El califato de Israel y Barack Hussein

Con la arrogancia de siempre, el presidente Barack Hussein Obama acaba de presentar una plan estratégico para "acabar con el Estado Islámico de Irak" . Este plan belicista incluye un campaña sistemática de bombardeos contra los blancos de ese grupo terrorista, tanto en el invadido Irak como en la sitiada Siria, donde por cierto, los mismos mercenarios tarifados que sembraron la horrura de la guerra civil en Libia, con apoyo en armas y dinero por parte de EEUU, combaten contra el gobierno legítimo de Bashar al Assad. Para ambas acciones Barak Hussein asegura que, bajo ningún concepto lucharán junto con el gobierno sirio, sino en paralelo y en contra. Es decir, será una acción ilegal, injerencista y violadora de toda norma internacional. Los mismos que combate a Bashar Al Assad, lo harán contra el mutante grupo sanguinario ISIS.

La existencia de este, hoy en día, llamado Estado Islámico de Irak y su irrupción en tierras sirias e iraquíes, no escapa a la sospecha, de que este grupo de enfermos asesinos genocidas en serie, haya sido engendrado con la misma esperma que se engendró al Talibán, a Al Qaeda y tantos otras creaciones de los laboratorios colonialistas de la muerte para cumplir propósitos estratégicos de defender los intereses de los EEUU que no es otra cosa, que defender al estado sionista de Israel.

Todas las informaciones fidedignas e, incluso, videos divulgados por los propios grupos del Estado Islámico de Irak (EI o ISIS), comprueban la ejecución indistinta, de manera exageradamente brutal y cruel, de unos 250 soldados sirios e igual cantidad de militares iraquíes; estos últimos en una zona kurda donde irrumpió esta embestida terrorista. No obstante, ha sido la ejecución de manera bárbara y video grabada de dos periodistas norteamericanos, James Foley y Steve Sotloff y dos ciudadanos ingleses, lo que despertó la atención mediática occidental e inundó al mundo con la repetición de esas dantescas escenas que nos recuerdan que la barbarie ha estado con el hombre desde tiempos inmemoriales y todavía no desaparece del menú de la muerte. En poco tiempo el mundo estaba horrorizado. Terreno preparado para la entrada en acción del justiciero mundial: la República sin Nombre, Estados Unidos de América.

En el correr de los últimos meses, estas fuerzas islamistas cuyo origen no escapa, como ya dijimos, a las sospechas de que medios de inteligencia occidentales estén detrás de toda esta intrincada, poderosa y compleja organización que ha sembrado caos y muerte, se han dedicado, a consolidar posiciones, para una vez tomado el control de una ciudad, rápidamente apoderarse de los recursos hídricos, de hidrocarburos y algunos alimentos básicos cuya distribución hace más dependiente a la población que busca su supervivencia.

Usted podría preguntarse, y mucha gente no lo entiende,cómo una organización supuestamente de supremacía, de doctrina y teología musulmanas, busque como objetivo a destruir, como enemigo central en su lucha por apropiarse del poder, a ¡¡gobiernos musulmanes!! No hemos visto hasta ahora, ningún ataque a Israel, ninguna célula en formación dentro del estado sionista, de esta entelequia pseudo religiosa y extraña cuyo poder bélico y económico es asombroso, considerando que estos desalmados no tienen tanto tiempo como para reunir tantas fuerzas juntas.

Sin embargo, la impactante y asombrosa revelación de Edward Snowden, perseguido político más buscado por Occidente y ex especialista de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana (NSA), nos da una pista para responder la interrogante anterior. Y es que, según Snowden, Abu Bakr al-Baghda­di, el auto proclamado "Califa" y líder del Estado Islámico, es un judío cuyo nombre real es Elliot Shimon, y que el mismo es realmente un agente operativo reclutado y entrenado por el Mossad israelí en el espionaje y la guerra psicológica contra las sociedades árabes e islámicas. Un especialista y experto en el concepto de la guerra santa y el terror como armas sicológicas contra la humanidad. Un verdadero desalmado. Una especie de demonio sin escrúpulos de ninguna especie, literalmente hablando.

Esta organización a la que Snowden denuncia como creación del Occidente hegemónico, nace en el año 2006 cuando la organización terrorista Al Qaeda, otro Frankenstein creado por los EEUU, levantó un grupo o una facción de poder alterna llamada Estado Islámico de Irak. En el año 2010, su líder, Abu Bakr al-Baghdadi, emprendió una verdadera guerra de po­sesión entre los varios grupos terroristas que habían penetrado en Siria y en el 2013 ya el ISIS o EI encabezaba los enfrentamientos contra el Gobierno sirio. ¿Coincidencia?

La toma de la ciudad de Mosul en junio del 2014 y la continuación de su avance hacia la capital, Bagdad, hizo sonar las alarmas no solo locales, sino internacionales y gobiernos comprometidos hasta los tuétanos con el fracaso iraquí, léase Estados Unidos y otros de Europa y el Golfo, "despertaron" un poco tarde de aquella pesadilla estimulada por la invasión militar norteamericana y de la OTAN a Irak y la entrega de armas y dinero a los terroristas que desestabilizan a Siria, a la que no habían podido doblegar como a Iraq.

