La verdad es enemiga de Washington

El parlamentario norteamericano, republicano por California, Ed Royce, está bien ocupado tratando de destruir la posibilidad que en Estados Unidos se hable con la verdad. El pasado 15 de abril, durante una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, del cual Royce es presidente, empleó a dos "prostiperiodistas" para que lo ayudaran a redefinir a todos los que se exceptúan de las mentiras de Washington como "amenazas" que pertenecen a un degradado culto propagandístico pro ruso.

El problema de Washington es que en la medida que controla la prensa y la televisión en Estados Unidos y a la de sus estados vasallos de Europa, Canadá, Australia, Ucrania y Japón, Washington no controla portales de Internet, tales como este, o agencias como RT (Russia Today) o a estados no vasallos. En consecuencia, las mentiras de Washington quedan expuestas al cuestionamiento y en la medida que la gente pierde la confianza en la prensa y los medios televisivos debido a su carácter propagandístico, las agendas de Washington que descansan sobre mentiras, están experimentando jornadas cada vez más agrestes.

La verdad hace burbujas a través de la propaganda de Washington. Al enfrentarse con la posibilidad de perder el control sobre cada explicación, Hillary Clinton, Ed Royce y el resto, aparecen quejándose que Washington está "perdiendo la guerra informativa". Enormes cantidades del dinero duramente ganado por los contribuyentes está siendo ahora utilizado para combatir la verdad con mentiras.

¿Qué hacer? ¿Cómo suprimir la verdad a través de mentiras para los efectos de mantener el control? La respuesta, según Andrew Lack, Royce, et.al., consiste en redefinir al que agita la verdad caracterizándolo como un terrorista. De ahí la comparación de RT y los blogueros "disidentes" de Internet con el Estado Islámico y el grupo catalogado como terrorista de Boko Haram.

Royce expandió la redefinición de agitador de la verdad para incluir a blogueros tales como Chris Hedges, John Pilger, Glenn Greenwald y al resto de nosotros que objetamos la falsa realidad que Washington crea con el propósito de atender agendas ocultas. Por ejemplo, si Washington desea escanciar mayores ganancias para el complejo militar/de seguridad a cambio de contribuciones para campañas políticas, los políticos no pueden señalarlo. En cambio, si que pueden alegar que ellos protegen al país de peligrosos enemigos o de armas de destrucción masiva recurriendo a una nueva guerra. Si los políticos quieren fomentar el imperialismo energético y financiero norteamericano, ellos lo hacen en nombre de "promover la libertad y la democracia". Si los políticos desean impedir el surgimiento de otros países, como Rusia, por ejemplo, el presidente Obama describe a Rusia como una amenaza comparable al virus del Ébola o al Estado Islámico.

Noam Chomsky lo resumió diciendo que Washington considera a cualquier información que no se apegue a la propaganda de Washington, como intolerable.

El asalto de Washington contra la verdad es una amenaza que contribuye a comprender al gigantesco sistema de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad denunciado por William Binney y Edward Snowden. Uno de los objetivos de la red de espionaje es la identificación de todos los "disidentes" que cuestionan la "Verdad" del Hermano Mayor.

Ya existe o la habrá pronto, una ficha de cada "disidente" conteniendo toda la documentación del "disidente", correos electrónicos, búsquedas en Internet, portales visitados, llamadas telefónicas, compras y viajes. La enorme cantidad de información sobre cada disidente puede ser revisada en cualquier momento y sacada de contexto con el objeto de inventar un caso en contra de él, en caso que esto se necesite. Washington ya ha logrado éxito en ejercer su poder sobre la Constitución para detener personas de manera indefinida sin cargos y además torturar y asesinar ciudadanos norteamericanos.

Ya hace un par de años que Janet Napolitano, jefa de la Seguridad Interna señaló que la atención del departamento ha fluctuado desde los terroristas hacia los extremistas nacionales. Amontonados dentro de la calificación de extremistas nacionales, están los ambientalistas, los activistas por los derechos de los animales, los activistas anti-bélicos entre los cuales figuran los veteranos de guerra defraudados y la gente que cree en los derechos de los estados, limitar los poderes del gobierno y hacerlo responsable. En consecuencia, muchos disidentes, los mejores ciudadanos del país, quedarán catalogados como extremistas nacionales sobre la base de varios cargos. Chris Hedges, por ejemplo, es un activista por los animales como también se preocupa por el ambiente y las interminables guerras que inicia Washington.

El espionaje y la inminente represión contra los "disidentes" podría también servir para explicar el contrato federal por la suma de 385 millones de dólares otorgado a una de las subsidiarias de la firma de Dick Cheney, Halliburton, para la construcción de campos de detención en Estados Unidos. Pocas personas parecieran preocuparse por quienes serían detenidos en esos campos. No existe una investigación periodística ni parlamentaria. Pareciera improbable que se trate de campos para albergar gente evacuada debido a huracanes o incendios forestales. Los campos de concentración habitualmente son para personas que son consideradas como no confiables. Lack, Royce y otros ya lo han dejado en claro, gente no confiable son aquellos que no apoyan las mentiras de Washington.

La necesidad tal como la percibe Washington y la estructura privada de poder a la cual este sirve, es protegerse de los "disidentes" y también podría ser la razón de las muy extrañas operaciones militares realizadas en varios de los estados para infiltrar, ocupar y cercar "las amenazas" dentro de la población civil.

El prosticanal CNN informó que las tropas de la Guardia Nacional que fueron enviadas a Ferguson, Misuri estaban programadas para percibir a los manifestantes civiles como "fuerzas enemigas" y como "adversarios" y sabemos que el estado y la policía militarizada local están entrenados para considerar a los ciudadanos como amenazas.

Hasta donde logro entender, no son muchos los norteamericanos, ya sean demócratas o republicanos, liberales, conservadores o super patriotas, educados o no que entienden que Washington, con la cooperación de los prostimedios ha definido a la verdad como una amenaza. En opinión de Washington, la verdad es una amenaza mayor que el Ébola, Rusia, China, el terrorismo y el Estado Islámico juntos.

Un gobierno que no puede sobrevivir a la verdad y que tiene que recurrir a pisotearla no es un gobierno que desee ningún país. Semejante gobierno indeseable es el gobierno que Clinton –Bush—Cheney – Obama – Hillary – Lack-Royce nos han dado. ¿Está Ud. satisfecho? ¿Está Ud. contento que en su nombre y con sus duramente ganados y crecientemente escasos ingresos imponibles Ud. le ha permitido a Washington en este siglo XXI asesinar, mutilar y desplazar a millones de seres humanos en ocho países y que Ud. se encuentre encaminado hacia una guerra con Rusia y China?

Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en

editorial@strategic-culture.org

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona



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