Retos de la política exterior bolivariana

Del libro La pax americana de Ronald Steel, publicado por primera vez en 1967, Jean-Maiue Domenach, Director de la revista Esprit, rescata lo siguiente: Nuestra ambición no es imperialista, escribía ese norteamericano, y sin embargo conduce a emplear los mismos métodos: establecimiento de guarniciones militares alrededor del mundo, concesiones de subsidios a los políticos y gobiernos clientes, aplicación de sanciones económicas e incluso de la fuerza militar contra los estados recalcitrantes, y el empleo de un verdadero ejército de administradores coloniales que trabajan en organizaciones tares como el Departamento de Estado, la Agencia para el Desarrollo Internacional, la Agencia de Información para los Estados Unidos y la C.I.A.

Eso algunos lo llamarían “una empresa de dominación sin precedentes en la historia del mundo”.

Por su parte, Zbigniew Brzezinski, el gran “gurú de los consejeros” en política exterior de Estados Unidos, en el libro El gran tablero mundial, afirmará que ese país es la “única superpotencia global militar, económica, tecnológica y cultural” que existe y que nunca antes imperio alguno lo fue. Allí dará a conocer un conjunto de tesis y jugadas que como en el ajedrez, deben ser anticipadas si se desea que ese país mantenga el poderío mundial que posee.

Igual que en un juego de ajedrez (llamado juego de guerra) los procesos geopolíticos mundiales habitualmente consideran diferentes etapas que si bien no son cíclicas si se renuevan por largos transcursos de tiempo. Las primeras jugadas, o apertura en el ajedrez, donde las “piezas” van saliendo de sus puestos iniciales son aquellos esbozos políticos, económicos, sociales y otros que una nación da a conocer al mundo. Allí todo comienza. A mitad del juego aquellos países con buenas estrategias influyen en el futuro de ese gran tablero de juego, con muchos peones y piezas que entran en conflicto, de lo cual se decide un final para cualquiera de los jugadores, incluyendo sus consecuencias.

Por tanto, como en el ajedrez, las estrategias geopolíticas son muchos juegos en uno: de un lado, jugar bien la apertura, el desarrollo y el final requiere de habilidades totalmente distintas y es posible encontrar jugadores muy fuertes en una fase y considerablemente más débiles en otra.

A estas alturas del siglo XXI, los Estados Unidos se ve más que nunca por doquier la potencia imperialista que intenta, en el juego mundial, imponer su voluntad de manera unilateral por la “fuerza de las armas” y no por la “fuerza de la razón”, esto es, respeto a las leyes y al derecho público internacionales. De allí que Since the fall of the Soviet Union we have seen the largest military interventions by the United States in Europe since the Second World War.desde la caída de la Unión Soviética se han visto las mayores intervenciones militares por parte de Estados Unidos en casi todo el orbe terrestre.

Europa es escenario de guerra con Ucrania y de un bloqueo a Rusia, que hace recordar hechos de la Segunda Guerra Mundial. The US war machine has waged full-scale conventional wars in the Middle East.Estados Unidos ha lanzado guerras convencionales a gran escala en el Medio Oriente y han incendiado el norte de Africa.The United States now has military bases in locales such as Central Asia that were previously beyond the reach of the American Empire. EE.UU. ahora tienen bases militares en lugares como Asia Central, en otros espacios y están instalando otras en América Latina y El Caribe, zona declarada como de paz en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), realizada en La Habana, Cuba, en enero de 2014, en estos términos: “Nos comprometemos a seguir trabajando para consolidar a América Latina y el Caribe como Zona de Paz, en la cual las diferencias entre las naciones se resuelvan a través del diálogo y la negociación u otras formas de solución pacífica establecidas en el Derecho Internacional”.

Míster Obama habló el 17 de diciembre de 2014, al anunciar las conversaciones con Cuba para establecer relaciones con esa isla, de un “liderazgo renovado en el continente americano”.

Frente a ese imperio sin fronteras, global, unilateral, armamentista, cínico y viviendo un momento histórico que algunos analistas como Morris Berman, llamarían  de “crisis terminal” y maldecido por millones de hombres y mujeres cada día en las cuatro esquinas del mundo, se encuentra la nueva amenaza, “inusual y extraordinaria” que representa la República Bolivariana de Venezuela para su “seguridad y política exterior”, lo que los lleva a declarar “un estado de emergencia nacional”.

En palabras muy sencillas: la actual administración de Barack Obama en su diseño y ejecución de Política Exterior respecto a Venezuela está privilegiando el instrumento de la guerra por encima del instrumento de la diplomacia.

