FMI, un viejo ladrón

Antes de finalizada la II Guerra Mundial (1945) la Casa Blanca ya había creado con los acuerdos de Bretton Woods (1944) las instituciones financieras con las cuales sabía que iba a someter a los pueblos más pobres del mundo: el FMI y el BM, principalmente.

Ya no era necesaria la presencia militar para hacerse de la soberanía política y económica de un país, bastaba solo con que un Estado se endeudase con uno de estos organismos para tener que terminar entregando sus recursos monetarios.

El pueblo griego hoy soporta el peso de lo que implica tener que someterse a un paquete de medidas económicas impuestas por el FMI, confraternada con el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, que juntas conforman la llamada "Troika"; tal y como lo padecieron muchos de nuestros pueblos latinoamericanos a finales del siglo pasado.

Su primer ministro, Alexis Tsipras, deberá pagar el precio de haber tenido la osadía de implantar un Gobierno de izquierda en el corazón de la Europa del siglo XXI. Eso nunca la derecha mundial se lo perdonará, ni a él ni a su pueblo.

La semana pasada tuvo que aceptar el tan indigno paquete de medidas económicas impuesto por la Troika. Y en torno a ello, muchos son los que han dicho que Tsipras capituló, que traicionó a su pueblo, que se burló de la izquierda europea, entre otras cosas; pero hay que estar allí sentado en esa mesa con esas hambrientas aves de rapiña para poder juzgarlo. No la tenía tan fácil, recibió un país endeudado hasta más no poder.

Lo que sí parece cierto, y con mucha humildad y responsabilidad debo decirlo, es que hubo un pequeño error táctico en todo el proceso de negociación. ¿Por qué?, pues, porque si no iba a ser vinculante la decisión del pueblo heleno en los pasados comicios, entonces para qué se le consultó. Eso es lo que posiblemente ha causado mayor conmoción en los sectores populares que vieron quizás una esperanza a través de tales votaciones.

¡Ojalá! el pueblo y el Gobierno griego puedan salir de esta añejada crisis. No será fácil, pero tampoco imposible.

Hay todavía quienes seguimos apostando por un levantamiento y seguido triunfo de la izquierda en el mundo, y más hoy en pleno declive del sistema capitalista. Pero para ello hacen falta otros elementos aparte del apoyo firme y convencido de los pueblos: el poder económico y bélico para poder hacerle frente a estos despreciables y asesinos capitalistas.

Pero como dijo el "Che": "si el presente es de lucha el futuro es nuestro".

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Héctor Abache

Escritor. Trabajador socio-comunitario.

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