Perspectivas del Pre-Acuerdo de Paz Farc-Santos de septiembre 23-2015.

De forma amplia fue difundida por el mundo el 23 de septiembre de 2015 la imagen de las manos entrelazadas de Raúl Castro Presidente de Cuba, Juan M. Santos Presidente de Colombia y Timoleón Jiménez Comandante General de las Farc-EP, como representación de un significativo pre-acuerdo de Paz entre el gobierno Colombiano y las Farc-EP, que pondría fin a un conflicto social armado que hunde sus raíces hasta el asesinato imperialista-oligárquico de Gaitán el 9 de abril de 1948, producido en pleno inicio de la llamada guerra fría. El acuerdo definitivo debería según Santos firmarse a más tardar el 23 de marzo de 2016 y para Timoleón Jiménez podría ocurrir antes. Es de resaltar, que en el pueblo trabajador colombiano y latinoamericano la noticia causó gran conmoción y alegría, pues se abre la posibilidad de la creación de un nuevo espacio regional favorable al cambio histórico de época o de Paz con Justicia Social.

LAS BASES DEL PREACUERDO.

En éste se contempla un plan de justicia transicional para enfrentar un aspecto jurídico-político de la resolución del conflicto social armado de más de 50 años. En especial, contiene la posibilidad de la más amplia amnistía para los mandos insurgentes y agentes del Estado involucrados en actos de guerra que pudiesen llegar a ser tipificados como criminales; y para aquellos que lleguen a ser considerados como crímenes horrendos o de lesa humanidad y sean confesados voluntariamente por sus autores, la aplicación de penas y su cumplimiento en condiciones especiales de favorabilidad. Los mandos insurgentes están plenamente identificados, ahora hay que identificar a los agentes del Estado que han participado de la dirección de la guerra desde sus primeros años en la década de los años 60s del siglo anterior. Hasta el mismo Presidente Santos, uno de los promotores del pre-acuerdo, ha sido un agente del Estado que participó de la dirección de la Guerra, como ministro de defensa del gobierno de Uribe y ahora como Presidente de la República. Durante su primer mandato presidencial fue muerto el Comandante General de las Farc-EP, Alfonso Cano, en circunstancias que aclararía una comisión de la verdad. Cano estaba dirigiendo la fase exploratoria del inicio de los diálogos. También se estipula que luego de la declaración jurada de la verdad o del reconocimiento de la participación en actos de guerra, tipificados como horrendos o de lesa humanidad, se aplicarán penas con reducciones establecidas por la justicia transicional y en caso de no hacerse así, se aplicarían penas de hasta una veintena de años. Ésta es una cuestión en el caso de llegar a ella que demanda una tarea muy ardua de un tribunal especial.

De otra parte se dice en el pre-acuerdo que habrá un proceso de dejación de armas y de conversión de las Farc-EP en un movimiento político. Este último asunto suscita muchos interrogantes, pues el ala belicosa de la derecha colombiana, hará todo lo que esté a su alcance para asesinar a dirigentes guerrilleros incorporados a la acción política legalizada. Eso ocurrió en el siglo anterior con: a) algunos dirigentes guerrilleros liberales de los Llanos comandados por Guadalupe Salcedo e incorporados a la vida civil, b) dos mandos de la corriente de Renovación Socialista y c) la comandancia general del M-19 (Carlos Pizarro) después de firmar acuerdos de Paz con el gobierno colombiano. Y claro el pueblo trabajador recuerda que el gobierno colombiano de estirpe liberal-conservador propició, incurrió en omisión a sus obligaciones constitucionales y no protegió la vida de más de tres mil (3000) militantes de la Unión Patriótica que fueron asesinados por una combinación de acciones de agentes del Estado y el para-Estado, cuando ejercían sus derechos políticos de lucha por la Paz con Justicia Social, luego de los acuerdos firmados en 1984 entre las Farc y el gobierno de Belisario Betancur. Se supone que a la luz de estos antecedentes los mandos de las Farc-EP sabrán cómo actuar como movimiento político, una vez se pase a dar cumplimiento al acuerdo definitivo de Paz que podría firmarse en marzo 23 de 2016.