Todo ha sido debidamente preparado y calculado. La muerte del Comandante Chávez se constituyó en “la debilidad buscada” para asaltar un país con una ubicación privilegiada por el don de la naturaleza. Está en el norte de América del Sur, es atlántico, caribeño, andino y tiene fronteras con la Amazonía. Posee además, recursos energéticos estratégicos para solventar en gran parte la crisis del modo de producción capitalista que vive su epicentro: EE.UU.

Desde el punto de vista geopolítico se “convirtió en un mal ejemplo” para la democracia representativa al levantar las tesis de la democracia participativa y protagónica. Se atrevió a desafiar un proyecto societal y neoliberal para todo el Continente Americano, como el Area de Libre Comercio para Las Américas (ALCA), al levantar propuestas y alternativas que dirigen la atención a mecanismos de integración más consustanciados con los intereses de las grandes mayorías, como los que hoy funcionan: La Alianza para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), un Mercado Común del Sur (MERCOSUR) repotenciado, la Unión de Naciones Suramericana (UNASUR), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), son expresiones de “amenazas” a la política exterior de EE.UU.

Este es un momento histórico, un momento donde la política exterior desarrollada por la República Bolivariana de Venezuela, se juega su prestigio y su efectividad.

Por tanto, en este tablero donde pareciera, en estos dos últimos años, estar jugándose una partida de ajedrez entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe, representada ésta en Venezuela, la actual administración estadounidense y los “poderes fácticos” —verdaderos dueños del poder en ese país— en sus movimientos iniciales han comenzado con las piezas que ponen énfasis en la “fuerza de las armas”, la injerencia descarada y el instrumento de la guerra”. Frente a eso, desde Venezuela, deben moverse las piezas que ponen el acento en la “fuerza de la razón” y como lo dice el Preámbulo y el artículo 152 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en “promotora de la paz”, de la “cooperación pacífica entre las naciones, impulsora y consolidadora de la integración latinoamericana”, partidaria del “principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos” y de la “solución pacífica de los conflictos internacionales”.

En la mitad del juego hay algunos resultados que son dignos de resaltar y que arriman muchas voces y posiciones a favor de la seguridad de la nación venezolana y que se encuentran consustanciados, además, con lo expresado en el Plan de la Patria 2013-2019 de “Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria en el planeta”.

El 14/03/2014, la ALBA respondió en estos términos: “Rechazamos enérgicamente las (…) declaraciones injerencistas de (...) John Kerry, respecto a que su país se reservaría la opción de imponer sanciones unilaterales a la hermana República Bolivariana de Venezuela o la invocación de la Carta Democrática Interamericana de la OEA, por cuanto esas pretensiones no se corresponden con el derecho internacional ni con la realidad venezolana. La ALBA exhortó a EE.UU a respetar la Declaración de Solidaridad y Respaldo a la Institucionalidad Democrática, al Diálogo y la Paz en Venezuela, aprobada por el Consejo Permanente de la OEA el 7/03 y a evitar "realizar declaraciones que en nada contribuyen a fomentar el clima de diálogo". Al mismo tiempo destacó que ese diálogo “se ha venido cimentando en Venezuela", tras la convocatoria hecha por el presidente Nicolás Maduro a una Conferencia Nacional por la Paz "que tiene por objeto promover el diálogo franco y genuino entre todos los sectores políticos".

El Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), el 28/05/2014 expresó “su apoyo al Gobierno Constitucional del Presidente Nicolás Maduro Moros, que resultó electo democráticamente por la mayoría del pueblo venezolano, el 14 de abril de 2013. Rechazaron las agresivas e ilegales políticas del Gobierno de los Estados Unidos contra Venezuela, incluyendo la iniciativa legislativa del Comité de Relaciones Exteriores del Senado dirigida a imponer sanciones a este país afectando su soberanía e independencia política, en clara violación de los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas”.

El 02/02/2015, el Buró de Coordinación del MNOAL rechazó categóricamente la decisión del Gobierno de los Estados Unidos, de expandir sus medidas coercitivas unilaterales en contra de la República Bolivariana de Venezuela, con el propósito de socavar su soberanía, su independencia política y su derecho a la libre determinación, en clara violación del derecho internacional, incluyendo los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración sobre los Principios de Derecho Internacional referentes a las Relaciones de Amistad y a la Cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), el 10/03/2015, expresó su más enérgico rechazo al “Decreto Ejecutivo” emitido por el presidente de Estados Unidos de América, Barack Obama, el 9/03/2015, en el cual califica a la República Bolivariana de Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos de América, lo que constituye una agresión sin precedentes para la estabilidad de dicho país y por consiguiente de nuestra región.

