Marco jurídico de Estados Unidos e Israel para asesinar a políticos extranjeros

En la década del setenta, con motivo de varias denuncias de abuso de poder, el senado estadounidense instaló una Comisión que investigó las actividades secretas de ese país en esos años y las décadas previas, se concluyó que el gobierno norteamericano intento asesinar o asesinó a líderes políticos extranjeros en tiempos de paz, como por ejemplo Fidel Castro, esto llevó a que en 1976 se emitiera una orden ejecutiva (decreto) que prohibía expresamente los asesinatos políticos o el conspirar para tal fin. Este hecho evidenció que hasta ese año era perfectamente válido y legal el asesinato por motivos políticos.

A partir de la prohibición de esta actividad la responsabilidad de los asesinatos políticos recayó en el Mossad israelí, en donde siguen siendo legales los asesinatos de este tipo. En los últimos años el gobierno estadounidense ha reinterpretado las excepciones de su marco jurídico (especialmente después los ataques del 11 de septiembre de 2001) con el fin de legalizar nuevamente los asesinatos sin obedecer al debido proceso o derecho a la defensa. En el año 2012 el diario The New York Times reveló que el presidente Obama decidía personalmente a quien asesinaría su gobierno, eligiendo de una lista entregada por su equipo. Los seleccionados en esta "lista de la muerte" eran supuestos terroristas a quienes se asesinarían con aviones no tripulados (incluyendo muertes "colaterales" de civiles).

Una de las razones que llevaron a aceptar públicamente la responsabilidad de los asesinatos extraterritoriales, sin respetar el marco jurídico internacional o de los países afectados, es la utilización masiva de drones (aviones no tripulados), estos aviones tienen la ventaja de no arriesgar personal en las operaciones, son difíciles de detectar, se controlan a miles de kilómetros de distancia y, en el peor de los casos, se puede negar la participación en alguna misión fallida. Como desventajas tienen el hecho de que sólo tienen la capacidad de lanzar ataques aéreos con bombas de distinta potencia, esto significa que no pueden ocultar sus ataques o a las víctimas. Por esta razón se ha reconocido que el presidente de Estados Unidos tiene la autoridad para matar "objetivos" fuera de su país sin preguntar o pedir permiso a nadie.

De la misma manera que seleccionaba "objetivos" para matarlos con drones Obama pudo decidir matar a Hugo Chávez utilizando, en este caso un arma no convencional. En el año 2007, la agencia internacional de noticias Associated Press publicó documentos desclasificados por el gobierno estadounidense, con fechas tan tempranas como 1948. En ellos se revelaba la existencia de investigaciones para asesinar a «personas importantes» (militares o civiles), en el contexto de la Guerra Fría, con la utilización venenos radioactivos. ¿Hasta qué punto se han podido desarrollar este tipo de armas en el siglo XXI?, si fue una posibilidad hace sesenta años, entonces lo sigue siendo aún.

Hemos visto como la política de Estados Unidos es intervenir en otros países de manera unilateral. El presidente de Estados Unidos, Barak Obama, ha acelerado los mecanismos de intervención en Venezuela. En declaraciones públicas reafirmó, descaradamente, que «a veces torcemos el brazo a otros países para que hagan lo que queremos», lo que demostró al decretar a Venezuela como una amenaza "inusual y extraordinaria" en contra de ese país. Dicho decreto (ratificado recientemente) deja ver la decisión de acabar con el actual gobierno venezolano. El primer objetivo fue Hugo Chávez al ser declarado por distintos voceros estadounidenses como el "principal enemigo de EEUU en la región" o una "amenaza permanente". Igualmente el presidente de Israel, Shimon Peres, había declarado en el año 2009 que Chávez "pronto desaparecerá", esto fue meses antes de que el presidente pudiera haber sido objeto de un ataque no convencional. Estas afirmaciones de los máximos representantes de los países más despiadados del mundo, con las agencias de intervención más mortíferas del planeta (CIA y MOSSAD), fueron indiscutiblemente amenazas de quienes tenían la posibilidad de asesinar a Hugo Chávez. Con Chávez fuera de la escena Nicolás Maduro se convierte ahora en el primer objetivo de Washintong.

La investigación realizada en el Centro de Investigación y Estudios Políticos y Estratégicos (CIEPES) estudia la posibilidad de que estas agencias tuvieran acceso al presidente, también qué agente letal pudo se utilizado o el momento en que se habría expuesto. La investigación extraoficial continua y estas hipótesis se han analizado, junto con otras que todavía no se han descartado. Los primeros avances, que serán publicados por la Editorial Insurgente, darán a conocer la factibilidad de estas hipótesis que, con seguridad, presentaran al lector una visión diferente a lo aceptado comúnmente hasta ahora.



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