¿Viraje en la Política Exterior Estadounidense?

Reanudación de Relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos

El mundo recibió con asombro las declaraciones hechas el 17 de este mes por el Presidente de Cuba, Raúl Castro, y su homólogo estadounidense, Barack Obama. El anuncio de la reanudación de las relaciones diplomáticas entre los dos Estados ha llevado a muchos a especular sobre un cambio en la política exterior de EEUU.

Es necesario aclarar que el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos Estados no significa el cese del Bloqueo Económico y Comercial impuesto por Estados Unidos a la Isla; sin embargo es un gran paso para la eliminación del mismo.

Ahora bien, según mi análisis, la reanudación de las relaciones diplomáticas entre ambos Estados no representa un cambio en la política exterior estadounidense; más bien se trata de la continuación de su política, solo que por otros medios. El interés económico es el que siempre ha impulsado al gigante del norte en sus empresas. El daño ocasionado por el "bloqueo" a la economía de EEUU es de miles de millones de dólares, esto según cifras de la Cámara de Comercio de ese país, la cual estimó que, para el 2011, dichas pérdidas ascendieron a unos USD 3500 millones, situación que afecta de forma directa al lobby empresarial que la conforma. En consecuencia, y sin temor a equivocarme, la presión ejercida por este sector es uno de los factores decisivos en este asunto.

Debemos tener presente que un Estado como el norteño, no toma decisiones a la ligera sin antes calcular el beneficio. En un principio, la percepción errada de que tomando medidas económicas contra la isla se iba a ocasionar tal descontento en la población, que llevaría al pueblo cubano a rebelarse contra el gobierno de Fidel y así se lograría imponer un gobierno que favoreciera los intereses económicos de Estados Unidos en Cuba, impulsó a los políticos estadounidenses (10 presidentes uno tras otro), a tomar estas medidas que, a todas luces, han demostrado ser desastrosas para ambos Estados –aunque evidentemente más para el pueblo cubano–. Ha pasado el tiempo y el objetivo sigue siendo el mismo, sacar provecho del potencial económico de la mayor de las Antillas. Cabe recordar que como buena "gran potencia" y siguiendo la tradición instaurada por Lord Palmerston, eminente representante del otrora Imperio Británico, EEUU "no tiene aliados eternos ni enemigos perpetuos, solo sus intereses son eternos y perpetuos".

Por otro lado, es evidente que, en lo que concierne al bloqueo, Estados Unidos no lo va a levantar antes de que Fidel Castro muera, ya que solo levantar el bloqueo en ese contexto representaría una victoria para la potencia del norte. Además por una cuestión de orgullo y prepotencia internacional, los políticos estadounidenses no permitirán al rebelde de Cuba ver, cómo después de tanto tiempo, EEUU da su brazo a torcer. Si lo hacen mientras Fidel viva, la opinión publica podría afirmar que se trata de otra victoria cubana, pero si lo hacen después de su muerte, entonces podrían decir que las políticas castristas fueron un total fracaso y sacarle bastante provecho a aquello, propinando un duro golpe a la izquierda americana.

Ese es el juego de la política internacional.



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