Crisis de los refugiados


Crisis de los refugiados
Sucedió lo inimaginable. La globalización, una dimensión comunicacional diseñada para conquistar, controlar, manipular, alienar, custodiar, mentir y asesinar, hoy se ha revertido en una acción que el globalizador jamás pensó que pudiera suceder. 

 
El globalizado, tradicionalmente condenado a morir en su propia tierra y sufriendo las constantes penas, por años, inducidas por el globalizador, invisibilizado, enmudecido, y exterminado y sumando como un simple número a la cuenta general que los órganos multilaterales internacionales llevan de los diferentes tipo de pobres que sufren y mueren en la tierra, hoy es noticia. El mundo y su globalización ya hoy no lo pueden ocultar por más tiempo. 
 
Hoy los pobres de la tierra, víctimas de la vorágine colonialista del capitalismo sin escrúpulos, del poder omnímodo que el globalizador detenta, del dinero que solo sirve para enriquecer pero que no sirve para alimentar a los hambrientos, de la mentalidad xenofóbica que considera, en pleno siglo XXI que hay seres humanos superiores e inferiores. 
 

Hoy esos pobres que no tienen acceso a las riquezas que ellos han ayudado al globalizador a acumular, cuyas piedras preciosas cubren cuellos ajenos, cuyo petróleo es combustible para los poderosos, cuya libertad se usa dolo para ejercer de pobre y para morir, hoy paga con la misma moneda que su verdugo: la inmigración. Solo que a diferencia del primero, que inmigró no solo por huir de sus propias guerras, sino para hurtar, matar, dividir, invadir y conquistar, los inmigrantes de hoy son víctimas que le huyen a las guerras y al hambre plantada por aquellos en sus otrora vírgenes tierras, hoy ensangrentadas con todo tipo de plaga globalizadora 

Europa la grande, la de poderosas y ácidas aristocracias, la autora de históricos genocidios contados en versiones mentirosas y complacientes. La de monarquias que para subsistir al paso de la historia, se convirtieron en "institucionales". Una suerte de dictadura de la nobleza con sello constitucional, hoy, sus fronteras infranqueables, se llenan de la cosecha inexorable de siembra histórica. Cientos de miles de refugiados huyendo de sus naciones asoladas, en parte, por conflictos "made in Europa". 



La crisis no es pequeña ni nueva. Es publica. Globalizada. Ya no se puede esconder a los muertos que se quedan en el camino. Los que se ahogan en el Mediterráneo tratando de vivir. Los que se amontonan en las fronteras europeas con cara al mar Adriático, al Egeo y al Mediterráneo Los que mueren en la serranía y bajo las balas de los policías de frontera. Pudiéramos decir que esta "invasión" se corresponde con la que los europeos han realizado desde tiempos inmemoriales de la colonia cuando África y las indias occidentales fueron saqueadas hasta la médula de la tierra y nadie sabe cuanto, pero fue mucho, el oro, las perlas y los metales preciosos robados a precio de vida, tanto como lo que el fondo monetario, el banco mundial y todos los bancos poderosos del planeta siguen robándole hoy a los débiles que hoy emigran hacia los países otrora emigrantes. 

 

Solo que nosotros, los débiles de la tierra, nunca, nunca jamás los recibimos con policías anti motines ni perros entrenados para resguardar el "orden" ante la oleada de extranjeros que llegaron a nuestras tierras. Primero como conquistadores asesinos y luego como refugiados de sus propias guerras. Nosotros los recibimos con los brazos abiertos y los convertimos en hermanos nuestros, les dimos tierras para sembrar, mares para navegar, cielos para volar y sueños para soñar. Cuando digo "nosotros", me refiero siempre a los humildes de la tierra en Hispanoamérica, en anglo América, en franco América, en luso América, en la América de los Países Bajos, en África del Norte, del sur, del cuerno, sahariana y sub sahariana, en el Medio Oriente atacado por las potencias invasoras, en la mismísima Europa pobre, la que no pertenece a la UE. 

