México lindo y querido: del EZLN a los estudiantes de Ayotzinapa

En 1994 fue Chiapas, la que se alzó. Hoy, es Ayotzinapa y el Zócalo del DF. La prensa internacional al servicio del Estado burgués, reseñó con desprecio el surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), nacido el primero de enero de 1994, en rebeldía armada hasta el año 2000, con el alzamiento de los pueblos originarios en Chiapas, Guerrero y Oaxaca, cuyo radio de acción se extendió a todos los pueblos aztecas, zapotecas, toltecas, totonacas y los mestizos del Distrito Federal (DF) contra toda opresión, contra la razzia de esa burguesía parasitaria que explotaba sus tierra y los desplazaba al hambre, miseria y corrupción.

    Este movimiento comenzó enfrentando el Tratado de Libre Comercio (TLC) de EEUU con México, lo que representaba mayor explotación y robo de los recursos naturales, expropiaciones y mayor pobreza. La protesta de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa ha comenzado a retumbar en todos los confines del mundo, contra el narcoestado, contra la impunidad y contra la muerte de cientos y miles de mujeres y hombres inocentes.

     Por tanto el EZLN, no solo de corte guerrillero, sino fundamentalmente, político-social e indigenista, nacido de los pueblos originarios e inspirado en Emiliano Zapata, el marxismo y el socialismo autogestionario, ha enfrentado históricamente, a un narcoestado, a los cárteles de las drogas asentados en sus tierras y la desnacionalización de sus recursos, como petróleo, oro, plata, carbón, entre otros. Estos 43 jóvenes y el resto de anónimos enterrados en fosas comunes, se están enfrentando a lo mismo.

    El movimiento que ha generado el EZNL no hubiese tenido sentido y ya hubiese desaparecido a manos de las fuerzas militares liquidacionistas del régimen, si no fuese porque los pueblos indígenas originarios se han planteado la toma del poder político, como lo expuso desde su aparición en Chiapas, uno de sus líderes y voceros, el Sub-Comandante Marcos.

    Por estas razones, en el EZLN, al multiplicar sus formas de lucha, se han planteado participar en todos los ámbitos posibles de la escena nacional, como partido político desde el pasado 2000, sinque todavía alcancen la mayoría electoral que requieren para desalojar el viejo Estado burgués y opresor, gracias a los mecanismos que ese Estado y gobierno poseen para preservar el status quo, ahora, con el fortalecimiento del Paraestado, es decir, el narcotráfico, que en sociedad con los desnacionalizadores entreguistas de la derecha, han destrozado la vida misma del Pueblo mexicano.

     Por estas razones, quienes asesinaron a los 43 estudiantes normalistas y quienes han celestinado tantos años de impunidad, han de saber que el legado de Emiliano Zapata y de todos los movimientos originarios y revolucionarios, ha florecido en ellos y en toda la generación de nuevas mujeres y hombres que quieren vivir en paz y en armonía con el planeta.

     No es un secreto, el que los victimarios, tanto el Estado burgués como los cárteles del narcotráfico, han pasado de la desnacionalización de sus recursos, a la estatización del cultivo, procesamiento, consumo y distribución de drogas, además de servir de camino real de toda la inmigración de Centroamérica, que muere en trenes y desaparecen diariamente, en busca de llegar a la frontera con EEUU. Ellos, los asesinos intelectuales y materiales, necesitan acallar toda voz que se rebele, como lo hicieron los 43 jóvenes estudiantes y los millones de jóvenes a quienes ya no podrán asesinar.

    A pesar del silencio de los medios de la derecha y de ciertos organismos internacionales de Derechos Humanos (DDHH), todos sabemos que en los años recientes hasta nuestros días, el Paraestado y los cárteles de las drogas, se han dedicado a hacer razzia de indígenas, campesinos, productores, trabajadores, sobre todo, de jóvenes, quienes están cansados de la cultura de la muerte, de los desaparecidos, de los genocidios o asesinatos en masa, razón por la cual, la juventud inspirada en sus ancestros, se ha rebelado con la protesta, alzando su voz, con la única arma, como lo es la palabra, hasta que ese cansancio pase a otra etapa superior, de mayor masacre o que alcance la toma del poder político que barra toda la estructura podrida.

    Hoy, el mundo llora junto al Pueblo mexicano, la desaparición de los cuarenta y tres (43) estudiantes normalistas de Ayotzinapa, que los medios de la derecha han callado, hasta que la voz del Pueblo se hizo sentir. Los asesinos, acostumbrados a la impunidad, han provocado la ira de todo un Pueblo y la de los pueblos emancipados del mundo. Esas muertes, los ha hecho pasar del dolor y la rabia, a la acción superlativa, que hará retumbar las voces de estos 43 estudiantes normalistas, a los que la muerte no los acallará.

     A pesar de que por los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, ni por los cientos y miles enterrados en fosas comunes en toda la serranía y en los desiertos mexicanos, los fantoches de la derecha internacional, entre tarifados cantantes, actrices, modelos y actores, no se escuchó ni vio un solo #SOSMéxico en los medios internacionales, radioeléctricos y electrónicos, no importa, porque todo el Pueblo mexicano está en el mero corazón de América latina, la iberoamericana, en el Caribe y en todos los pueblos emancipados y libérrimos del mundo.

     México representa el baluarte y el gran legado de nuestros pueblos ancestrales, de los que todavía aprendemos a vivir y caminos para salvar el planeta del ecocidio de la rapiña imperial. Cualquier suceso o conmoción que pueda liberar al Pueblo mexicano de la muerte, miseria, desaparición y explotación, será decididamente apoyada, por la gran mayoría, esa parte de la raza humana, que apuesta por la vida y por la paz, desde un nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, aunque tenga que emaniciparse y rebelarse, como hicieron los pueblos originarios y como hizo Emiliano Zapata.



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Luis Alexander Pino Araque


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