Cuba, China y EEUU: globalizados

La República de Cuba ha sido una de las piedras angulares de las realidades geopolíticas de América (léase: Organización de Estados Americanos,–OEA-), y una de las realidades importantes de la denominada como "Guerra Fría". Desde la guerra de la Bahía de Cochinos pasando por la "Crisis de los Misiles" sin dejar atrás la "Doctrina Betancourt" y el proceso ideológico que se iría desarrollando en la super-estructura del Estado cubano hasta aquellos primeros pinitos de búsqueda de buenas relaciones con diferentes gobiernos de la República de Venezuela durante los gobiernos de don Rafael Caldera Rodríguez y Carlos Andrés Pérez, para establecer sólidas relaciones bilaterales y globales durante el proceso revolucionario-bolivariano del Gobierno del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías en el marco de la realidad de la República Bolivariana de Venezuela junto a las relaciones consolidadas durante el Gobierno del Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, hemos conocido diferentes facetas del proceso político cubano; entre las más dramáticas fascetas nos atreveríamos a precisar serían la aplicación de la "Doctrina Helms-Burton" y los efectos de las políticas impulsadas e implementadas por Mihail Gorbachov referidas al Glasnost y la Perestroika que llevarían a decisiones de Estado cubano de alto sacrificio social para el pueblo cubano.

Cualquier país está en su obligación en el marco de sus responsabilidades obligantes hacia su sociedad de diseñar, implementar, desarrollar y corregir en perfectibilidad sus políticas de Estado cuales en el marco de las relaciones tanto internas como exteriores tienen un impacto y efecto no solo en lo real-nacional de dicho país sino en su entorno como miembro de la comunidad regional e internacional como un todo. En ese marco referente, las relaciones internacionales, concretamente, impactan ambos paradigmas, es decir, la política interna como la política internacional por lo cual el diseño de la "política de Estado" a ser desarrollada a corto, mediano y largo plazo debería estar en perfecta sintonía con la búsqueda de alcanzar el bienestar social y el equilibrio inteligente en sus relaciones internacionales tanto regionales como globales. Es decir, el diseño de la "política de Estado" alcanzada para su aprobación y desarrollo es una decisión soberana del gobierno del país en referencia que implica, entre otras realidades, que ningún otro país deberá interferir en las decisiones alcanzadas por el gobierno de ese país que significa "la no interferencia en los asuntos internos" de ese país.

Lo inmediato anterior, evidentemente, está referido a la decisión de Estado alcanzada tanto por la República de Cuba como por los EEUU de América al concretar lo necesario obligante en el escenario internacional que es el establecimiento de relaciones diplomáticas y su desarrollo "aguas abajo" que significan esas relaciones diplomáticas en beneficio para, primeramente, ambas sociedades y, posteriormente, para las relaciones internacionales de ambos estados cubano y estadounidense en el ajedrez internacional.

En el marco de lo inmediato anterior, nos permitimos referir el proceso de las negociaciones que se irían desarrollando para el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre la República Popular China y los EEUU de América. Creemos recordar que un país de la denominada como "órbita soviética" sería "un buen oficiante" para los primeros contactos obligantes para los necesarios diálogos en negociación sino-estadounidense. Suponemos que, al ser un país de la órbita en mención, Moscú ha debido estar en conocimiento necesario y, lógicamente, obligante del proceso de conversaciones aunque no necesariamente en conocimiento de sus contenidos. Parece que Paquistán también estuvo involucrado en algún momento y por algunas razones en dicho proceso de negociaciones. En el escenario descrito, los tiempos de negociación se desarrollarían estando en vida el "Gran Timonel", Mao Zedong, con lo cual ello permitió que el Presidente, Richard Nixon, y su canciller, Henry Kissinger, durante la visita oficial, se pudieran entrevistar con aquel indeseado líder mundial del mundo socialista desde a óptica de las derechas internacionales. Otro hecho curioso sería el estrechamiento de manos entre Richard Nixon y el Premier chino y ejecutor de la política exterior china, Zhou Enlai. Pero en el proceso de aquellas negociaciones tanto miembros del Congreso de los EEUU de América como miembros del Comité Central y el Politburó del Partido Comunista Chino estaban en actos del proceso de negociación para el establecimiento de las tan importantes relaciones diplomáticas entre ambos colosos.

