Senafront: el lado oscuro de Darién

He comprobado de nuevo que el cuerpo especial de policía de fronteras de Panamá, SENAFRONT, es un cuerpo completamente opaco, arbitrario. Seguramente debe tener algunas excepciones de mandos que intentan ser escrupulosos y cumplir su lema “Dios y Patria”, pero la institución es uno de los lados oscuros de Darién, la provincia más marginada y olvidada saqueada de Panamá.

 

Dice ser un cuerpo para vigilar las fronteras pero, en realidad, es un cuerpo que se dedica a vigilar a los nacionales y turistas que viven o pasan por Darién. Cualquier cosa que se puede uno imaginar sobre esa policía, es poco.

La realidad supera toda la imaginación, inclusive la de las Repúblicas bananeras de Cortázar o García Márquez. Si alguien quiere experimentar y vivir como en el siglo pasado o dos siglos atrás, que se vaya a Darién y vea con sus propios ojos cosas que le costará de creer incluso cuando le están pasando.

 

Uno cree que Panamá es un único país, un único estado. Lo lógico sería que, llegando al aeropuerto de Tocumen, le pongan un sello de entrada y ¡ya está!, ya puede viajar por todo el país. Pero no es así. Hay zonas controladas por esa policía especial de fronteras, en los dos extremos del país, los que lindan con Costa Rica y con Colombia.

 

Panamá tiene todo el derecho a establecer controles y fronteras interiores ante un supuesto peligro que venga del extranjero. Pero lo lógico entonces sería advertir al visitante a la entrada del país que no va a ser libre de viajar por todo el territorio. Y decirle las condiciones en las que va a poder moverse. Pero no; sea un turista extranjero o sea un nacional, nadie sabe qué “peligro” va a alegar para impedirle avanzar, para pararlo y retenerlo por horas, para pedir informes suyos…etc.

 

En mi caso, una compañera periodista y un compañero de la asociación APRODISO de Yaviza, iban a asistir a un Foro de candidatos, candidatas y representantes para las próximas elecciones, en la comarca Emberá Wounnan en Unión Chocó. Ya que me invitaron a acompañarles, pensé que era una buena ocasión para asistir a un tal evento, saber qué propuestas tienen, conocer la Comarca e incluso comprar algún recuerdo de artesanía si venía al caso. Pero al presentarnos al cuartel de SENAFRONT en Yaviza –precisamente para evitar problemas más adelante- se me dijo que no era posible que yo viajara.

 

Yo debía haber adivinado que no me dejarían pasar y pedir un “permiso especial” en Panamá capital, a la dirección Nacional de SENAFRONT (¡!!!).

 

Después de insistir en ver al jefe principal del cuartel, el oficial accedió y fugazmente nos saludó, diciendo que esperáramos un momento, que nos atendería. Pero se metió para adentro de un cuarto y no volvió a salir más. En su lugar el mismo oficial con quien habíamos hablado nos volvió a repetir la misma historia de que por “mi seguridad” no podía viajar ni acompañar a las otras dos personas panameñas y bien conocidas por la policía. Eso sí, disculpando al jefe que no nos podía atender porque “estaba muy ocupado”.

 

Es decir que no se permite el pase de un turista por, supuestamente, “su seguridad”. Sin embargo esa policía no es precisamente muy eficaz en el paso de la droga desde Colombia. Ni tampoco en evitar que se robe en las comarcas indígenas la madera preciosa, como el cocobolo. En lugar de patrullar las fronteras, la mayor parte del tiempo los policías están acuartelados en los pueblos. Al menos los que yo pude ver en Metetí, Yaviza, La Palma. También en Metí, en la comarca Wargandí. Parece como si utilizaran la población civil de escudo para...protegerse ellos mismos.

Todo el mundo sabe que la droga entra. Que ex-guerrilleros o incluso cargueros contratados llevan mochilas de 30 kilos y pasan en grupos para esconderla en lugares de donde es recogida y cargada en carros. Algunos jóvenes de las comunidades también se meten en el negocio de la droga: Es el dinero más fácil. Aunque hay policías que conocen a los narcotraficantes y no se molestan mutuamente, también es cierto que, de vez en cuando, hay refriegas y mueren policías y narcos. Como este pasado lunes, en Peña Bijagual, a un cuarto de hora de Yaviza río arriba, donde murió un narco y dos policías fueron heridos.

