Si hay algo sorprendente en este primer Papa argentino, es la aproximación más sensata a la verdad cristiana contenida en un crudo y polémico discurso.

Como nunca antes, sus antecesores en el trono de Roma, lograron desenmascarar tan crudamente la idolatría al dios dinero. (Sinónimo contemporáneo del modelo capitalista).

"Ha llegado el momento de un cambio a un sistema que ya no se aguanta. No lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos. Y tampoco lo aguanta la hermana madre tierra como decía, San Francisco"

Claro que un discurso con tales predicados tiene que causar estupor en quienes se identifican con el dios del dinero y se confiesan cristianos pese a que sus acciones, resultan totalmente ajenas al mensaje del Dios hecho hombre.

No en vano el nuevo sumo pontífice escogió el nombre de Francisco para emular aquel de Asís que se distinguió por su amor a la tierra y a los "hermanos" animales, gracias a lo cual, el Papa Juan Pablo II le proclamó patrón de los ecologistas.

Hijo de un rico mercader llamado Pietri di Bernardone, aquel Francisco de Asís era un joven mundano quien encarcelado por participar en un altercado entre las ciudades de Asís y Peturgia, sufrió luego una penosa enfermedad, amen de que por un problema familiar paso del lujo a la pobreza.

En efecto, aquel Francisco de Asís, a raíz de un llamado divino regalo algunos paños de la fábrica de su padre, lo cual hizo que este lo llevase ante el obispo para que renunciara formalmente a cualquier herencia. Francisco entonces se despojó de sus propias vestiduras restituyéndoles a su progenitor y, renunciando con ello, por amor a Dios, a cualquier bien terrenal.

Esta apretada referencia biográfica de quien fuera la inspiración del Francisco de hoy, explica mucho de su conducta y de sus contundentes argumentos para indicarnos con tanta elocuencia, cual es el camino que debemos seguir para salvar al mundo de los "demonios amantes del dinero" y sus egoístas apetencias que conducen a destruirlo.

Unidad y organización social de los pobres para vencer la exclusión de sus inalienables derechos, forman parte de su prédica, tendente a lograr la justicia en un sistema proclive a sucumbir por la amenaza que constituye su voraz e incontrolable consumismo.

"La fraternidad, la justicia y la paz no pueden quedarse en meras consignas, hay que concretarles".

"Dialogar no es negociar por cuanto ello supondría que una de las partes pudiera alegar intereses egoístas".

"El dialogo tiene que estar claro sobre la mesa a pesar de ser difícil pero la patria debe estar por encima de los negocios y los negocios deben tener rostro humano".

"Debemos acoger el clamor de los pobres para construir una sociedad más inclusiva. Todos necesitamos de todos".

"Valorar a los pobres es estar dispuestos a aprender de ellos"

"La adoración del becerro de oro ha encontrado hoy en el fetichismo del dinero su sustituto".

"Hay una cultura ilustrada en lo académico pero hay otra del mismo valor que es la de los pueblos".

"Amen a su patria, a sus ciudadanos pero sobre todo a los pobres".

Las tres letras T, que respaldan sus revolucionarios parlamentos, fueron consideradas claves por Francisco para priorizar las políticas de gobiernos progresistas: Tierra. Techo y Trabajo.

Tales testimonios extraídos de sus intervenciones en su periplo por tres de los recientes países visitados en Sudamérica, dan cuenta de lo que el denomino: Fe revolucionaria.

A los dos primeros: Ecuador y Bolivia, no solamente les reconoció algunos de sus aciertos en materia social, sino que les felicitó por la disminución de la pobreza y del analfabetismo.

Por supuesto que su discurso en Paraguay, último en visitar, si bien no tuvo la misma connotación que en los anteriores, si felicito a las mujeres por su lucha frente a la adversidad, pero enfatizo que el chantaje, la desigualdad y la corrupción deben ser erradicadas de todos los gobiernos.

El Papa Francisco al destacar la importancia del dialogo para resolver las querellas, sostuvo que en el mismo debe estar incluido primero la patria que el negocio.

Si se quiere, se trató de una clara alusión a la realidad de hoy en el país guaraní.

Finalmente en la zona costanera de Asunción, escucho demandas de justicia por parte de los jóvenes paraguayos y califico de muy valiente la de uno de ellos llamado Orlando quien expuso crudamente los problemas de falta de trabajo, injusticia, persecución, corrupción y hambre, entre otros no menos crueles.

El sumo pontífice a propósito trajo a colación otros testimonios de una joven llamada Lis y de un tal Manuel que hablaron de luchar por la vida, "pero que a pesar de tantas adversidades, tienen un corazón libre".

Por ultimo enfatizo: no queremos jóvenes que se cansen rápido. A esos queremos ayudarlos con solidaridad. Conocer a Dios es el camino pero para eso hace falta sacrificio en un plan contra corriente y, en ese sentido, les recomendó que armen líos, pero de manera organizada.

Ante el entusiasmo de los jóvenes porque siguiera hablando, les informo que: como conocía sus preguntas con anterioridad, había preparado un discurso para responderlas pero que como los discursos eran aburridos, había preferido dejarlo escrito para que una vez publicado lo leyeran.

Aspiramos conocer ese discurso con la esperanza de encontrar mucho de cuanto aquellos jóvenes querían escuchar de su propia voz y, con la fuerza que ha caracterizado su palabra, hallemos allí desenmascarada la cruel realidad del supuesto Paraguay democrático.