Además de Mosul, bajo su control absoluto, están las ciudades iraquíes de, Tikrit, Faluya y Tal Afar; así como la de Raqqa en Siria. Además de campos de petróleo, represas, carreteras y límites fronterizos (¿bajo qué legislación?). Una verdadera invasión, que contrario a lo que los grandes aliados no pudieron lograr, un grupo prácticamente recién creado, lo alcanzó con mayor efectividad.

Consultores expertos y especializados en investigación y seguridad en el Medio Oriente, estiman que al menos 14000 extranjeros integran las filas del ejército del ISIS o EI, incluyendo la alarmante e increíble cifra de 5000 tropas provenientes de los países de Occidente que han viajado a Siria e Irak en los últimos tres años. A este último detalle, nadie se explica cómo fueron reclutados tantos occidentales en tan poco tiempo y de manera tan subrepticia. Una empresa casi imposible.

Otro aspecto inexplicable de esta organización inaudita es el hecho de que la misma es uno de los grupos con mayor sostén económico del mundo, con más de dos mil millones de dólares recibidos de donantes exteriores, (¿quienes son los donantes?) además de la venta del petróleo del que se apropian en los lugares bajo su control (¿ a quién se lo venden?); impuestos a compañías y empresarios; y valores existentes en los bancos. Se considera que se apropió de más de 400 millones de dólares en oro del banco central de Mosul, ahora bajo su mando. (¿bajo qué legislación bancaria?)

Según Snowden, la inteligencia estadounidense, británica y los servicios secretos israelíes, crearon esta organización terrorista capaz de atraer a todos los extremistas y mercenarios del mundo a un sitio, usando una estrategia llamada el "nido del avispón" para concentrar, odio, fuerza, veneno y sed de sangre en una sola y orientada iniciativa de desestabilizar y destruir al mundo musulmán desde adentro hacia afuera.

Aún el recién renunciante jefe del Pentágono norteamericano, Chuck Hagel, nos da una pista en esa dirección, cuando manifiesta que este grupo "va más allá de ser un grupo terrorista. Es un ejército bien estructurado que combina ideología con sofisticadas habilidades militares tácticas y estratégicas, sumamente bien financiados... esto va más allá de lo que hayamos visto". ¿Será por eso que lo renunciaron?

Esta nueva estrategia del gobierno de los EEUU, de dar un paso al frente y anunciar con bombos y platillos su intención de acabar con este nuevo flagelo terrorista que ha dejado como niños de pecho al Talibán y a Al Qaeda, busca mostrarle al mundo quien es el que tiene el poder bélico "liberador" del mundo. Luchando contra las huestes de maldad, para imponer la "justicia" y el "bien común". Por supuesto, después de haber sembrado el terror en los países donde hay más conflictos bélicos y donde a EEUU y a sus aliados se les ha hecho más difícil imponer su política del garrote.

Uno se preguntaría, ¿y por qué este poderoso grupo que busca imponer un gobierno teocrático de corte musulmán fundamentalista, en lugar de comenzar su guerra santa en países musulmanes sin guerra donde su incursión hubiera tenido menos escollos, decidieron dar ese paso tan trascendental en los dos con los mayores conflictos bélicos? La respuesta a esta interrogante la responde el hecho denunciado por Snowden, sin lugar a dudas.

Mientras tanto y como parte de una gran estrategia, en los últimos meses las noticias han mostrado el poco o casi nulo accionar del ejército iraquí contra los yihadistas, y el casi inexistente reaccionar del ejército sirio, y en contraste, las pantallas de las grandes televisoras de Occidente repiten constantemente las imágenes donde pilotos norteamericanos siempre aciertan y dan en la diana para pulverizar a supuestos elementos del ISIS o EI. A todas luces demuestra, que el capítulo final de esta novela tramada en Washington se acerca a su final donde los vencedores, catapultados como héroes universales por haber erradicado esta plaga terrorista que nos retrocedió a las más obscuras y barbáricas dispensaciones históricas. Los EEUU e Israel saldrán como reivindicadores de la justicia, donde los propios musulmanes "buenos" no pudieron hacerlo.

De esta forma, Los dramas que vive, Irak y Siria y la amenaza a otros países de la región del Oriente Medio, donde las cifras de los muertos que rondan más de 1 700 solo en Irak y de decenas de miles en la vecina Siria, serán, posterior a la derrota del ISIS o EI, el siguiente objetivo para imponer la hegemonía sionista americana en la region.

En consecuencia, esta locura llamada Estado Islámico, liderizado por Abu Bakr al-Baghdadi, ha logrado dividir y desestabilizar lo suficientemente a la región, aún más que las guerras civiles que encontró a su llegada a estos territorios. En Iraq, más de un millón de personas ha tenido que desplazarse y abandonar sus lugares de residencia, mientras que en Siria la cifra se triplica. Suficientes razones para concentrar las baterías en destruir a un "enemigo" que está dentro de otro enemigo.

La traducción de esta ganancia geopolítica se interpreta así: una debilitada Siria, hace que Bashar al Assad sea un objetivo más fácil para sacarlo del camino. Un debilitado Iraq y la desmoralización de su ejército, hace más fácil justificar la permanencia de los aliados en este país devastado por la violencia. La mejor estrategia para compensar el continuado fracaso de los EEUU y sus aliados en estos dos países que se niegan a morir arrodillados.

lgraterolh@gmail.com



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