Mientras el planeta-fútbol se recrea, América Latina se prostituye

20 mil atractivas mujeres latinoamericanas están en este momento presentes en la máxima jornada del fútbol mundial, Alemania 2006.

Por su puesto que no están deleitándose con los juegos y libando las prodigiosas cebadas alemanas, sino “trabajando”, si es que así se le puede llamar a esta actividad semi-forzada de cambiar salud por humillaciones, ultrajes y enfermedades

Así, al menos 20 mil mujeres latinoamericanas, en su gran mayoría madres, cumplen, silenciosas, con su lugar en el imaginativo sistema globalizado de acorralamiento socio-económico.

Hace falta remacharlo (para que no tintinee a seco dato estadístico): 20 mil mujeres latinoamericanas están en este instante haciendo turismo internacional por primera (y tal vez única vez) a la gran cuna occidental de la música, la filosofía y la pintura expresionista.

El detalle es que este turismo es carnal y no cultural, institucional o deportivo.

50.000 prostitutas, un 40% de ellas de América Latina y un 25%, de Europa del Este se anuncia que “pondrán color” a este gran asueto global a la hipnosis laboral.

El dato proviene de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres (CATW en sus siglas en inglés).

El diario Folha de Sao Paulo reveló la práctica de campañas para la persuasión de menores por parte de redes internacionales de explotación femenina, con el propósito de congeniarlas a viajar, conocer mundo, y por ratos “servir de anfitrionas a clientes corporativos y usuarios VIP.

Esto es: very important persons, expresión que traduce: “personas muy importantes”.

Seres tan importantes que naturalmente necesitan que jóvenes pobres latinoamericanas y de Europa del Este graciosa y servilmente se presten a prostituirse “sólo por unas escasas semanas en las admirables y coloridas metrópolis de Alemania”.

Poco se dice, sin embargo, sobre el costo que mujeres, niñas y familias de América Latina (y otras partes empobrecidas del planeta) tienen que pagar para divertir a los “aburridos” hinchas occidentales.

Y el problema no es coyuntural. No es sólo un fenómeno puntual de turismo futbolístico cada cuatro años.

Es una industria muy bien aceitada por poderes económicos y burocráticos a ambos lados continentales de esto que podríamos llamar la “ecuación de la carne”.

La Comisión Europea ha reconocido recientemente que el tráfico de mujeres latinoamericanas y caribeñas ha sufrido un "incremento explosivo".

En el Viejo Continente, el tráfico sexual envuelve a 200,000 a 500,000 mujeres procedentes a América Latina, África, Asia y Europa Oriental, según rotula un estudio conducido en junio de 1996 y citado por la Comisionada Europea para Justicia e Inmigración, Anita Gradin.

Sólo en Holanda, cada año llegan entre 2.000 y 3.000 víctimas adicionales a cumplir contratos de servicio a cambio de montos en su mayoría pírricos, a objeto de medio-mantener a sus familias.

Gran parte de estas mujeres aseguran que fueron obligadas a ejercer la prostitución por medio de la artimaña o la coerción.

El móvil que justifica el auge de esta actividad se aclara cuando vemos el impacto económico que genera a las llamadas “grandes mulas de blancas” de la trata y el proxenetismo.

El tráfico de mujeres en Europa representa cerca de 7 mil millones de dólares por año, según evaluaciones de la Organización Internacional para la Migración (OIM).

Pondremos un ejemplo comparativo para graficar mejor la idea.

Durante el ejercicio fiscal 2.006 Venezuela está invirtiendo la suma de 35,6 billones de bolívares (41% del presupuesto nacional), en programas sociales en las áreas de educación, salud, seguridad social, vivienda, desarrollo social, cultura, ciencia y tecnología.

La suma del gasto social y educativo de Venezuela (35,6 billones de bolívares al cambio en dólares) representa así apenas la mitad del monto que ingresa anualmente el negocio de prostitución en Europa.

Mientras las roscas globalizadas del “turismo sexual” se continúan enriqueciendo, más de 1,7 millones de latinoamericanos viven infectados con el virus del SIDA, según indica el último informe del Programa de las Naciones Unidas sobre el SIDA (ONUSIDA).

El estudio, presentado en Ginebra, reporta que:

"En América Latina ha habido incrementos importantes en el número de mujeres infectadas”.

“Mientras que antes hablábamos -en algunos países- de una mujer infectada por cada siete u ocho hombres infectados, hoy tenemos una mujer infectada por cada tres hombres, en la mayor parte de los países", dijo a la BBC Nina Ferenci, de ONUSIDA.

De toda la región, sólo Guatemala y Honduras tienen una tasa nacional de VIH en adultos superior al 1%.

Los testimonios de mujeres llevadas engañadamente a Europa son lo que algunos profesores de filosofía llaman: “auto-eplicativos”:

"Lo conocí en el gimnasio. Ambos hacíamos la misma rutina de ejercicios antes de ir a clases en la universidad. Todo era tan emocionante.

Él parecía genuino y me ofreció la oportunidad de ir a España para encontrarme con un ex novio", dijo Mariana, una joven mujer de Bogotá, quien pudo evitar caer en la trampa de la prostitución forzada.

El plan consistía en que Mariana le dijera a su familia que había ganado un boleto aéreo en una rifa.

Todo lo que debía hacer era "llevar algunos documentos, lo cual, en todo caso, sonaba como una aventura".

"Se lo conté a una amiga pues simplemente no podía ocultarlo, y fue ella quien me salvó", dijo Mariana.

El día antes de que se realizara el viaje, la amiga alertó a la madre de Mariana, quien buscó ayuda con el fiscal del distrito. Las autoridades lanzaron una operación que condujo al descubrimiento de una red de "trata de blancas" en Europa.

“El destino de Mariana pudo haber sido como el de Patricia, otra colombiana de 28 años que ha estado ejerciendo la prostitución en Holanda.

Patricia relató algunas historias de su dura vida a las autoras del libro «No pensé que esto podría ocurrirme a mí» («I Didn't Think This Could Happen to Me»).

"Ya he vivido demasiado, lo he visto todo. Básicamente tuve dos posibilidades, las únicas que tienen las mujeres colombianas: involucrarme en el tráfico de drogas o convertirme en prostituta.

Opté por lo segundo, y aquí estoy, toda jodida", expuso Patricia.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 5294 veces.



Luis Delgado Arria


Visite el perfil de Luis Delgado Arria para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: