FBI: ¿Fútbol Bajo Investigación?

El título del artículo es simple ironía, pues FBI son las siglas del Buró Federal de Investigación de los Estados Unidos, aunque fiel a su doctrina, sus investigaciones cruzan las fronteras en la típica injerencia que caracteriza al gobierno gringo.

El reciente escándalo de corrupción que envuelve a la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), puede ser solo la punta de un iceberg cuyo glaciar de origen tiene sus raíces por allá en los años ochenta, cuando el brasileño Joao Havelange fungía como el mandamás del fútbol mundial. No estamos en contra del arresto a los altos dirigentes de la FIFA señalados por actos de corrupción, tampoco podemos dar por ciertas las acusaciones que sobre ellos recaen; igual los ampara el principio jurídico de la presunción de inocencia: “Todo aquel a quien se le atribuya un hecho punible tiene derecho a que se le presuma inocente hasta tanto se demuestre lo contrario”. El hecho repudiable aquí es que sea el Departamento de Justicia de Estados Unidos quien intervenga en el caso, pretendiendo mostrarse como los moralistas del fútbol, cuando la realidad dice que el FBI es inmoral hasta en la forma de caminar.

Según expresó la fiscal estadounidense, Loretta Lynch, el Departamento de Justicia de su país está “decidido a acabar con la corrupción en el mundo del fútbol”. Imaginamos que pretende hacerlo con los mismos mecanismos utilizados para intervenir en Irak, donde tras largos 12 años buscando armas de destrucción masiva, la única destrucción la encontró el pueblo iraquí con la ocupación del Tío Sam, bajo las figuras de George Bush y el Nobel de La Paz, Barack Obama. De modo tal, que no estamos defendiendo la corrupción, sino cuestionando la doble moral de quienes exigen justicia.

La CIA y el FBI, realizaron labores de espionaje durante la Guerra Fría con el apoyo de un considerable número de ex-agentes nazis, razón suficiente para sentir la indignación de que sean ellos -los que utilizaron criminales de guerra en sus redes de espionaje- quienes  armen todo un espectáculo para que el mundo del fútbol los vea como sus dolientes. Una vez más tratan de engañar a la población, nada de esto saldría a la luz pública si los próximos mundiales de fútbol fueran en Israel y Arabia Saudita, en lugar de Rusia y Qatar. Y no son paranoias de un comunista, esto va mucho más allá de las ideologías,  o es falso que ellos están acostumbrados a crear monstruos que más adelante no pueden dominar; ejemplo, Osama Bin Laden, formado en los laboratorios de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para enfrentar a los  soviéticos en Afganistán, y que casualidad que sea Rusia otra vez un foco de interés para los Estados Unidos, pero esta vez por ser sede del Mundial de la FIFA 2018. Cuando la situación en Ucrania se agudizó, voces del imperio salieron pidiéndole a la FIFA que retirara la sede del mundial 2018 a los rusos, muy curioso esto.

Cayeron peces gordos, es cierto, pero paradójicamente el mayor de los escualos que conforman la FIFA, Joseph Blatter, quedó inmaculado. Un antiguo miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, Chuck Blazer, fungió como espía del FBI en las investigaciones de corrupción que desataron esta tormenta, que hoy, contrario a la frase de Maradona, han manchado la pelota. Insisto, el gobierno de Washington   es un laboratorio donde se fabrican personajes que tienen licencia para operar en cualquier lugar del planeta sin el más mínimo reparo, y en este caso, el señor Chuck Blazer se ha colocado la capa de superhéroe, y vaya de que manera, negociando con el FBI su libertad a cambio de brindar información sobre lo que ocurría en las cañerías de la FIFA. Es decir, soy culpable, soy un corrupto más en esta mafia del fútbol, pero obtengo el salvoconducto haciendo el papel del sapo luego de ingresar con micrófonos y grabar las reuniones en la cueva de Alí Baba y sus 40 ladrones, que en todo caso era la cueva de la FIFA y sus miles de ladrones.