 

Hay jefes de policía de SENAFRONT que aparecen implicados, como organizadores del paso de la droga. Son denunciados públicamente, se les abre expediente…y un día desaparecen de la escena sin que nadie sepa dónde están destinados, ni son juzgados. El propio FMI denuncia a Panamá como un centro internacional de lavado de dinero y de narcotráfico. ¿Para qué sirve pues esa policía creada especialmente para vigilar y preservar la paz en las fronteras y que se presenta a sí misma como “héroes” del pueblo?

 

La revista de la asociación APRODISO decía lo siguiente después de un Foro sobre Seguridad y Gobernabilidad en Darién, celebrado en febrero de 2010: “En cuanto a la seguridad ciudadana, la mayoría de los darienitas no se siente seguro en sus comunidades. Cientos de familias de los ríos (se) de han visto obligadas a abandonar sus comunidades para instalarse en las comunidades de la carretera o migrar a Panamá. Hay secuestros, asaltos y asesinatos que no llegan a los medios de comunicación. Los dirigentes de estas comunidades señalan que la presencia policial es nula o insuficiente”…

SENAFRONT restringe el libre tránsito de lugareños y de las ONG y agencias de cooperación que brindan servicio a las comunidades, donde la presencia institucional pública es inexistente. Se confiscan alimentos y suministros y se limita el suministro de alimentos a esas comunidades. Nos preocupa la vulnerabilidad de derechos a los ciudadanos como el de la seguridad alimentaria y el abuso de autoridad de algunos oficiales de SENAFRONT.”

 

Hermel López, responsable de la asociación APRODISO de Yaviza, me cuenta una historia alucinante. Resulta que iba cargado con un camión de plátanos de la comunidad Emberá -Wounnan, listos para llevarlos a Panamá. Después de meses de gestiones había conseguido un acuerdo con los dueños de los supermercados Machetazo para que compraran dicha cantidad de plátanos directamente a la cooperativa. Ello significa eliminar intermediarios y, por tanto, un buen ingreso para dicha cooperativa. Pero apareció SENAFRONT en la carretera.

 

El control policial se fijó primero en el camión, prestado por el Ministerio de Agricultura. Luego vió que los plátanos eran un negocio particular de una cooperativa. Entonces hicieron oler a un perro especializado en droga por encima de los plátanos. El perro señaló aparentemente que allí había droga, según el experto antidroga que lo dirigía. 

 

El señor Hermel le advirtió que dicho cargamento debía estar a las 11 de la mañana para poder entregarlo. De lo contrario, se perdería el negocio. Pero la policía se empeñó en descargar todos los plátanos del camión, después de intentar que lo hicieran los campesinos. La operación duró horas y fue filmada por una periodista, testigo del incidente. Al final, la droga no apareció, tal como había dicho Hermel. La carga no pudo ser entregada y se perdió esa oportunidad para la que había estado trabajando durante meses la cooperativa.

 

Al pedir el nombre del responsable de la decisión de descargar todos los plátanos, se fueron pasando la pelota unos oficiales de policía a otros. Al fin un responsable máximo se puso al teléfono, pero la sorpresa del señor Hermel fue la de escuchar de que la policía jamás había ordenado ningún registro de la carga del camión. No sólo eso: avisaron entonces al fiscal antidroga y, ante la presencia de éste, volvieron a descargar por segunda vez los plátanos, con el mismo resultado: nada de droga.

 

La asociación de campesinos, una vez perdida la carga y el tiempo -pues estuvieron prácticamente todo el día en el tema- decidieron poner una denuncia y enviar toda la documentación de imagen que demostraba cómo la policía decidió bajar la carga por primera vez, sin ninguna orden judicial. ¿Resultado? El caso sigue por resolverse. Nadie ha salido como responsable de la decisión. Caundo se pregunta a SENAFRONT, la contestación es que “no se puede decir el agente o agentes implicados porque está bajo jurisdicción”. No se sabe que se haya apartado a nadie. Es uno de tantos ejemplos de la arbitrariedad y abuso de autoridad de ese cuerpo.

 

Darién es una provincia bien hermosa. Pero el abandono en el que la tienen todas las autoridades es similar al del cuento de la Cenicienta. Y SENAFRONT es uno de los lados más oscuros de Darién.

 

Alfons Bech

28 de marzo de 2014

 


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Alfons Bech

Militante obrero, y revolucionario marxista. Miembro de de la CCOO, la federación sindical más grande de España. Activista político de L?Aurora y EUiA.

 albech12@gmail.com      @alfonsbech

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