La historia se impondrá al imperio

El carácter militarista que ha asumido el imperio el cual se expresa en la política del Pentágono y del Departamento de Estado de EEUU es cabeza visible del control hegemónico del mundo por la vía de los hechos y de la fuerza. La lógica interna del complejo político-militar-industrial de EEUU está al desnudo.

Aunque en los últimos tiempos la primera potencia mundial ha perdido su patrón hegemónico de carácter consensual para resolver las diferencias en materia política internacional, deslizándola hacia un creciente y pragmático uso de la coerción y la coacción militar.

Sin embargo, el tablero de armas nucleares que posee y la distribución de sus principales factores de poder militar en el mundo constituye el telón de fondo de la estructura subyacente del imperio de hoy, tanto para el uso indiscriminado del la panoplia militar, de un lado, como para ejercer posiciones de dominio político y geoestratégico sobre el planeta entero.

El esquema de la disuasión mutua de los tiempos de la Guerra Fría, garantizada en la destrucción ha sido reemplazado por el de la Doctrina Militar del “Dominio del Pleno Espectro” o Full Spectrum Dominance. En varios documentos y entre éstos el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano y la Estrategia Militar “Visión 2020”, se dejan a la luz y al más absoluto descaro imperialista las ambiciones de dominar el planeta entero por tierra, mar, aire e inclusive espacio, mediante sistemas de armas complejas e interrelacionadas de tipo convencional, esto es, con opciones biológicas, químicas, geofísica y nucleares.

La historia de los imperios precedentes, tienen como característica que cuando ocurren quiebres o deslizamientos de sus sistemas hegemónicos, al erosionarse las palancas básicas de sus esferas de control político, es el de recurrir al uso indiscriminado de la fuerza militar para intentar mantener, como el caso de EEUU, su rango como superpotencia.

Pero lejos de afianzar su poderío, este rasgo hoy denota una creciente decadencia y debilidad. Voceros altamente calificados como protagonistas en la construcción de las políticas imperiales han dejado saber sus apreciaciones. Zbigniew Brzezinski, ex asesor de seguridad de Carter, ha estado alertando sobre la imparable decadencia de EEUU, colocando el ejemplo de la escalada militar en Afganistan.

Luego, no debemos olvidar que el actual sistema mundial permanece unipolar en una sola dimensión: el ámbito de la fuerza. EEUU gasta casi lo mismo que el resto del mundo junto en fuerza militar, y está mucha más avanzado en la tecnología de la destrucción. Está solo también en la posesión de cientos de bases militares por todo el orbe y en la ocupación de países situados en cruciales regiones productoras energéticos. El sistema global de bases se comenzó a extender también en Nuestraamérica; está la base de Manta, en Ecuador, siete bases militares en Colombia(en el epicentro de las más cuantiosas reservas energéticas y de biodiversidad de esta hermosa Tierra), la base de Palmerona, en Honduras; tampoco hay que subestimar el hecho de que el hemisferio comienza a liberarse por sí solo de ese yugo y están contrarrestando la militarización del imperio que busca plagar estos pueblos hispanos.

Este panorama heredado de su predecesor Bush, por el presidente Obama, tanto en su discurso como en su ejecución política, es una fiel copia del anterior gobernante. Lo que afirma Obama no parece diferenciarse de Busch. Su postura no es distinta y no va alterar la lógica del Estado profundo estadounidense. “Estamos atravesando una época de gran prueba. Y el mensaje que enviamos en medio de estas tormentas debe llegar claro: que nuestra causa es justa y nuestra resolución inquebrantable” a dicho Obama.

Finalmente, EEUU debe respaldar regímenes rudos, brutales y criminales y bloquear democracias y el desarrollo, aunque esto provoque campañas de odio. Los gobiernos nacionalistas y revolucionarios, representan una amenaza, toda vez que, éstos buscan satisfacer la demanda popular de mejoramiento de los bajos estándares de vida de las masas y el desarrollo a favor de las necesidades internas del país. Y, sin más preámbulos, la historia fiel testigo de la humanidad terminará imponiéndose a la sangrienta realidad imperial. ¡¡¡Viviremos y Venceremos!!!

albertovargas30@hotmail.com



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@hotmail.com

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