Diez buenas razones para reformar el sistema monetario actual

¿Cómo afecta el actual sistema monetario a la economía y a la sociedad? ¿Por qué falla?

Mark Joób, profesor en la West Hungarian University y miembro del Committee of the Swiss Association for Monetary Modernization (MoMo)

1. El dinero se crea con deuda

Hoy el dinero aparece mediante la creación de deuda. Cuando los bancos comerciales piden prestado a los bancos centrales y cuando gobiernos, productores y consumidores piden préstamos a esos bancos comerciales. De ese modo, el suministro de dinero en la economía sólo se puede mantener si el sector público o privado se endeudan. El crecimiento económico necesita un incremento proporcional del dinero para poder evitar la deflación que paralizaría los negocios, pero un crecimiento en el dinero conlleva un crecimiento de la deuda. De este modo, los actores de la economía se adentran en el peligro del exceso de endeudamiento y sufrir la bancarrota.

No es necesario decir que los problemas de sobreendeudamiento causan serios problemas a la sociedad y a las personas si observamos la última crisis de deuda que todavía estamos sufriendo. Empezó como una crisis de deuda en manos de los particulares que no podían hacer frente a sus hipotecas, que se transformó en una crisis de deuda de la banca privada en Estados Unidos y otros países, para luego pasar a ser nacionalizada y convertirse en una crisis de deuda pública. Los recortes en el gasto público requeridos para pagar la deuda externa provocan una situación de alarma social injusta, ya que han impuesto cargas sobre los ciudadanos, quienes no se han beneficiado de la misma manera de la creación de esa deuda.

2. La creación y el suministro del dinero están bajo control privado

Sólo una pequeña parte del dinero en circulación ha sido creado por los bancos centrales. Los billetes y monedas emitidos por los bancos centrales en la mayoría de los países se encuentra entre el 3% y el 15% del suministro de dinero en circulación. El resto es creado por la banca privada de forma electrónica, como dinero en cuenta, cuando conceden créditos a clientes o comprando valores o bienes.

De hecho, todo el dinero, tanto el efectivo como el dinero en cuenta, es llevado a la circulación por bancos comerciales, por lo que son estos bancos los que controlan el dinero. Los bancos comerciales deben soportar el riesgo de los créditos que conceden, lo que les debería llevar a examinar con mucho cuidado la viabilidad de sus clientes. Sin embargo, los bancos deciden a quién conceden sus créditos basándose sólo en su propio beneficio. Que una inversión sea socialmente necesaria o deseable no es uno de los factores a tener en cuenta por la banca.

De este modo, estas inversiones que deberían servir al bien común y no son los suficientemente rentables para los bancos privados tienen que ser financiadas por los gobiernos a costa de impuestos y mediante la generación de más deuda pública. En el lugar de financiar inversiones a largo plazo en interés de la sociedad, los bancos comerciales han financiando inversiones de corto plazo especulativas, que en las dos últimas décadas han creado un enorme casino global por encima de cualquier control público.

3. Los depósitos bancarios no son seguros

Los depósitos bancarios se sustentan en dinero a cuenta, que en contraste con el dinero en metálico no es moneda corriente, aunque sea tratada como tal. El dinero en cuenta es un sustitutivo del dinero, es sólo una promesa por parte del banco de desembolsar la correspondiente cantidad de dinero en moneda si el cliente así lo solicita. En el actual sistema bancario sólo una pequeña porción del dinero a cuenta está respaldado en moneda corriente. Los bancos sólo tienen un pequeño porcentaje de sus depósitos en metálico y guardado en el banco central.

Ése es el motivo por el cual los bancos se soportan en la confianza de sus clientes. En el caso de que muchos clientes quisieran retirar su dinero al mismo tiempo se les agotaría el metálico y tal escasez de liquidez podría llevarles a una bancarrota repentina. Por lo tanto se ha creado un sistema que asegure los depósitos bancarios para evitar esas bancarrotas. En casos de reacciones en cadena a gran escala como la ocurrida a la banca en 2008, se ve necesario el rescate de los bancos privados por parte de los gobiernos, además de la intervención del banco central como prestamista para salvar la liquidez de estos bancos.

4. Este sistema de suministro de dinero crea burbujas cíclicas

Los bancos privados conceden préstamos con la única intención de maximizar el interés obtenido. Cuanto más dinero se presta, mayor es el beneficio, siempre que los deudores puedan seguir pagando sus deudas. En épocas de crecimiento económico los bancos prestan dinero para aprovechar las burbujas económicas, mientras que en épocas de recesión tienden a restringir el crédito para reducir sus riesgos.

De este modo los bancos provocan un exceso de dinero durante esos booms y una falta de este en las recesiones, de tal modo que amplifican las burbujas financieras o de otros activos o productos. Esas burbujas crean grandes daños en la sociedad y en el mismo sistema bancario cuando estallan. Nuevamente el estallido de la burbuja inmobiliaria del 2008 es un claro ejemplo de este caso.

5. El sistema de suministro de dinero fomenta la inflación

Al margen de su propensión a crear burbujas a corto plazo, en el largo plazo el suministro de dinero por parte de la banca privada provoca un exceso de dinero en circulación, que provoca un aumento en el precio de los productos así como una inflación en los bienes y activos. Este exceso de dinero en circulación excede el crecimiento en la producción de bienes y servicios.

