La Segunda Guerra Mundial y la mezquindad histórica

Comparto la expresión del Presidente Obrero Nicolás Maduro, de visita a la Federación Rusa con motivo del 70 Aniversario del triunfo del Ejército Rojo sobre la maquinaria bélica del Estado de la burguesía alemana, en que las otrora potencias capitalistas aliadas tienen "Mezquindad Histórica", al negarse a reconocer el gran sacrificio humano y material del pueblo ruso y su papel decisivo en la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial.

Y es que no es posible ocultar la heroica resistencia del pueblo ruso y otros pueblos de la Unión Soviética al ataque no provocado ni anunciado por parte de la mayor concentración de medios humanos y militares de la historia lanzado por el ejército alemán contra los pueblos integrantes de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que provocaron el criminal sitio de Stalingrado, Leningrado y Moscú, entre otras ciudades y cuya victoria del Ejército Rojo trajo consigo el debilitamiento de toda la maquinaria de guerra de Hitler y condujo, en apenas ocho meses, a la caída de Berlín y la capitulación incondicional de los sobrevivientes jefes militares alemanes, luego del suicidio del jefe nazi y sus más cercanos colaboradores.

Fueron cinco (5) años de resistencia y ofensiva contra una maquinaria de guerra que transitó, casi sin oposición, desde la Línea Magnino, en Polonia, atravesando Europa Central, del Este y del Sur, hasta llegar a Francia, en la misma orilla del Canal de la Mancha, que lo acercaba a la otrora potencia inglesa, para cuya proeza militar contaron con el apoyo u omisión de Casas Reales, gobiernos y partidos burgueses, grandes empresarios, mandos militares, medios de comunicación e, incluso, intelectuales y académicos identificados con el nuevo proyecto burgués de dominación mundial representado por Hitler, entre los cuales resalta el gobierno de la Vichy en Francia, quienes cedieron quinientos mil soldados y oficiales, recursos financieros y otros medios militares para reforzar la ya formidable maquinaria de guerra del fascismo en su propósito aplastar el único Estado Obrero y Campesino de la historia: la Unión Soviética.

Nueve (9) millones de combatientes de todas las naciones y pueblos de la Unión Soviética y dieciocho (18) millones de civiles soviéticos, fallecieron durante esa epopeya con la que la Humanidad y su hermoso planeta azul se libraron de un proyecto diabólico de reconquista mundial de la burguesía alemana, cuya primera víctima fue la Unión Soviética por representar ella el proyecto de resistencia de los pueblos y los trabajadores del mundo ante la dominación burguesa y la construcción de la Sociedad de los Justos, el Socialismo y fue, precisamente ese sueño profundamente sostenido por los soldados del Ejército Soviético lo que permitió generar las condiciones para la victoria en la GRAN GUERRA PATRIA.

Hoy, el mundo de la pos-guerra ha cambiado sustancialmente porque la Unión Soviética y el Campo Socialista dejaron de existir, mientras la burguesía revanchista alemana mantiene en su territorio al ejército de ocupación de los Estados Unidos, está integrada política y militarmente a la belicista Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, que bajo el dominio de los Estados Unidos de América promueves aventuras militares en el Medio Oriente, el Norte de Africa y en Afganistán, la cual se prepara para resistir los cambios geopolíticos y económicos del siglo XXI, dirigiendo su mirada sobre los inmensos recursos energéticos y de materiales estratégicos de la Federación Rusa y el formidable reto comercial y político que representa la República Popular China, lo que hace presumir que la burguesía mundial, inmersa en una crisis sistémica de gran aliento, se prepara para una nueva confrontación universal, la cual, los pueblos del mundo deberán evitar a toda costa, por el carácter holocaustico de sus consecuencias para la Humanidad y su planeta Tierra.

Esta nueva visión guerrerista de las fracciones burguesas dominantes en el planeta requiere una respuesta en el plano de la recuperación de la memoria histórica y la reivindicación de los actores fundamentales de tales acontecimientos, no solo para darle el justo y merecido reconocimiento a los pueblos que hicieron posible la derrota del fascismo europea hace 70 años, sino también profundizar en la conciencia de los pueblos del mundo y de sus elites intelectuales, académicas, científicas y sociales, un compromiso serio y permanente en la defensa de la Paz con un Derecho irrenunciable de los Pueblos y el escenario posible y necesario para el desarrollo y el progreso social y de esa manera, neutralizar todos los intentos de las corporaciones capitalistas de la comunicación, la cultura y del entretenimiento de falsear la historia y justificar una nueva conflagración universal que resuelva la crisis sistémica del Capitalismo, derrotando los procesos soberanistas, integracionistas, de Justicia social y solidaridad internacional y la reconquista y neocolonización de las riquezas del planeta Tierra.


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Yoel Pérez Marcano


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