Mientras tanto, la ONU y su manejo tradicional de la diplomacia representativa de los poderosos, tiene a su Alto Comisionado (ACNUR) para llevar la contabilidad de los refugiados y para decretar los términos correctos que se deben usar. Según ellos, esta crisis no es un "fenómeno migratorio", sino un "conflicto de refugiados".  En verdad no tengo idea de que semántica nos podemos valer para tratar un asunto donde los derechos humanos, que tanto pregona EEUU y sus socios naturales aquí y allá, especialmente ahora mismo cuando tanta critica se le ha hecho a Venezuela por hacer valer su soberanía fronteriza por años descuidada por nosotros y abusada por Colombia, están tan desflorados y abusados que la primera palabra que viene a cumplir con la verdadera definición filosófica es: "genocidio culposo continuado y cómplice de los grandes en contra de los débiles".  


 
A la mierda con el lenguaje diplomático del ACNUR.  Un juego de palabras que no resuelve la gigantesca crisis humana que se produce cuando un ser humano tiene que salir de la tierra que lo vio nacer por razones que ponen su vida en riesgo y en su peregrinar, no encuentra la solidaridad necesaria que le permita comenzar una nueva vida en otra.  Peor aún, la muerte puede estar esperándolo. 

 
Este ha sido el caso en Europa, donde más de 300.000 personas han arriesgado sus vidas cruzando el Mar Mediterráneo en lo que va del año. Más de 2.600 no sobrevivieron a esta peligrosa travesía, incluyendo a un angelito, Aylan un niño de tres años, cuyo cuerpecito muerto fue entregado por el mar como muestra premonitoria de lo que representa no abrir la puerta a un vecino en apuros y en riesgo de muerte. 
 
La foto de esta tragedia ha conmovido muchos corazones de la opinión pública mundial. Aun no sabemos si su muerte mueva a los aristocráticos gobiernos europeos a ponerse de acuerdo para diseñar una política migratoria más humana y menos desmemoriada, pues no puede olvidar cuánta responsabilidad originaria tiene en todo este conflicto y cuánta gratitud debe a muchos de los países a los que hoy cierra las puertas y a los que una vez emigraron sus ciudadanos huyendo de la desolación de la guerra. 
 
La imagen desgarradora de ese pequeño niño sirio, cuyo cuerpo arribó a una playa turca luego de un intento fallido por alcanzar Grecia, ha arrojado una nueva luz sobre las tragedias humanas, que ahora se hacen visibles, pero que siempre han ocurrido habitualmente en el Mediterráneo. Ya no se puede esconder una tragedia de tales magnitudes. La globalización se ha encargado de develar lo que siempre estuvo escondido. 

Ante esta visibilización hecha pública por la globalización, ahora la UE no tiene otra opción que movilizar todas sus fuerzas ante esta crisis. El camino para resolver este problema es que la Unión Europea y todos los Estados miembros implementen una estrategia común, no solo basada en la responsabilidad, la solidaridad y la confianza, sino en un verdadero sentido de valores humanos tan ausentes en el planeta y tan necesarios, no solo para los refugiados, sino para lo receptores de ellos.  La especie humana necesita esta señal para sentar un nuevo espíritu de solidaridad ecuménica y entender de una vez por todas, que la continuidad de la vida en este planeta la garantiza el amor incondicional al prójimo y no el exceso de tecnología y de avances científicos que se miden en dólares y euros. 
 
Máxime cuando por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial se rebasan los 50 millones de refugiados (51,2 ),  un número vergonzoso que no discrimina en responsabilidad. Aquí está representada la política de guerra de los grandes, traducida en almas deambulantes desplazadas de su lugar de origen.  Los EEUU, la Unión Europea, China, los aliados de esos bloques, Israel, Colombia, los Balcanes en su momento.  
 