Este exceso no viene sólo de los créditos concedidos a los gobiernos, empresas y familias ya que también viene del alto nivel de créditos a los fondos de inversión especulativos y bancos de inversión. Debido a esta inflación, los consumidores ven cómo anualmente pierden poder adquisitivo y, por lo tanto, necesitan incrementar sus ingresos para mantener su nivel de consumo. Debido a que la capacidad para incrementar ese ingreso y no perder poder adquisitivo varía entre las personas, la inflación causa una redistribución desigual e injusta para aquellos que no están en la posición de hacerlo.

6. El privilegio de crear dinero es una ayuda al sector bancario

El dinero es deuda y acarrea intereses. Los intereses son pagados en un primer escalón por los clientes que piden préstamos a los bancos comerciales. En segundo lugar, toda persona que paga impuestos y compra bienes y servicios hace una contribución al pago de los intereses al acreedor principal, porque los impuestos han de ser recaudados en parte para pagar los intereses de la deuda pública.

Por otro lado, las empresas y las personas que producen bienes y servicios deben incluir el coste de los intereses en sus productos. Así, usando el dinero, la sociedad paga una enorme cantidad de intereses a los bancos, aunque los bancos también paguen una parte de esos intereses a los clientes que depositen en ellos su dinero. La desproporcionada cantidad de dinero que se desvía en forma de intereses a la banca se puede ver reflejado en los altos salarios y el gigante tamaño del sector bancario de cualquier país.

7. El dinero como deuda contribuye al crecimiento de la presión sobre la economía real

El dinero creado como deuda conlleva intereses y de ese modo contribuye con una doble presión sobre el sistema monetario y sobre la economía real. Cuando los clientes pagan sus préstamos a los bancos, éstos cancelan la cantidad devuelta y la cantidad de dinero en circulación disminuye. Sin embargo, los deudores necesitan más dinero del que prestaron, porque tienen que devolver también los intereses. Los negocios y empresas no pueden obtener beneficio a no ser que la cantidad de dinero crezca continuamente.

Esto nos lleva a la dinámica de crecimiento: la principal característica de nuestro sistema económico actual. El crecimiento del dinero en intereses ejerce una presión en el crecimiento de la economía real y el crecimiento de la economía real, simultáneamente, ejerce una presión que contrae el suministro de dinero. De este modo, la economía no puede funcionar bien si no crece y, repetidamente, cae en periodos de crisis. Además este tipo de economía fuerza el continuo agotamiento de los recursos naturales en favor del crecimiento, creando una deuda ecológica muy difícil de pagar. Nuestro sistema monetario actual es simplemente incompatible con un planeta finito.

8. Los intereses cargados en la nueva creación de dinero fomentan la concentración de la riqueza

Cuando los bancos crean dinero con préstamos, prestan el dinero de otros clientes, expandiendo así el total de los depósitos bancarios. Como las cuentas normalmente conllevan intereses, el banco gasta parte del dinero que recibe en pagar esos intereses ganados a los clientes que han depositado su dinero.

En la actualidad, los depósitos y los créditos no están distribuidos, porque generalmente será la gente más pobre la que necesite una mayor financiación y la gente rica la que tenga mayores depósitos, por lo que esos intereses serán una continua transferencia de dinero desde la gente pobre a la gente rica, especialmente al segmento de los más ricos.

Esta concentración de la riqueza favorece a una gran y extendida banca comercial, la cual también hace inversiones por ella misma, además de ganar el considerable margen entre el tipo de interés al que presta y al que paga. Estos intereses son añadidos a la inversión inicial, generando crecimientos exponenciales de activos monetarios en manos de esos bancos, que no lo usan para promover una economía real y productiva, sino para aprovechar esa concentración para seguir acumulando más dinero.

Esta necesidad de que crezca el valor del dinero, que no lo puede hacer por si mismo, ejerce una presión sobre el valor del trabajo humano para incrementar su productividad mediante la bajada de costes, como los salarios, para poder satisfacer el crecimiento de esos intereses. Por lo que finalmente el interés cargado en la nueva creación de dinero se traduce en una transferencia de valor al valor del capital en detrimento del valor del trabajo.

9. El sistema monetario es inestable

Existe una clara evidencia empírica de que el sistema monetario sufre de una inestabilidad estructural, observando los mecanismos descritos hasta ahora. La crisis financiera que comenzó en el 2008 y que no ha desaparecido, sino que está incluso empeorando, no es el único fenómeno. En las últimas décadas han sido muchas las crisis financieras relacionadas con el sistema bancario que han ocurrido en el mundo.

Entre 1970 y 2010 un total de 425 crisis han afectado a los países miembros del Fondo Monetario Internacional.  145 crisis bancarias, 208 cracks monetarios y 72 crisis de deuda soberana de países. Este elevado número de crisis financieras y sus efectos contagiosos en una economía cada vez más globalizada demuestran su estructura sistémica. El actual sistema monetario nos conduce inevitablemente a una crisis financiera y, consecuentemente, a una crisis de la economía real.

10. El sistema monetario viola valores éticos

Los valores éticos encarnan los más racionales e importantes valores de la sociedad. Por lo tanto, una sociedad está erróneamente organizada si los valores monetarios están en un indisoluble conflicto con estos valores éticos, que a su vez están suprimidos por los valores monetarios.

El sistema monetario da forma a la economía y la economía en general forma la sociedad, los valores éticos que no contribuyan al beneficio del capital son totalmente rechazadas en el modo de hacer política. De esta forma, el actual sistema monetario viola valores éticos tales como la estabilidad, la justicia y la sostenibilidad, valores esenciales para una sociedad perdurable. Un sistema monetario que viola estos valores es irracional y debe ser reformado lo antes posible.

Artículo publicado originalmente en Positive Money y traducido por El Salmón Contracorriente



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