Lo que la cumbre de La Haya nunca mencionó

Cincuenta y ocho líderes del mundo participaron en la Cumbre por la Seguridad Nuclear en La Haya el pasado 25 de marzo.  La conferencia estuvo dedicada  a la reducción de la cantidad de materiales nucleares peligrosos en el mundo elementos que terroristas podrían utilizar para construir un arma nuclear.  Se trata de plutonio y uranio altamente enriquecidos;  mejorar la seguridad de los materiales radioactivos incluyendo el uranio de bajo enriquecimientoque podría ser empleado en la construcción de una bomba sucia.  Y mejorar el intercambio informativo y la cooperación internacionales.  Se suponía que la cumbre le daría un nuevo ímpetu para adelantar la política iniciada en los eventos de Moscú en 1995, el 2010 en Washington y en Seúl el 2012 y suministrar respuestas a una cantidad de preguntas.  ¿Qué se ha hecho para mejorar la seguridad nuclear desde la última reunión?  ¿Qué hay con las consecuencias de la tragedia de Fukushima?  ¿Cuáles son las directivas principales para la cooperación internacional y bilateral actualmente?  ¿Qué puede ofrecer la industria nuclear para mejorar las normas de seguridad?  Se esperaba que la cumbre se ocupara de la responsabilidad de los estados para brindar protección física debido a que muchos países hasta ahora se han negado a sumarse a la Convención para la Protección de Materiales Nucleares y a la Convención Internacional para la Supresión de los Actos de Terrorismo Nuclear Los ex anfitriones de la conferencia no han firmado ninguno de ellos estos documentos.  Primeramente, los eventos de Ucrania eclipsaron hasta cierto punto la agenda que se había preparado con anterioridad.  Se realizó una reunión paralela de emergencia del G7 por iniciativa de Barack Obama para discutir sanciones adicionales contra Rusia.  La situación de Ucrania genera preocupaciones.  Las formaciones armadas nacionalistas tienen carta blanca y, bajo ciertas circunstancias, podrían hacerse con las instalaciones nucleares con el objeto de chantajear a las autoridades.

Los medios periodísticos de Ucrania señalan que el problema del uso del combustible nuclear y su almacenamiento está todavía pendiente.  Ucrania tiene acumuladas unas cuatro mil 500 toneladas de combustible agotado cerca de los reactores en almacenaje temporal.  La capacidad de almacenaje es limitada y las condiciones de almacenamiento no cumplen con las normas de seguridad.

El material agotado contiene un total de 12 toneladas de plutonio (suficiente para producir unos mil cabezales de guerra).  Actualmente en Ucrania no existen nuevas instalaciones de almacenaje.  Esto hace que la situación sea crítica.

La planta química de Pridneprovsk que tomó parte en el proceso de enriquecimiento de uranio durante el período 1949-1991.  Cuando las instalaciones se cerraron el material agotado permaneció almacenado en nueve sitios que se encuentran en pésimas condiciones.

Las instalaciones no están resguardadas, no existe un cercado.  Los metales coloreados y la tubería son robadas en grandes cantidades.  Las estaciones de bombeo de agua han desaparecido y no hay nada que detenga al polvo radioactivo que se extiende por el lugar.  Existen áreas con altos niveles de radiación gamma denominadas playas radioactivas por los especialistas.  Por otra parte, las instalaciones nucleares están rodeadas de tierras agrícolas.  Aproximadamente unas 30 mil partículas de polvo venenoso se depositan en el suelo cada año.

Ha habido numerosos intentos de robar material radioactivo desde las instalaciones de la planta.  Estos hasta ahora han sido frustrados.  Pero actualmente las bandas de la organización Banderite cuentan con 5 mil fusiles automáticos, cientos de pistolas, más de cien lanzallamas portátiles Shmel y más de cien sistemas antiaéreos portátiles obtenidos de almacenes militares saqueados.  Resulta muy complicado brindar seguridad especialmente en condiciones en que los miembros de la junta de Kiev se devoran unos a otros como arañas en un pote.

Existe otro aspecto del problema que causa preocupación.  El combustible agotado ha sido traído a Ucrania exportado recientemente desde Estados Unidos.  Este cuesta un 40 por ciento más que el combustible ruso y produce menos energía.  Por ahora, nadie sabe qué hacer con él.  Estados Unidos no lo recibirá de vuelta, de manera que el desecho permanecerá para siempre en Ucrania, país que se hunde cada vez más en el pantano de la revolución nacionalista.

Los acuerdos nucleares entre Ucrania y Estados Unidos en La Haya, golpean la imaginación.  La Declaración Conjunta de Ucrania y Estados Unidos menciona solo la construcción de una Planta Productora de Fuentes de Neutrones en el Instituto Jarkiv de Física y Tecnología.  Estados Unidos seguirá brindando apoyo técnico para la Planta de Neutrones hasta que Ucrania complete el equipamiento necesario final y luego de las pruebas y puesta en marcha para hacer la planta totalmente operativa.

El hecho es que en relación con las instalaciones en Jarkiv las normas de seguridad han sido totalmente omitidas.

No se ha mencionado una sola palabra acerca de este candente problema durante el evento en La Haya.

De este modo, no se ve una solución a la vista.  El quid del asunto es que los sitios temporales de almacenamiento de materiales para potencial armamento nuclear se están acumulando en territorio de Ucrania.  En la medida que prosigue la revolución nacionalista estos sitios podrían convertirse en cualquier momento en el arma del juicio final.  Esto afectaría a Rusia y a Europa entera.  ¿Durante cuánto tiempo podrá seguirse ignorando este problema?

Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en

editorial@strategic-culture.org

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation                                                               



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