Pero aquel establecimiento de aquellas necesarias globalmente relaciones diplomáticas, a posteriori de aquel documento denominado la "Declaración de Shanghai" que marcarían los paradigmas obligantes de esas relaciones entre ambos estados chino y estadounidense, nos consideramos como de muy importantes la aprobación y desarrollo de la política de "reforma y apertura" alcanzada por el Comité Central del PCCh en aquel diciembre de 1978 que han llevado a desarrollar las relaciones globales entre ambas naciones china y estadounidense a los actuales niveles conocidos.

No somos nosotros quienes debemos marcar caminos porque ello significaría, en el marco de las excelentes relaciones de estado, gobierno y personales venezolano-cubanas, interferir en los "asuntos internos" tanto de la República de Cuba como de los EEUU de América por aquello de "…no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti…". Pero visto nuestras inversiones en Cuba es obligante proponer algunas ideas no solo en el marco de las relaciones bilaterales sino en las realidades muy concretas y específicas que representa el ALBA para no mencionar a otros organismos regionales.

El establecimiento de relaciones diplomáticas entre el coloso del norte y la isla del Caribe tan importante durante todo el proceso de colonización que la Corona española mantuvo sobre el continente americano al sur del río Bravo y al sur de la península de la Florida hasta el proceso independentista desarrollado, primero por Haití y, posteriormente, por don Francisco de Miranda y don Simón Bolívar y el "Abel de América", el insigne Mariscal Sucre, va a tener (ya se está sintiendo, realmente) unos muy importantes impactos en la política regional. En primer lugar, la "Doctrina Monroe" tendrá que redefinirse. En este marco referente, en nuestro criterio, esa redefinición ya se conoce con el "ataque frontal" que ha decidido el Poder estadounidense (Müller Rojas) a través del Congreso estadounidense y la Casa Blanca (poder ejecutivo), con unas ridículas sanciones que son de muy fácil desmonte en el Tribunal Internacional de La Haya gracias a los medios de comunicación y los actuales desarrollos de las redes sociales como las facilidades legales para conocer sí los venezolanos señalados por el Estado estadounidense tienen cuentas bancarias en el país del norte. En continuación es evidente que las relaciones bilaterales del Estado venezolano tanto con Washington como con La Habana se verán sometidas a un interesante análisis en sentidos opuestos, evidentemente. Es decir, es demostrable que el establecimiento de las relaciones diplomáticas de los EEUU de América con la República de Cuba significan el "fin de la Guerra Fría caribeña" teniendo como primer impacto el necesario cambio del discurso de Venezuela con respecto a esa realidad tangible. Es decir, en conociendo el proceso del desarrollo "aguas abajo" de esas relaciones diplomáticas, será evidente que tendrán un impacto lógico en la "política energética" en considerando las inversiones venezolanas en la refinería de Cienfuegos y, posiblemente, las relaciones bilaterales comerciales también se verán, positivamente, afectadas para alcanzar el "mutuo beneficio" en el marco de las políticas significativas socialistas y las realidades significativas del ALBA.

Pero hay un tema de importancia vital cual será lo real-significativo de la decisión ejecutiva firmada por el Presidente Barack Obama y el desarrollo de la "Doctrina Monroe" y lo real-objetivo que significa la "política humanista" estadounidense en el marco de la "nueva política Obama" (JVR dixit) para mantener los equilibrios de paz en la región del Caribe; es decir, es de fácil demostración que los EEUU de América, es decir, el Poder y sus representantes tanto en la Casa Blanca como en el Congreso sobre la base actual del avance político de la extrema derecha estadounidense en el Legislativo que ha traído pérdida de poder a los representantes del partido Demócrata, deberían alcanzar "la buena vecindad" con Cuba en el marco de las excelentes relaciones que el Gobierno de Cuba mantiene con la República Bolivariana de Venezuela y, en particular, del Presidente Nicolás Maduro Moros con el Presidente Raúl Castro Ruz. Es decir, el Gobierno de Cuba podría ser actor de "buenos oficios" en las actuales contradicciones entre Washington y Caracas desde diferentes ángulos; por ejemplo, lo real-significativo que tiene la refinería de Cienfuegos y las realidades energéticas tanto del sur como de la costa este estadounidense.

Otro aspecto de importancia vital sería el de la "seguridad y defensa" de las realidades actuales en el espacio geográfico del Mar Caribe desde definir las políticas humanitarias pasando por el control del tráfico de armar y estupefacientes como los peligros del terrorismo internacional en el tráfico naviero en ese extenso mar cuasi-interior.



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Miguel Ángel Del Pozo


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