Esta agresión es violatoria de toda norma internacional que rige la vida de los Estados iguales y soberanos, desconoce la tradición antiimperialista que históricamente han reivindicado nuestros pueblos, y constituye una amenaza para la paz y tranquilidad de nuestros países.

Los Estados miembros del ALBA-TCP rechazaron de manera enfática toda agresión e intento de vulnerar la soberanía que pretenda alterar la paz y el orden democrático en la República Bolivariana de Venezuela, e instaron al Gobierno de los Estados Unidos de América a respetar la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos de otros países de conformidad con el Derecho Internacional y con nuestro espíritu de libertad e independencia.

El 14/03/2015 los Estados miembros de la Unión de Naciones Suramericanas manifiestan su rechazo al Decreto Ejecutivo del Gobierno de los Estados Unidos de América, aprobado el 9/03/2015, por cuanto constituye una amenaza injerencista a la soberanía y al principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados; reafirman su compromiso con la plena vigencia del Derecho Internacional, la Solución Pacífica de Controversias y el principio de No Intervención, y reiteran su llamado a que los Gobiernos se abstengan de la aplicación de medidas coercitivas unilaterales que contravengan el Derecho Internacional y reitera el llamado al gobierno de los Estados Unidos de América para que evalúe y ponga en práctica alternativas de diálogo con el gobierno de Venezuela, bajo los principios de respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos. En consecuencia, solicita la derogación del citado Decreto Ejecutivo.

Pronunciamientos parecidos también lo han hecho de forma bilateral otros países, gobiernos y movimientos sociales del mundo. En particular destacamos el emitido por el Gobierno de Rusia el 12/03/2015 donde denuncia la postura agresiva de los Estados Unidos en contra de Venezuela y se mostró preocupado por los intentos externos de desestabilizar al país latinoamericano.

El Ministerio de Exteriores ruso ha reiterado en un comunicado la amistad y la alianza estratégica que une a Moscú y Caracas para denunciar lo que considera una tendencia negativa creciente de desestabilización. Asimismo, advirtió que los recientes acontecimientos amenazan la estabilidad democrática del país y podrían tener un efecto negativo para el panorama general de América Latina.

En el comunicado, el Gobierno ruso señala que la postura de Washington no concuerda con las opiniones de otros miembros de la comunidad internacional que piden una solución constructiva para los problemas internos de Venezuela.

Los anteriores pronunciamientos de rechazo a la injerencia contra Venezuela, ponen en evidencia la importancia que ha significado, desde el punto de vista estratégico, para la Revolución Bolivariana, abogar y proclamar ante el Sistema Internacional, la necesidad de construir un mundo multipolar para el siglo XXI; multipolarismo fundado en primer lugar en las fortalezas de los regionalismos.

Constituye este camino el que deben escoger los pueblos para acrecentar, como diría el escritor argentino Marcelo Gullo, su “umbral de resistencia” en función de mejorar sus condiciones de vida y aspirar a incrementar, como Estados integrados regionalmente, su “umbral de poder” en el sistema internacional.

Por supuesto, falta el final de esta partida de ajedrez, muy desigual por cierto desde el punto de vista de los poderes de los jugadores, pero que por el camino que ha escogido la República Bolivariana de Venezuela pareciera que brillan las luces de la esperanza y del éxito, evitando de esta manera gravísimas consecuencias para su pueblo y otros pueblos del Continente Americano, incluyendo el estadounidense.

Recordemos que el final siempre requiere de habilidades totalmente distintas y es posible encontrar jugadores muy fuertes en una fase y considerablemente más débiles en otra o viceversa. Es más, hay que estar preparado porque antes de concluir la partida el jugador “gigante” en su desesperación puede darle una patada a la mesa.

En ese sentido, pareciera que el gobierno de Obama con esta Orden Ejecutiva emitida antes de la Cumbre de la América a realizarse en abril próximo en Panamá, busca aislar a Venezuela. Sin embargo, hasta ahora los pronunciamientos de la mayoría de los Jefes de Estado de la región, no han sido favorables para EE.UU. y la unidad regional continúa firme y en pleno desarrollo.

framongonzalez@gmail.com

*Sociólogo, doctor en Ciencias Sociales, profesor titular, ex-director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV y ex embajador en Polonia, Uruguay y Grecia. Profesor de Postgrado en la UCV, en el Instituto Pedro Gual y en la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela

 



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