Palestina, víctima y vilipendiada de las relaciones de los árabes con Israel

Aún no había pasado mucho tiempo de la Primera Árabe y de las revoluciones populares que iniciaron en las naciones árabes, con el objetivo de idealismo y hacer revivir los valores arábigo-islámico, cuando estas revoluciones, que habían surgido como burbujas una tras otra, observaron su ocaso debido a los engaños y juegos de algunos actores como Israel y Estados Unidos. La Primavera árabe que de hecho era la mayor amenaza para el Estado de Israel, desde su aparición, empezó a convertirse en una oportunidad para el Estado judío, gracias a un plan muy detallado bajo la dirección de Israel y la participación de Washington y ciertos gobiernos árabes de la región. Así convirtieron la Primavera Árabe en un nuevo capítulo de enfrentamiento y división entre los estados islámicos. Tergiversando el escenario político de la región ante los ojos de los gobernantes árabes poco inteligentes del Oriente Próximo consiguieron prender el fuego de las divisiones internas en las naciones musulmanes y utilizando la situación creada por la presencia y las actividades de ISIS en algunos países, dejaron a Israel en un margen seguro, avivando cada día más el fuego de su espectáculo. Algunos estados árabes de la región del Golfo Pérsico, como Arabia Saudita, han jugado un papel clave en este camino y mientras se alejaban, gradualmente, de los países islámicos se acercaron a Israel. Tal vez el acercamiento de Riad a Israel no sea algo nuevo. Sin embargo hasta ahora ninguna de las dos partes lo ha reconocido abiertamente. En los últimos meses este acercamiento saltó a los titulares de la prensa e incluso se planteó el tema de la relaciones normales. Sin duda la relación entre Arabia Saudita e Israel va a surtir efecto en las relaciones de otros estados árabes de la cuenca del Golfo Pérsico. Estos estados seguirán el camino de su hermano mayor. Pero su error de cálculo es que piensan que con el acercamiento a Israel van a solucionar sus otros problemas como liberarse del conflicto armado en Yemen. Ignoran que el Estado judío sólo piensa en sus intereses y en sus estrategias. Israel no busca la amistad de los árabes. Lo único que le interesa es la destrucción y la desaparición de los árabes. De hecho, para Israel un buen árabe es un árabe muerto.

En medio de todo este juego de intereses Palestina sigue siendo la víctima. Una Palestina agotada por una lucha desigual y por la ocupación. Una Palestina ya cansada y desesperada ante las promesas sin contenido de sus hermanos árabes. Una Palestina que sigue sufriendo los ataques y los bombardeos israelíes y que se ha convertido en moneda de cambio para los árabes e Israel. Pero lo interesante es que al mismo tiempo que los jeques árabes le dan la espalda a los palestinos, en Europa, América Latina y muchas otras partes de nuestro mundo crece el apoyo a la causa palestina. En el continente europeo las campañas para boicotear los productos israelíes van en serio y en muchas naciones hay normativas al respecto.

Parece que la soledad de Palestina sólo existe entre los árabes y en otros lares cuenta con nuevos amigos y compañeros. Aún cuando nuestro mundo actual ha perdido muchos valores éticos, espirituales y humanitarios pero existe la esperanza que la resistencia palestina ante la ocupación y la agresión sionista alcance la Victoria con el apoyo de los amantes de la libertad en Latinoamérica, Europa, África y Asia.



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