Al respecto en la entrevista concedida por Timoleón Jiménez a Piedad Córdoba por Telesur el día 27 de septiembre, él reconoce que con apoyo nacional e internacional las Farc-EP convertidas en movimiento político abierto enfrentarán ese desafío de la implementación de los acuerdos de Paz. Valga decir que éste no sería un acuerdo social y político entre el gobierno de Santos y el pueblo trabajador colombiano que está reclamando a través de la movilización, la solución de reconocidos problemas estructurales (satisfacción de necesidades básicas, dignidad y trabajo), puestos hoy, en particular, en evidencia en las zonas fronterizas con Venezuela, luego de la aplicación por el Presidente Maduro de la política de Fronteras de Paz. Lo que se avizora es una gran lucha del pueblo trabajador colombiano por la Paz con Justicia Social que el movimiento insurgente de las Farc-EP, convertido en movimiento político abierto ayudará a potenciar. Y que sin duda también será fortalecida por la esperada conversión de la Insurgencia del ELN en fuerza política abierta.

EL CONTEXTO DEL PREACUERDO ENTRE LAS FARC-EP Y EL GOBIERNO COLOMBIANO.

En la cumbre de la CELAC que tuvo lugar en La Habana se declaró a la Región de América Latina y el Caribe, como una región de Paz con solidaridad. El Presidente boliviano Evo Morales ha pedido de manera reiterada que se retiren las bases militares norteamericanas emplazadas en Nuestra Región, pues el desarrollo autónomo de nuestros pueblos no las necesita. Al comienzo del primer mandato del Presidente Correa, éste ordeno retirar de Ecuador la base militar norteamericana de Manta. De modo que Latinoamérica pide unidad para su desarrollo humano en PAZ con justicia social y solidaridad. Y también desde hace años el heroico pueblo colombiano viene pidiendo una solución política de Paz a la prolongada guerra interna; así lo dejó saber en las últimas elecciones presidenciales cuando le entregó un segundo mandato al Presidente Santos para continuar los diálogos de Paz en La Habana entre el gobierno y las Farc-EP.

Y en otro lugar del contexto mundial, por ejemplo en Europa, los pueblos vienen buscando la solución a sus grandes problemas por la vía de la movilización social y política. Ejemplo de ello son Grecia y España. Por el contrario las fuerzas de la guerra a favor de la recolonización del mundo, provocan muerte y grandes migraciones donde quiera que actúan; así lo hicieron en Libia, Siria, Irak y Afganistán. Las fuerzas del capital provocan con sus guerras grandes migraciones de familias enteras o desmembradas y luego quieren impedir su asiento en la Europa que venden como ejemplo de vida. Y todo ello va generando una gran reflexión entre los pueblos, que forma conciencia colectiva a favor de su unidad e integración para la Paz que no es otra cosa que la reproducción social de la vida con dignidad.

A MODO DE CONCLUSIÓN

Para el pueblo colombiano lo que debe traer la implementación del proceso de Paz a partir de marzo de 2016, luego de firmarse los acuerdos, es precisamente eso: la reproducción social de la vida digna. Y ésta no se alcanza sino construyendo con organización consciente una sociedad del trabajo, de la igualdad y la solidaridad, bajo la plena soberanía nacional y la integración de los pueblos hermanos. Y en este último aspecto el inicio de la construcción de la Paz colombiana no debe significar una amenaza para el proceso revolucionario bolivariano venezolano. De ahí que la exportación planificada de mercenarios terroristas a Venezuela y el saboteo de su economía por parte de fuerzas enemigas de la Paz y las amenazas de las bases militares norteamericanas en suelo colombiano son factores de guerra que deben desaparecer. La población migrante colombiana que hace vida digna en Venezuela, parte de la cual se registra en las Plazas Bolívar del País para integrar el Movimiento Bolivariano de Colombianos por la Paz, debe ver el proceso de Paz en Venezuela y Colombia como un mismo proceso, que los dos pueblos cuidarán como garantía de solidaridad e integración latinoamericana.

La conciencia y disciplina de lucha de la insurgencia colombiana sumada a la acción de los movimientos sociales ayudará sin duda a que estos objetivos se cumplan.



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