en su entrevista con el diario argentino Página 12.



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Manuel Yepe

Abogado, economista y politólogo. Profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, Cuba.

 manuelyepe@gmail.com

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