Por cierto, dato curioso y muy importante para los críticos de la política de saneamiento de la frontera venezolana del contrabando y la delincuencia cambiaría: Colombia es uno de los países que más ha generado desplazados, y no necesariamente como producto del reciente conflicto con Venezuela.  Otro dato importante en este análisis es el hecho de que, entre los países que más han acogido desplazados por situaciones de guerra y hambrunas no se encuentra ninguno de los grandes. 
 
El mas largo y continuado proceso sistemático de generación de desplazados que piden refugio lo representa Palestina, aun cuando la mayor población de refugiados en el mundo es la de afganos (2,5 millones) seguidos de sirios (2,4 millones), somalíes (1,1 millones), sudaneses (650.000), congoleses (500.000), birmanos (480.000), iraquíes (401.000), colombianos (396.000), vietnamitas (314.000) y eritreos (308.000). 
 
Por la otra parte, los países que más poblaciones refugiadas acogieron en 2013, por ejemplo, fueron Pakistán (1,6 millones), 22.000 menos que un año antes, especialmente por el retorno voluntario de afganos a su país, Irán, con una comunidad de 857.000 afganos, y el Líbano, con 737.000 refugiados sirios. Con el recrudecimiento de la crisis siria, Jordania y Turquía se han incorporado a la lista de países con más poblaciones de refugiados, seguida de Kenia, que vio llegar a las víctimas de la violencia armada en República Centroafricana y, más recientemente, en Sudán del Sur. 
 
Como podemos ver, ni un solo país de la Unión Europea ni EEUU en la lista, hasta hoy en día, por supuesto, cuando estos gigantes, excepto los EEUU, están siendo verdaderamente confrontados con las oleadas masivas de desplazados que hoy avergüenzan al planeta por el manejo inhumano de la crisis.
 
En base a lo anterior y como consecuencia de haber marcado en el almanaque el Día Internacional de los Refugiados, la ONU y su ACNUR, por la exposición que el tema ha tenido en los medios (globalización), ha tenido que desmentir la idea generalizada de que los refugiados llegan a los países ricos, precisando lo que hoy asombra al mundo, y es que el 86% de estas persona han sido recibidas en países en desarrollo, una tendencia que crece en proporción al aumento y agravamiento de la situación.  
 
Una población que no está en incluida en la cifra de desplazados que hoy avergüenza aun más al planeta, son los apátridas, un grupo de seres humanos que literalmente no tienen una patria que les de cobijo ni un pasaporte. Literalmente seres humanos sin mapa ni amparo jurídico de ninguna índole.  Este numero, difícil de cuantificar y de los cuales las oficinas del ACNUR han informado la existencia de 3,5 millones, aunque se cree que su verdadero número es tres veces superior, está compuesto de gitanos, nómadas, kurdos e indígenas aborígenes desplazados por la historia contemporánea de los últimos cien años, que ha sido capaz de conquistar el espacio y ha inventado la inteligencia artificial, pero que no puede encontrar la manera de compartir un pedazo de tierra, un techo y un mendrugo. Una señal que muestre un poco de inteligencia natural al servicio del hombre por el hombre. 

Mientras tanto en América, los EEUU, guarda un silencio cómplice, dejando que la retórica inútil de la diplomacia actúe.  Olvidando,que en su propio patio, existe una crisis centenaria de refugiados que han hecho que su frontera con México, se convierta en una de las más inhóspitas de mundo, donde los inmigrantes son "cazados" como animales por la patrulla de fronteras, donde por cierto, no hay supervisión de la ACNUR ni de la Human Rights Watch.  
 
Un gigante responsable de cientos de miles de refugiados en toda su historia, el mismo que hoy se ha unido al coro de voces que denuncia a Venezuela por liberar sus fronteras de contrabandistas y paramilitares, donde Colombia ha enviado millones de desplazados y donde Uribe Vélez y sus paramilitares han asesinado tantas vidas inocentes, incluyendo militares venezolanos. El mismo que exterminó millones de naciones indígenas en su conquista de la inmensidad de aquellas tierras.  Donde un candidato presidencial despotricó de México y aun así va adelante en las encuestas.
 


Esta nota ha sido leída aproximadamente 860 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter