Trece días y Barack Obama

En estos días en los que el imperio norteamericano decidiera levantar el bloqueo a Cuba, liberar a los héroes antiterroristas y al parecer cerrar el centro de torturas de Guantánamo, muchas voces se alzaron elucubrando torpes conjeturas, sin llegar a pensar que el Departamento de Estado y el Pentágono, al tomar estas medidas con la isla, sólo están reforzando su retaguardia antes de que los acontecimientos que están planificando dirigir contra Rusia se precipiten.

La dificultad en la claridad de la visión de los analistas locales se explica debido a la política de desinformación que pretenden mantener las transnacionales de la comunicación en nuestra región. Precisamente con la finalidad de rebasar ese cerco informativo, presentamos esta traducción del artículo “Trece días y Barack Obama” (Trinaest dana i Barak Obama), del periodista serbio Miroslav Lazanski, uno de los comentaristas más agudos con los que me he topado en los últimos tiempos y cuyos materiales se publican regularmente en el diario “Politika” de la ciudad de Belgrado.

Sea esta colaboración nuestro modesto aporte en la lucha por descorrer el velo de la confusión en la que pretenden mantenernos los norteamericanos.

Antenoche vi por tercera vez, por televisión, el film norteamericano “13 días”, protagonizada por Kevin Kostner. La gran crisis de los misiles ocurrida en Cuba en el años de 1962; los soviéticos habían transportado e instalado cohetes SS-4, con cabezas nucleares, que podían llegar a Washington en sólo 5 minutos. El presidente Kennedy se arriesgó a una guerra nuclear con la Unión Soviética, sin embargo la crisis fue resuelta a través de conversaciones, los americanos suspendieron el bloqueo marítimo a Cuba, prometieron que no atacarían a la isla y que en seis meses retirarían los cohetes “Júpiter” y “Thor”, que habían emplazado en Turquía, mientras los soviéticos en respuesta a las ofertas del gobierno norteamericano retirarían los cohetes SS-4 de Cuba. El mundo durante 13 días del año 1962, estuvo al borde de un cataclismo atómico, USA mostró de manera decisiva que en su patio trasero, en su ámbito de poder no iban a permitir cohetes enemigos.

¿Respondería Washington de la misma manera que entonces, en el caso de que Rusia decidiera emplazar en el territorio de Cuba cohetes que alcanzan a Washington en sólo cinco minutos?.

Estoy absolutamente seguro que los Estados Unidos harían los mismo que en 1962, porque cuando el enemigo tiene cohetes nucleares a cinco minutos de tu ciudad capital, quedas lisiado de toda libertad política o de acciones diplomáticas. Es una pistola en la cabeza y ustedes estarían desvalidos.

El presidente Barack Obama tiene la oportunidad de justificar el premio Nobel de la Paz que le dieron, tiene tiempo para detener el proceso de guerra que se quiere desatar en Europa. Tiene la oportunidad de detener la alocada e innecesaria expansión de la OTAN hacia los espacios de la que fue la Unión Soviética, de detener la llegada de la OTAN a la casi totalidad de las fronteras rusas y de convencer a la oligarquía burocrático-militarista de Bruselas, que la expansión de esa organización para conservar sus sillas, no es el único fin de su existencia.

Ahora los Estados Unidos y sus aliados dicen que es un derecho soberano de Ucrania de escoger si entra a la OTAN o no. ¿Cómo fue entonces que no era un derecho soberano de Cuba de escoger si quería tener o no tener cohetes soviéticos en su territorio? Los Estados Unidos de América no permitió la presencia de cohetes nucleares en el territorio de Cuba, pero Rusia debe permitir la presencia de cohetes nucleares en el territorio de Ucrania. Los cohetes rusos necesitan cinco minutos para alcanzar Washington, entre tanto los cohetes americanos instalados en Ucrania necesitan menos de cinco minutos para alcanzar Moscú.

Occidente desde hace ya bastante tiempo está empujando a Rusia contra la pared. Moscú ya no tiene hacia dónde retirarse, las cosas están llegando ya al punto sin retorno. Rusia intentó que la OTAN y EE.UU participaran junto a ella en la construcción de los parámetros y condiciones que regirían la instalación del escudo antimisiles desplegado por los norteamericanos en los territorios de Polonia y Rumanía. Esa propuesta fue rechazada, entonces Rusia intentó que la OTAN y EE.UU le garantizaran por escrito que ese escudo antimisiles no estuviese dirigido contra Rusia. Esa nueva solicitud de Rusia fue rechazada; no quisieron dar ninguna garantía, ni siquiera a través de correspondencia ordinaria. ¡Quieren que Rusia les crea! Le mienten de manera descarada y además se ríen en su cara.

En las bases norteamericanas instaladas en Rumanía y en Polonia, serán emplazados cohetes que pueden interceptar proyectiles intercontinentales de Irán y Corea del Norte. Sin embargo los proyectiles de Irán y Corea del Norte no tienen tal alcance y además la geografía indica que si Correa del Norte quisiera hacer llegar sus cohetes hasta territorio norteamericano, lo haría a través del Pacífico y no a través del territorio de Rumanía ni de Polonia. En las bases norteamericanas emplazadas en Polonia y Rumanía se instalarán proyectiles que estén en capacidad de derribar cohetes rusos tierra-aire en las primeras fases de vuelo, inmediatamente después de su lanzamiento. Con eso la OTAN y EE.UU estarán en la capacidad de devastar todo el sistema intercontinental de respuesta nuclear de Rusia basado en sus proyectiles tierra-aire. Por otra parte los cohetes norteamericanos localizados en Polonia y Rumanía serán del tipo “modular”; en menos de diez minutos podrán sustituir los cohetes-crucero por cohetes ofensivos, para ser lanzados contra las ciudades y centros industriales. Esas lanzaderas pueden disparar ambos tipos de cohetes indiferentemente.

En una condición como la descrita no hay potencia efectiva contra proyectiles nucleares tierra-aire. Con esto llevan a Moscú a una situación en la que no tienen ningún tipo de libertad de acción, ni política ni diplomática. Le tienen una pistola apuntando a su cabeza. Si se trata de las bases emplazadas en Polonia, esa pistola estará en manos de “la nueva identidad occidental”, cargada con la rusofobia que la caracteriza. Y si se tratase de las bases rumanas, la pistola en cuestión estaría cargada con los sueños de la Gran Rumanía, esto es de la anexión de Moldavia por los mismos soldados que conquistaron Crimea junto a las tropas fascistas de la Wehrmacht. Hay cosas que los rusos no olvidan, como por ejemplo que el cerco de Stalingrado fue roto por las tropas soviéticas, precisamente en el lado del frente donde estaba el ejército rumano...

Cuando occidente rechazó todas las condiciones que interpuso Rusia alrededor de la instalación del escudo antimisilístico de EE.UU en Europa, Moscú decidió responder a las bases en Rumanía y Polonia con el desplazamiento de sus cohetes tipo “iskander” en Crimea y en la región de Kaliningrado. Una jugada totalmente lógica desde el punto de vista estratégico. Desde Crimea los cohetes “iskander” pueden alcanzar sus blancos en Rumanía y desde Kaliningrado puden alcanzar parte de Polonia.

Y ahora, además de todo lo expuesto, el congreso norteamericano aprueba nuevas sanciones contra Rusia y simultaneamente autoriza al presidente Obama de enviar a Ucrania una ayuda por más de 350 millones de dólares.

La espiral de la confrontación se aprieta, Kiev se arma y se prepara para una gran guerra contra Rusia, los halcones del Capitolio brindan su apoyo, la OTAN deja sonar el tintineo de las armas en la frontera con Rusia. Moscú exige garantías a Bruselas que Ucrania no entrará a la OTAN, Bruselas se niega a dar cualquier garantía. La condición de neutralidad hubiera asegurado a Ucrania el retorno de Donbas a sus fronteras. Sin la condición de neutralidad de Ucrania, sin un compromiso estratégico con Rusia, Europa se desliza hacia la guerra.

En estas mismas páginas, en el año m2007, inmediatamente después del famoso discurso de Pútin en Munich, escribí que nos aproximábamos a la fase de una nueva Guerra Fría. Casi nadie lo creyó.

*Columnista del periódico Politika. De Belgrado.

*Traducción: Marco Aurelio Rodríguez, M.Sc., periodista egresado de la Universidad Lomonosov de Moscú, politólogo egresado de la Universidad de Belgrado.


elmacaurelio@yahoo.es


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