Volviendo a Rusia y su designación como sede para la Copa del Mundo 2018, el presidente Vladímir Putin ha dicho que las detenciones de los altos funcionarios de la FIFA por solicitud de los Estados Unidos, responden a las mismas tramoyas que en los casos del Edward Snowden y Julian Assange. Traigo estas palabras del líder ruso, porque me permiten una vez más poner como ejemplo el ya trillado tema de la doble  moral del Departamento de Justicia de  los Estados Unidos, puesto que el espionaje es cuestionado solo cuando representa un peligro para su nación, como Snowden y Julian Assange, más es permitido cuando son ellos quienes en su papel de policías del mundo, utilizan personajes como Chuck Blazer quien quizás es tan culpable como los detenidos y los que faltan por caer. En resumen, espía es espía, más allá del fin con que realiza su labor, pero bueno, son los Estados Unidos, y sus métodos por sucios que sean, siempre serán valederos cuando de sus intereses se traten y aquí, uno de los intereses es entrar en el jugoso negocio del fútbol para obtener su pedazo de torta.

El asunto es político por donde lo miren ¿dónde queda aquel famoso principio de no injerencia de los gobiernos en los asuntos de la FIFA?, Si se cuestiona la celebración del Mundial de Fútbol 2018 en Rusia, vamos a cuestionar entonces que el Centenario de la Copa América de Fútbol se juegue en los Estados Unidos, en primer lugar porque la organización de la Copa América es competencia de la CONMEBOL y Estados Unidos no pertenece a esta confederación sino que está anclada en la CONCACAF, donde se juega la Copa de Oro, y en segundo lugar, y el más importante, porque un país que vive invadiendo naciones, sembrando la guerra con fines expansivos, no merece albergar el torneo internacional de selecciones de fútbol más antiguo del mundo, sobre todo si tenemos en cuenta que Sudamérica es un territorio de paz.

Lo cierto al día de hoy es, que en los Estados Unidos saben que existe el fútbol y un organismo llamado FIFA, quizás se enteraron viendo Los Simpsons y sus predicciones de corrupción, extrañas por cierto.  Así pues, el FBI: ¿Fútbol Bajo Investigación?, se ha metido en una nueva película  y el fútbol queda muy mal parado, no porque se descubra lo que era un secreto a voces, sino porque la imagen del más universal de los deportes queda muy maltrecha. Pero esto tiene solución, acabar con el fútbol moderno que está tan podrido, y volver a lo de antaño donde el dinero no era la esencia del juego. Que el fútbol recobre su carácter lúdico, que vuelvan las caimaneras en los barrios, aquellas donde la Tv no te fija el horario de los partidos ni las marcas van estampadas a la camiseta, ese fútbol que se juega en el potrero y descalzo, donde todos fijan las reglas y donde el fanático está en las gradas disfrutando en familia y alejado de la violencia.

Que quede claro, y lo ratificamos, no estamos defendiendo a personajes en común, que caigan quienes tengan que caer si son culpables. Debemos sacar el fútbol de las cloacas en lo que los poderosos lo han metido. Pero no nos vengan a dar lecciones de moralismo quienes no tienen moral para hacerlo. Hoy la pelota rueda en un césped que se ha ensombrecido por estos actos de corrupción, tiene años rodando así, solo que la olla no se había destapado porque se esperaba un momento idóneo,  y que mejor que este donde las tensiones políticas se han acrecentado y el fantasma de La Guerra Fría parece reaparecer, solo que ahora los misiles apuntan desde los campos del fútbol.

 

gcmaradona@gmail.com

@hablamos_futbol

El autor es miembro de Hablamos Fútbol, un colectivo de personas amantes del balompié, comprometidos con los cambios sociales que demandan nuestros pueblos. Autor-Compilador del libro Chávez es Fútbol. www.hablamosfutbol.com.ve



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