¡¡¡Por qué la Derecha no debe ni puede volver!!!

Antes de arribo del proceso revolucionario en nuestro País, antes de que el liderazgo de nuestro Comandante eterno penetrara en el corazón y en la conciencia de millones de venezolanos y venezolanas, las llamadas políticas sociales implementadas en nuestro País y en los países de Latinoamérica eran abordadas sin diferencias aparentes, proyectando reformas sociales y haciendo ver a la población que la pobreza era el gran desafío a emprender y vencer en América Latina.

La adopción de políticas erróneas y el emprender acciones por caminos que lejos de acercarnos nos alejaron cada día más del crecimiento económico-social que el pueblo esperaba, agudizaron en mayor grado el problema de la pobreza. En Venezuela, podemos expresar que los problemas vinculados con la pobreza empeoraron mil veces más después de la aplicación de las mal llamadas reformas sociales.

El sistema capitalista hacia mella, se decían “demócratas” quienes acababan con las reservas del País, aunque “democráticamente” la población se sentía disconforme con el desempeño obtenido, sobre todo en áreas tan complejas como la carencia de oportunidades de trabajo, acceso a la salud, acceso a la educación de buena calidad, acceso a programas de alimentación de cobertura global, entre otras variables.

La clase media en la Cuarta República se consideraba como la clase emprendedora de las fuerzas productivas, se consideró importante fortalecer una clase que pudiese dinamizar el incipiente mercado interno, con una óptima capacidad adquisitiva y a su vez que generara estabilidad política y paz social.

Se concebía que la clase media era el estrato determinante para el fortalecimiento del mercado interno a través de la sustitución de importaciones, existiendo dos posiciones fundamentales en el mercado: Productor y Consumidor; ambas posiciones según la concepción debían ser reforzadas, con la finalidad de combinar la disposición al consumo y el desarrollo de un sector productivo con capacidad adquisitiva para acceder a los productos sustituidos y/u ofrecidos.

Lo que se concibió relevante para el fortalecimiento de la clase media, se tradujo en poco tiempo en una pobreza tan extensa y diversificada que posterior se expresó fuertemente en las clases medias, en donde el deterioro de sus bases económicas generó un estrato social en crecimiento denominado “los nuevos pobres”.

El impacto petrolero de finales de los años ochenta abrió al país a un escenario distinto al asumido hasta entonces, requiriéndose de la aplicación de políticas de ajustes, a fin de procurar el restablecimiento de los equilibrios macroeconómicos.

Ya en la coyuntura de los ’90, el objetivo fundamental fue el de contribuir a la transformación productiva, esta concepción tendió a ver a la política social como un complemento menor a la política económica, específicamente con lo que tiene que ver directamente con el desarrollo productivo y el crecimiento tecnológico, es decir que el área social paso a ser la “cenicienta” de la política económica.

Dentro de las limitaciones palpables de las políticas sociales tradicionales implantadas durante la Cuarta República, es importante analizar la segmentación sostenida en cuanto a la Seguridad Social, donde se evidenciaron problemas elementales tales como la falta de una cobertura global, siendo influida por el nivel de ingreso y la calificación laboral. Debemos considerar el hecho de que los sectores vulnerables en Venezuela, no se encontraban normalmente protegidos por el Seguro Social Obligatorio, la clase humilde se encontraba en su mayoría desempleada viviendo de la buhonería y/o trabajando en servicio doméstico, encontrándose dicho sector al margen de los beneficios del otrora Seguro Social.

Uno de los tantos problemas que jamás logro enfrentar la Cuarta República respecto a la segmentación de la Seguridad Social, fue la de corregir las desigualdades en la cobertura, su financiamiento y prestaciones.

Si partimos de la idea, de que el ser humano es en esencia lo que piensa, lo que come y lo que respira, indudablemente ratificamos que las políticas emprendidas por los gobiernos de la Cuarta República jamás se enfocaron en atender los problemas nutricionales de la población (sobre todo la infantil), redundando en seres humanos sin capacidad para desarrollarse intelectualmente. Los resultados de los déficits alimenticios, se palparon en daños múltiples, los gobiernos de la Cuarta jamás estimaron que los primeros años de vida de la población infantil eran cruciales para el desarrollo de las capacidades cerebrales y que la falta de una nutrición adecuada generaría daños de carácter irreversible. La alta desnutrición infantil antes de la llegada de Hugo Rafael Chávez Frías en nuestro País generó además, déficits que redundaron en el desarrollo educativo de la población, es decir, en el ser pensante con capacidad productiva que tanto requería nuestro País….Por eso y muchas cosas más la derecha apátrida jamás volverá!!!


Chávez Vive, Vive…La lucha sigue…sigue!!!!

Chávez te lo juro… La derecha apátrida más nunca volverá!!!


Besta67@hotmail.com



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Bestalia Ibarra

Licenciada en Trabajo Social, Cantante, Servidora Pública y leal al legado de nuestro Comandante eterno Hugo Chávez

 Besta67@hotmail.com

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