Se logró lo imposible

Se logró lo imposible, firmar la paz, en Colombia. Una nación con mayoría de su población nacida bajo un estado de guerra cruel, nada extraño, las guerras son una competencia de crueldades sin fin.

La valentía de los actores: Uno, el Estado, al reconocer una guerra civil que insistentemente se negaba o minimizaba como un “Conflicto armado” reconocer que se está en guerra, es asumir crímenes de estado y violaciones de las leyes de guerra (Tratados de ginebra) actuales hasta los más antiquísimos que ha hecho el hombre en su afán por matarse; Deuteronomio 20 19-20, “limita la cantidad aceptable de daños colaterales y del daño ambiental” El otro, las fuerzas irregulares, formadas por campesinos y olvidados de siempre, sin ninguna otro salida que buscar por la fuerza lo que le han negado por ley y principios. Paradójico, del otro lado son los mismos campesinos, negros e indígenas en armas, solo que con la legalidad de la violencia.

Se avecina esperanza de una Colombia en paz y la aceptación como sociedad, post guerra, con la “Reparación de las víctimas” ¿Cuál reparación existe para viudas, huérfanos, desaparecidos y mutilados? Sin enumerar los abusos inhumanos de que ha sido víctima la población civil: tortura, desplazamientos, ultraje, secuestro, extorsión, hambre.. Todo bajo el clamor de libertad y acusaciones de lado y lado, ¿Quién gano? Nadie. ¿Quién perdió? Toda Colombia.

Hay una oportunidad de ser oídos, para aquellos que vieron desde hace 60 años y más a las guerrillas, como su único interlocutor válido y de peso, frente a un estado indolente y brutal, que ante la disidencia respondía con la bala certera e impune que solo las oligarquías consiguen.

Viene un camino largo, pero es el camino (Alí primera) encausar de forma electoral partidistas a las fuerzas que ayer asumieron bajar las armas. Está el antecedente de la Unión patriótica, para nada alentador, formada en gran mayoría por los ex combatientes del M19, quienes fueron todos asesinados (6.000) por el estado, en su brazo paramilitar, frustrando los deseos de paz a millones y enviando un mensaje a los que seguían en a las selvas y montañas “Para ustedes no hay derechos ni reconciliación” ¿Se repetirá la historia ? muchos creemos que sí.. ¡Disculpen lo pesimista! Hay poderes dentro y fuera que juegan a la guerra $ 6.000.000 en “ayuda militar” por año, crea un poco de confort y comodidades difícil de abandonar, solo por la paz. Sin olvidarnos estar bajo la zona de influencia de una nación que considera la paz mundial, mala para su economía e industrias.

Las Farc-ep, como todo grupo en guerra, distorsionó su lucha, imposible de escapar de la degradación de la guerra y esta, tan larga difícil estar bajo los conceptos de Marx, “De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades “ y a las ves, en una lucha por ver a quien se le agua menos el ojo a la hora de la metralla y la pólvora, y el contar muertes como árboles talados para tener mejor vista del paisaje.

La buena noticia es la esperanza de paz, pero si no se avanza en revertir los preocupantes números de pobreza 65%, Desigualdad 2do, de la región, desplazados 6.000.000, analfabetismo 7,5%, acoso y muerte de periodistas, sindicalistas, defensores de DD.HH, activistas políticos y estudiantiles. Seguirán siendo estos excluidos, los que llenen las selvas y montañas de Colombia al Grito ¡Patria o muerte!

“Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios” Mateo 5-9.


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